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Ana Mato, una dimisión por el caso Gürtel tras tres décadas de servicio al Partido Popular

  • La ministra de Sanidad dimite tras atribuírsele un lucro en la trama Gürtel
  • Mato afirma que lo hace para no perjudicar al Gobierno de España y a Rajoy
  • Mujer de confianza de Rajoy y del PP, condujo a la victoria histórica de 2011
  • Los recortes sanitarios y el ébola, principales escollos de su gestión política

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La ministra Ana Mato, en un acto en el Ministerio de Sanidad en el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
La ministra Ana Mato, en un acto en el Ministerio de Sanidad en el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Mariano Rajoy ha terminado por ceder ante la presión de tener a un miembro de su gabinete bajo sospecha de corrupción y ha aceptado la dimisión de Ana Mato, una de sus aliadas y personas de mayor confianza, una amiga a la que no quiso facilitar una salida discreta en forma de candidatura al Parlamento Europeo hace apenas un año y que ahora sale por la puerta de atrás del Gobierno, en contra de su opinión a primera hora de la tarde, precisamente para no "perjudicar" a su partido ni al proyecto del presidente.

Eficaz en la parte de atrás del escenario político, Ana Mato, política de vocación, no ha sido una gestora alabada, pero ha sido el supuesto lucro en forma de diferentes dádivas de la trama Gürtel vía su matrimonio con Jesús Sepúlveda, exsenador y exalcalde de Pozuelo de Alarcón, el que la aparta del primer plano político.

Un problema que empezó mucho antes de ser ministra, un caso por el que podía ir a juicio, pero no como imputada, sino como responsable civil. En cierto modo, es el tributo exigido en aras de la regeneración democrática que defiende el Gobierno de Rajoy.

Así, la carrera política de Ana Mato Adrover (Madrid, 1959), que empezó hace más de treinta años, se ve truncada por un hecho que empezó mucho antes de que fuera un miembro del Gobierno junto a un hombre que ya no es su marido.

'Fontanera' y responsable del éxito electoral del PP

Ana Mato siempre quiso ser ministra, pero el día a día la convirtió en 'fontanera'. Con fama de tenaz y trabajadora, siempre en un segundo plano, Mato ha ocupado puestos que le han permitido conocer como pocos las entrañas del partido: coordinadora de Participación y Acción Sectorial y coordinadora de Organización, vicesecretaria general de Organización Política y Electoral.

Ha sido una de las dirigentes del PP que ha conseguido mantenerse en primera línea del partido desde la época de José María Aznar y supo después también ganarse la confianza de Mariano Rajoy.

"Eterna ministrable" en los Gobiernos de Aznar, llegó a lo más alto con el actual presidente del Gobierno, pero su carrera política empezó varias eras políticas antes, en 1983, de la mano de Jorge Verstrynge, cuando aún no había acabado la carrera de Sociología y Ciencias Políticas. Su entonces profesor le pidió que colaborara con él en Alianza Popular, y desde ahí su trayectoria se caracterizó por estar en la sala de máquinas de quienes serían los principales líderes del partido.

Así, trabajó como asesora de Aznar y se fue con él como subdirectora de su gabinete cuando el que sería presidente del PP era presidente de Castilla y León, en el conocido como 'clan de Valladolid'. En el también estaba su entonces marido, Jesús Sepúlveda, y otros destacados miembros 'populares' como Pilar del Castillo, Miguel Ángel Rodríguez o Miguel Ángel Cortés.

En 1991, cambió Valladolid por Madrid para ser diputada de su Asamblea regional. Solo tuvo que esperar a 1993 para dar el salto a la política nacional, cuando Aznar la incluyó en las listas al Congreso en las elecciones. Ana Mato obtuvo un escaño en el Congreso que ha mantenido desde entonces, solo interrumpido por una legislatura en Bruselas.

Tras el Congreso Nacional del PP en 2004, se incorporó a la Ejecutiva del nuevo presidente del partido, Mariano Rajoy, y tras cuatro años como eurodiputada volvió a Madrid para ir como número tres por Madrid, solo por detrás de Rajoy y Manuel Pizarro, y ser la responsable de la campaña del PP en las elecciones europeas de 2009, en las autonómicas y municipales de 2011 y en las generales de ese año, que dieron al PP el mejor resultado electoral de su historia. Llegó ahí el momento de la recompensa en forma de cartera ministerial.

Criticada por los recortes y la gestión del ébola

Sin embargo, ocupar la cartera de Sanidad, Política Social e Igualdad en la legislatura de la crisis económica y los recortes no ha sido un camino de rosas. Y eso que evitó la reforma del aborto, que asumió Justicia y que, tras la marcha de Gallardón, dejó en su Ministerio la reforma más limitada del consentimiento paterno para las menores de 16 y 17 años que quieran abortar.

Con Mato como ministra, se aprobó la reforma sanitaria que supuso más de 7.000 millones de euros menos en gasto sanitario, así que la titular del departamento fue blanco inevitable de las mareas, protestas y movilizaciones. La eliminación de la tarjeta sanitaria a inmigrantes irregulares y la implantación de diversos copagos, unos desobedecidos aun estando en vigor -el de las farmacias hospitalarias- y otros retirados, también empañaron su mandato.

La ministra Mato ha sido también muy criticada por la gestión de su departamento en la crisis del ébola desde este verano. En especial, tras el fallecimiento en Madrid de dos religiosos infectados por el virus en África y el contagio de una de las auxiliares de enfermería que les atendió, Teresa Romero, su gestión fue criticada, y puesta en evidencia por Moncloa, que prefirió que el seguimiento de la crisis pasara a un comité especial dependiente de la vicepresidenta Sáenz de Santamaría, la misma que asume temporalmente sus funciones.

Con todo, la puntilla ha llegado con el auto del juez Ruz, que cierra el círculo de una crisis latente desde febrero de 2013, cuando un informe policial aportó datos de gastos de viajes y regalos pagados por la red Gürtel a Jesús Sepúlveda, en el que ella aparecía como receptora de algunos de esos regalos. Entonces, se resistió a dimitir aduciendo que le estaban haciendo responsable de los actos de otra persona.

Miguel Arias Cañete dejó el Gobierno para ser número uno del PP en el Parlamento Europeo. Alberto Ruiz-Gallardón abandonó la política por no poder llevar adelante el proyecto político de la reforma del aborto que él había impulsado. Es Ana Mato la primera ministra de Rajoy que dimite por una cuestión relacionada con la corrupción, el virus que azota a la política española y cuyo contagio ha querido evitar como último servicio al Ejecutivo.