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La ESA colaborará en el desarrollo de la nave espacial tripulada Dream Chaser

  • Es una de las naves tripuladas en desarrollo en los Estados Unidos
  • Podrá llevar siete tripulantes a la Estación Espacial Internacional
  • Su entrada en servicio está prevista para 2017

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La nave tripulada Dream Chaser.
La nave tripulada Dream Chaser.

Tras la retirada del servicio de los transbordadores espaciales, la NASA, aparte de desarrollar su propia nave tripulada para sustituirlos, está financiando parcialmente el desarrollo de naves tripuladas por parte de empresas privadas.

Una de ellas, Sierra Nevada Corporation, anunciaba hace poco un acuerdo de colaboración con la Agencia Espacial Europea (ESA) para seguir desarrollando la suya, la Dream Chaser.

De todas las naves espaciales tripuladas en desarrollo en la actualidad la Dream Chaser es la única que se parece a los transbordadores espaciales tanto en su diseño, pues igual que aquellos tiene alas, aunque en realidad volará gracias a que está diseñada como un fuselaje sustentador, como en la forma de llevar a cabo su misión, pues de nuevo, igual que los transbordadores está diseñada para ser lanzada en vertical con un cohete y para volver a tierra planeando.

Pero la gran diferencia con estos está en la capacidad de carga, pues si bien Dream Chaser tendrá la capacidad de llevar un máximo de siete tripulantes y carga a la Estación Espacial Internacional su longitud total es de nueve metros frente a los 18 metros que medía la bodega de carga de de los transbordadores.

Sierra Nevada ya ha llevado a cabo varias pruebas aerodinámicas y un vuelo de prueba de una Dream Chaser que aterrizó automáticamente; el objetivo es que esté en servicio en 2017.

Colaboración europea

La Agencia Espacial Europea, que hace años estuvo desarrollando una nave muy similar, el Hermes -proyecto que fue cancelado por razones económicas-, colaborará en el proyecto en tres áreas.

Una de ellas es en el desarrollo del mecanismo de atraque que usará la Dream Chaser, otra en el desarrollo de las pantallas que usarán los tripulantes para controlar el funcionamiento de la nave, y la tercera será estudiar el uso del material desarrollado en su momento para el escudo de protección térmica del Hermes, pues es más ligero que el que hasta ahora planeaba usar Sierra Nevada, con lo que de poder utilizarlo aumentará la carga útil de la nave.

A más largo plazo, la ESA también está interesada en estudiar la posibilidad de lanzar la Dream Chaser usando un cohete Ariane 5, aunque la Dream Chaser no cabe en la cofia protectora más grande que hay disponible para este cohete, con lo que habría que crear una versión de la nave con unas alas un poco mas cortas o bien estudiar la posibilidad de lanzarla sin cofia.

Con este acuerdo de colaboración, Sierra Nevada se ahorra tiempo y costes en el desarrollo de los sistemas que aportará la Agencia Espacial Europea, que a su vez podrá poner a prueba sus tecnologías en una nave tripulada y probablemente llevar a cabo misiones propias en una Dream Chaser.