Enlaces accesibilidad

El avión Solar Impulse II aterriza en Hawaii batiendo dos récords mundiales de tiempo y distancia

  • Ha volado cinco días sobre el Pacífico propulsado con energía solar
  • Supera, con 120 horas, el anterior récord, de 76 horas consecutivas en 2006
  • Borschberg y Piccard, los pilotos, son los fundadores de este proyecto suizo

Por
El Solar Impulse, pilotado por Andre Borschberg, aterriza en el aeropuerto de Kalaeloa, en Hawaii, Estados Unidos.
El Solar Impulse, pilotado por Andre Borschberg, aterriza en el aeropuerto de Kalaeloa, en Hawaii, Estados Unidos.

El avión Solar Impulse II ha aterrizado este viernes en las islas Hawai (EEUU) después de un vuelo de cinco días sobre el océano Pacífico, con lo que bate el récord mundial de distancia para un avión propulsado por energía solar y se convierte además en el más largo de ese tipo tripulado en solitario.

El avión solar ha aterrizado en el aeropuerto de Kalaeloa, en Hawai, a las 15:55 GMT (5:55 hora local) después de 120 horas de vuelo, un total de cinco días y cinco noches desde que despegó la madrugada del lunes de Nagoya (Japón).

El piloto suizo André Borschberg puso el pie en el aeropuerto hawaiano poco después del amanecer, cinco minutos antes de lo previsto, con la batería solar del avión apenas cargada al 27% y después de recorrer una distancia de 8.253 kilómetros.

"¡Acabo de aterrizar en Hawai con @solarimpulse! Para @bertrandpiccard y yo, este es un sueño que se está haciendo realidad", ha escrito Borschberg en su cuenta oficial de Twitter, refieriéndose también al otro piloto suizo con el que se turna los mandos del avión, Bertrand Piccard.

Imagen del avión después de despegar del aeropuerto de Nagoya (Japón), el pasado 29 de junio.

Imagen del avión después de despegar del aeropuerto de Nagoya (Japón), el pasado 29 de junio. EFE

Bate el récord de vuelo de 2006 por casi dos días

Borschberg batió el récord de vuelo más largo en solitario en un avión propulsado por energía solar, ostentado hasta ahora por el estadounidense Steve Fossett, que en 2006 voló 76 horas consecutivas en el Virgin Atlantic Global Flyer.

Uno de los pilotos del Solar Impulse II, Andre Borschberg.

Uno de los pilotos del Solar Impulse II, Andre Borschberg. REUTERS

El avión, fabricado en Suiza y que se alimenta con más de 17.000 células solares, pretende marcar un hito histórico: recorrer 35.000 kilómetros sin emplear una sola gota de combustible sólido.

Dentro de la vuelta al mundo que traza el avión desde marzo, la travesía sobre el Pacífico se consideraba la etapa más difícil debido a la inestabilidad meteorológica y la gran distancia del vuelo, que supera a la suma de los seis trayectos anteriores.

Durante el vuelo Borschberg actualizó su cuenta oficial de Twitter para compartir sus impresiones, entre ellas el momento en el que pudo ver "la luna llena y el sol al mismo tiempo", el cansancio que sintió el cuarto día "tras haber escalado cuatro veces la altitud equivalente al monte Everest" y lo mucho que le ayudaba practicar yoga dentro de la cabina para mantener la mente despierta.

Próximas etapas: Estados Unidos, Europa y África

El próximo tramo del avión lo pilotará Piccard y se dirigirá a Phoenix (Arizona), para después emprender rumbo hacia una ciudad aún por determinar en la mitad de EEUU, algo que se decidirá en función de las condiciones meteorológicas en el país.

Desde allí, el undécimo vuelo de Solar Impulse II se dirigirá a Nueva York, para viajar a continuación a un destino aún no determinado en Europa o el norte de África, un trayecto que también se espera que dure unas 120 horas, igual que el completado.

El último vuelo de Solar Impulse II durará también unas 120 horas y llevará a la aeronave a Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos), la misma ciudad desde la que emprendió su vuelta al mundo el pasado 9 de marzo.

Hasta ahora el periplo del avión solar ha incluido escalas en Mascate (Omán), Ahmedabad y Benarés (India), Mandalay (Birmania), Chongqing, Nankín (China) y Nagoya (Japón), donde tuvo que hacer una parada inesperada de más de un mes debido a las malas condiciones meteorológicas.

Borschberg y Piccard son, además de pilotos, los fundadores del proyecto suizo Solar Impulse, que pretende concienciar sobre el uso de "tecnologías limpias y eficientes" frente a los contaminantes combustibles tradicionales.