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Un ingeniero ferroviario español consigue el premio a mejor inventor europeo del año

  • El galardonado ha sido el burgalés José Luis López Gómez
  • Ha creado un sistema guiado para las ruedas de los trenes de alta velocidad
  • El sistema puede permitir viajar con más seguridad y comodidad

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Entrevista al mejor inventor europeo de 2013, José Luis López

El ingeniero José Luis López Gómez

El burgalés José Luis López Gómez nació en 1941. Estudió Ingeniería Técnica en el Instituto Católico de Artes e Industrias de Madrid. Después de trabajar como instalador y fresador, se unió a la empresa Patentes Talgo en 1967 como técnico de fabricación, posición que fue mejorando hasta convertirse en director técnico en 1990.

En 1996 López Gómez fue nombrado Director General de Tecnología, cargo que ocupó hasta su jubilación en 2004. Desde entonces, ejercido como asesor del presidente de la compañía.

Sus métodos para optimizar el sistema guiado de los trenes han jugado un papel clave en muchos avances de la tecnología Talgo. Ha contribuido a conseguir trenes de alta velocidad más estables y cómodos.

En noviembre de 2011 le fue concedida la Medalla al Mérito en el Trabajo del Gobierno.

El ingeniero ferroviario burgalés José Luis López Gómez ha conseguido el premio como mejor inventor industrial del año 2013 que otorga la Oficina Europea de Patentes (EPO). Y es que ha creado un sistema de guiado activo para rodadura con rueda libre que permite circular a los trenes de alta velocidad de forma más segurida y cómoda.

Este ingeniero, que lleva cuatro décadas perfeccionando la tecnología de los trenes de alta velocidad, ha desarrollado una última invención con la empresa Patentes Talgo que permite a la compañía usar un sistema de guiado para las ruedas independiente en lugar del eje estándar empleado en los trenes de pasajeros, ha informado la EPO.

López Gómez presentó la patente dentro de la empresa, Patentes Talgo, sin presentarse a ningún concurso y ha sido seleccionada de entre otras 15.000 patentes. En una conexión con el Canal 24 horas, el ingeniero ha contado cómo ha gestado esta y otras ideas: "Siempre tengo ideas, cuando existe una necesidad es como se resuelve el problema".

Mejora del contacto entre la rueda y el raíl

López Gómez ha centrado su investigación en cómo las ruedas de los trenes se adaptan a los raíles, ya que el punto de contacto de la rueda y el raíl es el responsable del desgaste de ambos y de la estabilidad del convoy.

Las ruedas del tren hacen una pequeña pisada elíptica en su contacto con la vía, lo que reduce significativamente la fricción. Asimismo, el diámetro de la rueda es más pequeño en el exterior que en el interior. Esta forma ligeramente cónica minimiza el área de superficie que entra en contacto con la vía del tren y permite que las ruedas hagan el giro sin resbalar.

Cuando un tren toma una curva, las ruedas externas tienen una distancia mayor que recorrer que las ruedas interiores. Gracias a su forma cónica y al diámetro más pequeño de su borde exterior, las ruedas externas recorren esta distancia adicional girando a la misma velocidad que las ruedas interiores. Esta óptima posición cuando el tren toma una curva puede ser muy útil en regiones montañosas, por ejemplo.

Este tipo de trazados con curvas son todo un reto para los trenes de alta velocidad, aunque las ruedas de los trenes Talgo están montadas individualmente  en lugar de estar unidas por un eje. Esto supone que las ruedas sean  más ligeras, que reduzcan su centro de gravedad y que puedan tomar  curvas con seguridad.

Aumento de la velocidad en las curvas

La nueva tecnología de López Gómez, patentada en EPO en 2007, optimiza el movimiento al detectar la velocidad precisa a la que gira la rueda y calculando exactamente qué parte de la rueda está en contacto con el raíl. Con esta información, el sistema de suspensión en la inclinación del tren asegura que se mantenga en un punto de contacto óptimo.

Este sistema usa la fuerza centrífuga -una fuerza ficticia que aparece cuando se describe el movimiento de un cuerpo en un sistema de referencia en rotación- para empujar el vagón hacia el exterior de la curva. Así, detecta dónde y cuándo se curvan los raíles y vuelve a alinear la posición del tren. 

Esto hace que el Talgo viaje un 33% más rápido en los trazados con curvas y que al mismo tiempo el viaje sea más agradable y seguro. 

Aunque este sistema no se ha implementado por completo, se ha probado en numerosos trenes con buenos resultados, afirma EPO. Estas pruebas han revelado el área óptima en el que ruedas y raíl entran en contacto. El sistema evita chirridos y el desgaste de los materiales.

Vídeo con la explicación de la invención (en inglés):