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Festival de San Sebastián 2013

Oliver Stone: "En EE.UU somos abusones porque tenemos la mayor bomba"

  • La historia no contada de Estados Unidos busca la raíz de los mitos de EE.UU
  • El cineasta hace doblete con el montaje definitivo de Alejandro Magno

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Oliver Stone  en San Sebastián
Oliver Stone en San Sebastián

Contar las bases de la ideología que ha convertido a Estados Unidos en un imperio a lo largo de 130 años. ¿Suena ambicioso? No, si eres Oliver Stone y tienes 10 capítulos documentales para hacerlo. El cineasta continúa la línea de “conciencia de América” que recorre su obra: Platoon, Nacido el 4 de julio, JFK o Nixon, en una serie que será emitida por La 2 próximamente.

Su apego a San Sebastián, que el año pasado le honró con el Premio Donostia, se alarga a esta edición en la que hace doblete en la sección Zabaltegi: además de la citada serie televisiva televisión The Untold Story of the United States (La historia no contada de Estados Unidos), presenta el montaje definitivo de su filme de 2004 Alejandro Magno.

El vasto trabajo, construído solamente con imágenes de archivo y la voz del propio Stone, pasa revista al lado oscuro de la guerra hispanoamericana del 98, la lucha interna y externa contra el comunismo,  presta especial atención al desarrollo de las bombas atómicas y termina en la administración Obama. Peter J. Kuznick, historiador especialista en estudios nucleares, es coautor del guion.

PREGUNTA.: En la serie hablas de la tiranía del ahora, es decir, la información constante de actualidad no es sino una forma de desinformación. ¿Elegiste el medio televisivo porque llega a un público más amplio?

RESPUESTA.: Yo quería hacer una película pero no cogen películas de 12 horas en las salas. Es una pena porque yo creo en eso: me encantaría ver películas de tres horas. Soy un cineasta, he usado mis técnicas documentales de JFK, he usado el lenguaje de las películas, el montaje, las asociaciones, la música.  Los comentarios históricos están basados en hechos. Esa fue la parte más dura de hacer. Tomar los datos correctamente y comprobarlos dos veces. Sin embargo, teníamos  que encajarlos en la sensación típica de una película. También hicimos un libro pero es muy académico. La película tenía que alcanzar la poesía, tenía que ser visible; quería que los jóvenes de 17 años pudieran ver esto  y que dijeran:" guau,  es una buena película, es emocionante, no sé si le he entendido todo pero, al menos, ya sé algo y volveré algún día". Eso pasa a veces, no enseñas todo a la primera. Verás que este es un proyecto muy ambicioso.  No solo en condensar ciento treinta años en 12 horas, también en mostrar la mitología que escuchamos en las escuelas americanas: que América es benevolente, que generalmente es  buena, que trata de hacer el bien en el mundo, etc.  Cuestionamos eso.

P.: ¿Llegará el momento en el que la sociedad estadounidense cuestione el lanzamiento de las bombas atómicas sobre Japón?

R.: Dios mío, esa es una pregunta tan fundamental, porque el uso de la bomba con impunidad nos dio el derecho de dictar los términos del mundo. Esencialmente, somos abusones porque tenemos la mayor bomba en la espalda. Si no cuestiones eso, si no dudas, permites a toda la gente que tiene control, poder, dinero y el deseo de permanecer dominante. Ellos  no van a dañar al poder. No está en la naturaleza del hombre hacerlo. Es una lucha primordial. Y siempre son los guardianes de la paz los que lo intentan, pero siempre pagan un precio como vemos en Henry A. Wallace, Kennedy o Martin Luther King.   La gente que trata de hacer las cosas mejor, que trata de traer paz, a menudo son sacrificadas. Es más fácil ser miembro del establishment en Washington, es más fácil ser un traficante de poder.  Ahora ocurre en Siria. En el fondo de su corazón a Obama no le importa si el mundo está de acuerdo con él.  Va a golpear  Siria porque tenemos el derecho a causa de la bomba atómica. George Bush lo hizo. Nunca hemos pedido perdón por Vietman, o Chile o las intervenciones de la CIA en casi todos los países del mundo.

P.: En España el antiamericanismo es una especie de xenofobia permitida. ¿Lo percibe así?

R.: En política no: recuerdo a  Aznar limpiando las botas de Bush. Parece que están más en lado conservador. En la sociedad, no lo sé bien. Siento que España es un poco libre dentro de la Unión Europea.  Pero no creo que debiera  estar dentro de la Unión Europea, creo que debería permanecer como España. Es una creación americana: la concentración de poder. De Gaulle estaba en lo cierto: tienes que mantener tu soberanía, tu independencia. Espero que España lo haga en su industria cinematográfica, en su cultura. La gente que viene a España, le gusta. Es un país precioso, pero económicamente estáis atados a Europa. Eso es lo que pasa.

P.: Estados Unidos tiene una historia aislacionista y, al mismo tiempo, cierta conciencia de ser líder del mundo. ¿Cómo se conjuga?

R.: Pienso que es perfectamente contradictoria y perfectamente lo que es. Porque, verdaderamente, somos ignorantes acerca de la manera de pensar del país y del modo del que el otro piensa. No empatizamos. No entendimos, después de la segunda guerra mundial, la devastación que había sufrido Rusia.  Fuimos incapaces de entender el sufrimiento de los rusos y nos convertimos en su enemigo muy rápido. Necesitaban dinero, teníamos dinero, pero no se lo dimos. Si no hubiera sido por Rusia, Inglaterra sería parte de Alemania ahora. Y probablemente con los Estados Unidos hubiera sido una lucha interesante. Debemos mucho a los rusos y no hay conocimiento de eso. Y luego tenemos ese desconocimiento geográfico porque estamos asilados entre dos océanos. Es una situación desesperanzadora.  A menos que permitas progresar a la educación, al pensamiento y a la paz.

Cuando  el secretario de defensa Rumsfeld hablaba de la vieja Europa, hablaba de todo de lo que hacían los chicos malos: las guerras religiosas, la opresión. Y, en oposición, el mito de que América ha amanecido como una nueva tierra, en la que puedes ser puro, encontrarte a ti mismo. Fuera de la historia. Bajo dios. Eso es el mito.