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Micharmut: "Hubiera dado mi vida por ser una mosca"

  • El artista nos habla de su libro 'Solo para moscas'
  • Un original proyecto que ha venido desarrollando en Internet durante 5 años
  • "Es un paseo por los días y las gentes", asegura el autor

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Fragmento de una ilustración de 'Sólo para moscas', de Micharmut
Fragmento de una ilustración de 'Sólo para moscas', de Micharmut

Juan Enrique Bosch Quevedo (El Cabañal, Valencia, 1953), más conocido como Micharmut, es uno de los historietistas e ilustradores españoles más importantes de la historia. En los 80 fue uno de los renovadores del cómic adulto con su trabajo en revistas como Bésame Mucho (1980), Madriz (1984), o Medios Revueltos (1988). Y ha sabido mantener ese espíritu rebelde y de investigación en busca de nuevos caminos para el cómic, gracias a obras como Veinticuatro Horas (1995), La Noche de la Rata (2001) y Pip (2004) (todas publicadas por Edicions de Ponent). Su último trabajo: Sólo para moscas (Edicions de Ponent) es una curiosa mirada al mundo, desde la perspectiva de las moscas. Un proyecto que comenzó como un blog en 2008 y que ha sido recibido por la crítica como uno de los mejores cómics de 2012.

"Yo describiría Solo para moscas, como un paseo por los días y las gentes -asegura Micharmut-. Días con fecha, pues abarca el periodo que transcurre entre el 2008 al 2012. Una especie de reportaje de lo que sentía a través de la observación de las gentes y el paisaje que las contenía, la ciudad.

"La idea surgió un año antes (2007) como consecuencia de un trabajo de campo que llevaba entre manos, el ir dibujando el perímetro, las afueras de la ciudad, esa zona en que la ciudad se diluye con el campo y no es una cosa ni otra -comenta el autor-. El contacto con un variopinto tipo de gentes y formas excéntricas me fue proporcionando un material que hablaba por si solo. Escogí el nombre de las moscas por esa característica del ir y venir de los dípteros sin posarse en un lugar concreto por mucho tiempo, su curiosidad insaciable".

Los años de la "Gran estafa"

Al ser un blog, Micharmut no partía de un guión y la idea ha ido evolucionando durante estos 5 años: "Cuando escojo una idea para desarrollarla lo preconcebido queda fuera y dejo que los sucesos evolucionen por sí mismos, digamos que, como hace el camaleón, también yo formo parte del paisaje y siento sus inclemencias. Sucesos, en esos cinco años, que, en este caso, te desbordan como un torrente. Son los años de la gran estafa, del caerse la careta a todo un sistema perverso que sólo aporta desolación".

Un proyecto que ha sido posible gracias a internet, aunque para Micharmut: "La libertad no la dan los objetos, la toma uno mismo. Internet es otro medio de comunicación con sus peculiaridades que influyen en el lenguaje del tebeo. Asunto que todavía está por indagar, pues el mismo medio aún no ha parado de fijarse como lenguaje específico. No es el futuro, es uno de ellos. El único futuro que yo sepa que existe está a dos metros bajo tierra, lo demás son ensoñaciones".

Considerado uno de los maestros del cómic y el diseño de los últimos años, Micharmut mantiene su espíritu rebelde: "Que yo sepa no soy maestro de nada y si lo fuera dejaría de serlo. El mundo del diseño y el del tebeo son lenguajes que provienen de un mismo tronco, que sería la representación de la mirada, su conjunción es total".

"El arte puede cambiar a las personas, pero no las cosas"

En cuanto a si el cómic o el arte pueden cambiar las cosas, Micharmut lo tiene claro: "Evidentemente no. Si fuera tan sencillo como que un medio de  comunicación lograra tal maravilla podríamos batir nuestras orejas de  gozo. Las cosas cambian o no por otros motivos. El poder y el dinero,  las castas, la educación, las pautas de pensamiento… por ahí anda la cosa  del cambiar. Puede que el arte cambie a las personas pero dudo que a  las cosas".

Aún así, el fue uno de los que intentaron que el cómic fuera algo más en la caótica década de los 80: "Cada época segrega su propia mirada -asegura Micharmut-. A aquella de caótica libertad la  siguió otra dominada por el narcisismo y la integración. Esa época de  bonanza, de vivir por encima de nuestras posibilidades, que dicen, y que  yo no vi por ninguna parte…más bien nos tejieron esa tela de araña en  la que actualmente deambulamos".

En cuanto al futuro del llamado 9º Arte se muestra optimista: "Para mi todo son tebeos, los devaneos de la industria o la ideología en etiquetar sus mercancías me dan exactamente igual. Sigo, pues, todo tipo de historieta. Y más la actual, que ha dado un salto de calidad como nunca he visto antes; la denominada novela gráfica también, aunque no la percibo tan seria como dicen algunos. En cuanto a conformista, a medida que su propia definición se establezca se encorsetará más. Definir, en cierta medida es acotar, conformar un género".

"Hubiera dado mi vida por ser una mosca"

Tras cinco años estudiando el mundo desde la perspectiva de las moscas, Micharmut asegura que: "Hubiera dado mi vida por ser una mosca, esa es mi conclusión…pero, desgraciadamente somos amasijos freudianos, alienados seres que suspiramos por futuros inexistentes… no damos más de si".

Tras la publicación del libro, Micharmut, vuelve a volar libre en busca de nuevos retos artísticos: "Los motivos del blog fueron la realización del libro que se fue tejiendo  en él, mediatizado por las características del propio medio. El libro  no es una recopilación, sino un todo que se conformó poco a poco. Es  algo finalizado. Preparo uno nuevo, con otras necesidades, más historietístico, por decirlo así".

"Y además del nuevo blog, preparo un libro sobre misceláneas, una historieta larga, con personajes y todas esas cosas…ya veremos…"

De momento podemos dejar volar la imaginación con estas moscas cuya mirada de la realidad nos sorprende, nos divierte y también nos incomoda. ¡Uno de los libros de 2012!.