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"Yo no voy a pagar el euro por receta, me parece un abuso y una injusticia"

  • Desde el 1 de enero los madrileños tienen que pagar un euro por cada receta
  • La calle acoge la medida entre la indignación y la resignación
  • Los usuarios objetores deben rellenar un formulario en las farmacias
  • Los farmacéuticos se quejan del gran trabajo administrativo que conlleva
  • Sanidad asegura que podrá reclamar ese pago con un recargo del 20%

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Una farmacia madrileña
Una farmacia madrileña

El pago de un euro por receta -vigente desde el pasado 1 de enero- tiene a los ciudadanos madrileños en pie de guerra y ya han surgido grupos que se declaran abiertamente objetores a esta nueva medida que ha sido recurrida ante el Constitucional por el Gobierno central.

Los madrileños deberán pagar un euro por receta hasta un tope de 72 euros anuales. Los que se nieguen, deberán rellenar un formulario en las farmacias aunque desde Sanidad ya han asegurado que pueden reclamar ese pago con un recargo del 20%. El número de insumisos no está claro, mientras los farmacéuticos cifran las objeciones en más de 4.000, la Comunidad de Madrid asegura que "no llegan al uno por mil".

“Estamos hablando de un saqueo sistemático que perjudica a los más desfavorecidos ya que cualquier millonario va a pagar el euro igual que una persona con dificultades o con enfermedades crónicas que requieren 40 medicamentos al mes”, explica a RTVE.es, Álex Corrons, portavoz del movimiento Yonopago.

El Gobierno de la Comunidad de Madrid insiste en que es una medida que ayuda a racionalizar el gasto y que no supone un repago ni es discriminatorio. "No tiene por objeto recaudar sino hacer que no se expidan las recetas no necesarias", dijo el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, para seguir: "No es tanto lo que se recauda sino evitar el gasto excesivo en expedición de recetas".

A través de las redes sociales, el movimiento Yonopago -que tacha la medida de "injusta"- informa sobre cómo eludir el pago del euro por receta.  Para ello -señalan- tienes que rellenar un formulario en el que debes poner tu nombre y apellidos, dirección, código postal, teléfono y DNI. El impreso tiene tres copias (dos se quedan en la farmacia y otra es para el usuario).

Ana Robles, farmacéutica de la zona de Méndez Álvaro, en Madrid capital, también considera la medida "muy injusta". "No es lo mismo un euro para una persona con una renta alta, que para otra con una pensión muy baja", opina. "Hay pensionistas que vienen a la farmacia una vez al mes y se llevan una media de diez recetas”, explica Robles. Por ello, esta trabajadora pide que -igual que se ha hecho un baremo para pagar los medicamentos según la renta- se haga también para la tasa del euro por receta.

¿Qué va a ser lo siguiente por lo que nos cobren?

La actitud de los ciudadanos ante la nueva tasa es por un lado sumisa pero por otro lado se muestran hartos de tener que pagar cada vez más "por algún servicio". "Yo lo voy a pagar, qué remedio", dice una madrileña a la salida de un centro de salud. "Yo me niego, es un abuso, ¿qué va a ser lo siguiente por lo que nos cobren?", explica una pensionista tras comprar sus medicinas.

Pensionistas y enfermos crónicos, los más perjudicados

Los pensionistas son uno de los colectivos más enfadados con esta nueva medida. "Tanto que presumen de apoyar a los mayores y ahora, a parte de que nos suben todas las facturas y pagamos un porcentaje de los medicamentos... tenemos que pagar el euro por receta", cuenta indignada Juana Simón, pensionista de 82 años. "Yo no lo pagué, me niego", apunta.

Otros de los más perjudicados son los enfermos crónicos como Merche. Esta madrileña cuenta cómo fue a por dos recetas y la farmacéutica le dijo que al ser un impuesto más, lo tendría que pagar. "Yo la contesté: no es un impuesto más, es una tomadura de pelo, me negué a pagar y rellené el formulario", explica. "Eso sí, no me trataron muy bien y tardaron bastante, había un poco de desorganización", apunta Merche a RTVE.es.

Patricia es otro ejemplo de paciente con enfermedad crónica que se niega a pagar la nueva tasa. A sus 28 años suele ir una vez al mes a la farmacia para comprar unos diez medicamentos para su enfermedad. "Eso sin contar las recetas de mi marido y las de mi hija de 19 meses", apunta. "Me niego a pagarlo, además hay muchos medicamentos que cuestan menos de un euro", explica Patricia.

Desbordamiento administrativo en las farmacias

La aplicación de la nueva tasa está provocando en estas primeras semanas colas, dudas e incógnitas en las farmacias madrileñas. Sus trabajadores se quejan de la labor administrativa que deben hacer para gestionar el pago de la tasa y la pérdida de tiempo que supone explicar a cada cliente qué debe hacer para objetar.

“Es un desbordamiento administrativo insoportable. Ahora tardo el triple en dispensar un medicamento”, explica a RTVE.es Ana Robles, farmacéutica.

Ahora tardo el triple en dispensar un medicamento

Robles cuenta que -paradójicamente- rellenan los formularios de insumisión las personas de poder adquisitivo más alto. “Los pensionistas con enfermedades crónicas o asumen el euro o no compran el medicamento”, cuenta.

A este caos hay que sumarle la ausencia del programa informático en las farmacias para calcular el máximo de 72 euros al año. Por ello, al ser difícil calcular lo que llevas gastado sin el programa aún en funcionamiento, los farmacéuticos aconsejan a los clientes guardar los tickets de compra.

En vez de hacer nuestro trabajo, hacemos de recaudadores

Los farmacéuticos se quejan de que "ese no es su trabajo" y dicen que los ciudadanos "les toman como los malos". "Ahora en vez de hacer nuestro trabajo, somos recaudadores de Hacienda", explica enfadada a RTVE. es una trabajadora de otra farmacia madrileña. Lo que sí han empezado a notar es que los ciudadanos llevan menos recetas. "Si antes venían con 20, ahora lo hacen con la mitad", apunta.

Guerra de cifras en los datos de insumisión

No hay datos concretos sobre el número de objetores al pago del euro por receta, aunque hay una cierta guerra de cifras. Según el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, la tasa ha recibido miles de insumisiones en su primera semana y da un dato: en Cataluña se registraron un total de 4.500 negativas por mes, una cifra que la Comunidad de Madrid superó en solo siete días.

"De momento no estamos teniendo muchas reclamaciones, aunque en los últimos días sí se han dado más, parece que la gente se va enterando poco a poco de la medida", dice un farmacéutico de la calle O'Donnel. "A nosotros ya se nos han agotado los formularios, cada vez son más los que se niegan a pagar", cuenta otra farmacéutica del mismo barrio.

Por el contrario, el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, ha negado que se haya producido una alta insumisión y dice que el número de objetores "no llega al uno por mil". 

“Yo creo que los datos de insumisión dependen del barrio, en el mío -Méndez Álvaro- en el que hay un nivel económico medio, la gente está resignada y se lo toman como una más", explica Robles. "También, al ser vecinos de toda la vida, muchos no lo hacen para no causarte un problema", apunta esta farmaceútica.

Y si no pago ¿qué?

Pero, ¿qué pasará con los objetores del euro por receta? ¿Qué consecuencias tiene negarse a pagar la nueva tasa? Desde Sanidad advierten de que no pagar el euro por receta "tiene las mismas consecuencias que no pagar a la Hacienda Pública". La norma es obligatoria y está incluida en la Ley de Medidas Fiscales, Financieras y Administrativas de la Comunidad de Madrid.

El consejero madrileño de Sanidad, Javier Fernández-Lasquetty, ya advirtió de que quienes se nieguen a pagar tienen que "dejar sus datos personales y después se les reclamará esta cantidad, con recargo y en su caso, la sanción que pueda tener".

Después, se recibirá una carta en el domicilio en la que te explicarán el proceso a seguir para saldar tu deuda. La medida, que se encuentra en fase inicial, está concretándose y por ello aún se desconocen con detalles las fórmulas que la Comunidad de Madrid ofrecerá a los insumisos.

La última opción que valora la administración madrileña es embargar la cantidad correspondiente de la cuenta bancaria asociada a cada objetor. Es decir, si no pagas el euro por receta, la Comunidad de Madrid podría extraer de tu cuenta hasta 1,20 euros por prescripción.

Mientras, en la calle, los ciudadanos madrileños viven esta nueva tasa sanitaria entre la indignación y la resignación.