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El secreto de los pañales superabsorbentes

  • El pañal desechable lo inventó la estadounidense Marion Donovan en 1951
  • El superabsorbente se incorporó en los ochenta gracias a la NASA

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La inventora del pañal desechable probandolo a un bebé
La inventora del pañal desechable probandolo a un bebé

Los pañales de bebé desechables absorben el pis de los pequeños como si fueran un pozo sin fondo. No es de extrañar que los califiquen de superabsorbentes. ¿Cómo lo hacen?

El secreto de los pañales es un polímero llamado poliacrilato de sodio. Es un polvo blanco que puede absorber entre 200 y 300 veces su peso en agua. Al contacto con ella adquiere textura de gel. Por eso cuando los padres retiran el pañal, este pesa mucho más y el culito del bebé está seco.

El poliacrilato se coloca en una capa intermedia del pañal mezclado con celulosa. La capa externa es del plástico polietileno con poros microscópicos, que retiene el fluido y a la vez deja pasar el aire. Estas capas alejan la orina de la piel del bebé y evita que se irrite y logran que se sienta seco.

El poliacrilato de sodio tiene otros usos fuera del ámbito infantil. En jardinería y paisajismo se mezcla con el suelo para retener agua que luego se libera poco a poco para la planta. También se usa para proteger zonas delicadas de fábricas o centrales eléctricas, entre otros.

Podéis observar el efecto superabsorbente con vuestros propios ojos en casa. Podéis sacarlo de una de las capas de un pañal o comprarlo en una tienda de jardinería. Echad agua y observar el efecto:

El pañal desechable lo inventó la estadounidense Marion Donovan a mediados del siglo XX. Desde pequeña vivió en un ambiente de constante innovación en Indiana ya que su tío tenía un taller donde hacían inventos para automóviles. Tras graduarse en literatura inglesa se mudó a Nueva York para trabajar en las revistas Harper's Bazaar y Vogue. Pronto se casó con James Donovan un importador de pieles y tuvo dos hijos.

Por aquel entonces los pañales eran de tela. Cada vez que el pequeño se hacía pis mojaba el pañal y todo lo que hubiera en las cercanías. Para evitar esta exasperante situación, inventó un prototipo de pañal impermeable en 1946 a partir de las cortinas de ducha una funda para el pañal. El diseño definitivo (que llamó Boater) de este primer paso hacia el pañal desechable estaba hecho de tela de paracaídas y en vez de imperdibles para sujetar la tela llevaba botones automáticos.

Tuvo mucho éxito desde su lanzamiento al mercado en 1949 en la Quinta Avenida de Nueva York. Lo patentó dos años después e inmediatamente lo vendió por un millón de dólares a la compañía Keko. Sin pausa, se puso manos a la obra con el siguiente paso: lograr un pañal que evitara los sarpullidos en la piel del bebé absorbiendo la humedad y reteniéndola lejos de su culito. Tras mucha experimentación dio con el diseño y la combinación de capas de algodón y celulosa adecuadas.

Pañales súper absorbentes para astronautas 

En esta ocasión, no tuvo ningún éxito entre las compañías papeleras de Estados Unidos. Durante una década rechazaron su invento que creían poco práctico e innecesario. Hasta que apareció Victor Mills, ingeniero químico de la empresa Procter & Gamble. Juntos desarrollarían los pañales desechables tal y como los conocemos hoy en día.

Varias décadas más tarde, en los ochenta, la NASA inventó los pañales desechables superabsorbentes para adultos. El corte es tipo pantalón ciclista en vez de braga, e incluye el polímero súper absorbente. Los usaron por primera vez los astronautas del transbordador Challenger en 1983. Los llevan puestos en situaciones en las que no pueden parar para ir al baño, como el despegue, el aterrizaje y los paseos espaciales.

En los últimos años, con el resurgir de la conciencia ecológica, el pañal de tela ha vuelto a ocupar un sitio en el mercado. Cada bebé gasta de media desde que nace unos 5.000 pañales desechables, lo que representa casi el 4% de los residuos que llegan a los vertederos españoles, que tardan siglos en descomponerse.