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Rocío Márquez: "Para ganar en La Unión hay que escuchar mucho cante minero"

  • La cantaora onubense fue 'Lámpara Minera' y 4 primeros premios en 2008
  • Ofrece sus consejos a los participantes en la LII edición
  • Ricardo Fernández ganó el sábado la 'Lámpara' 2012 en el Cante de las Minas

Por
Rocío Márquez por malagueñas y abandolaos alumbrando el Mercado de La Unión

Rocío Márquez, (Huelva, 29 de septiembre de 1985), además de maestra e investigadora del fandango es una cantaora flamenca de escuela cuya técnica prodigiosa le permite afrontar cualquier palo sintiéndose de verdad, en especial en los difíciles cantes mineros.

La onubense consiguió en 2008 el máximo galardón del Festival Internacional del Cante de las Minas de La Unión, la Lámpara Minera y la adornó con cuatro primeros premios: por mineras, por tarantas, por murcianas y otros cantes mineros y, el cuarto, por cantes de Málaga, Granada, Córdoba y Huelva.

Solo Miguel Poveda y ella han conseguido reunir tanto reconocimiento en una misma edición, solo dos artistas que llegan al flamenco desde la temprana afición y desde el trabajo y estudio continuados.

Rocío tiene también una decidida intención de compromiso social desde su cante, prueba de ello fue su viaje al interior del pozo minero de Santa Cruz del Sil, en el Bierzo leonés, el pasado cinco de julio, para llevar un canto de claridad y esperanza a los siete hombres que mantuvieron un encierro de más de 50 días para reivindicar el pan y la sal.

La final de la LII edición del Cante de las Minas está llamando a la puerta de los camerinos de los cantaores, bailaores y guitarristas que han ido superando las distintas fases previas, unos Juegos Olímpicos anuales del flamenco.

Rocío tuvo la amabilidad de recibir en el suyo a RTVE.es el pasado domingo después de su actuación en una de las galas con las que el Festival de La Unión inunda de flamenco durante dos semanas el verano murciano. A la que esta mujer, de querer sencillo, acudió a la llamada del cariño con las mismas ganas que le echa cuando canta en la ópera de Dusseldorf o en la peña flamenca Los Pájaros en el corazón de la huerta murciana.

Desde la modestia y el compañerismo ofrece a estos aspirantes al máximo galardón algunos consejos en un momento clave de sus carreras.

Pregunta- ¿Cómo se consiguen la Lámpara y cuatro primeros premios?

Respuesta- ¡Con mi abuela Trini que reza mucho! La encimera de la cocina la tiene entera... entera llena de santos y de velas y cada vez que actúo me la enciende.

P- ¿Rocío, qué te ha dado La Unión?

R- La Lámpara fue un punto de inflexión en mi carrera, no solo por cómo la gente te ve, que es un cambio muy grande de cuando la tienes a cuando no, sino por ti misma. Yo sentí que habían apostado por mí en ese momento las personas que estaban en el jurado y el público y me siento eternamente agradecida con La Unión porque te permite acudir a circuitos de peñas, festivales y lugares que de otra manera sería imposible. Pero más importante es la confianza que tiene uno mismo, te lo dicen personas que admiras tanto y en un sitio por el que sientes tanto respeto… te da confianza.

Sentí que habían apostado por mí en ese momento, me siento eternamente agradecida con La Unión

P-¿Qué le dirías a quien se presenta, qué consejos le das para ganar?

R- Que escuche a la gente de aquí, porque hay una forma especial de terminar las letras, se alargan mucho.

P- Cuando su madre se dio cuenta de que el empeño de la niña por ser cantaora era definitivo procuró que se formase de la mejor manera posible, cursó cuatro años de piano en el conservatorio, completó la diplomatura en magisterio musical en la Universidad de Sevilla, donde ahora prepara el doctorado con una tesis sobre el fandango de Encinasola (Huelva) y Álora (Málaga). En 2005 consiguió una beca para estudiar en la fundación Cristina Heeren, donde tuvo la fortuna de recibir clases de artistas de la talla de José de la Tomasa y Paco Taranto. ¿Hiciste alguna preparación especial para subirte al escenario de La Unión?

R- Tenía la formación de la fundación, que ya era mucho, pero me preparé por mi cuenta, escuché mucho a artistas de aquí: Encarnación Fernández, Antonio Piñana, Pencho Cros y a otra gente que había ganado otros años y una vez que me lo había aprendido entonces sí consultaba con otras personas a ver qué les parecía. Cuantos más grupos de cantes mineros preparas más posibilidades tienes y por ahí me presenté.

P- Dicen que algunos concursantes vienen en un coche de lujo que es el de la persona que le prepara, ¿hay profesores especializados para ganar en el Cante de las Minas?

R- Yo tuve la suerte de venir arropada por mi gente y para las semifinales, como sabían que para mí era muy importante vinieron todos: mis padres, mi hermana con su marido, mis primos, mis tíos… toda la familia. Me preparé mucho, durante un año estuve haciendo todos los días un par de veces la minera, un par de veces la cartagenera, un par de veces todos los cantes, para interiorizarlos. Cuando estás aquí este escenario tiene algo especial, tienes que tener mucha seguridad para que los nervios no te jueguen una mala pasada. Cuando tienes mucha presión hay veces que se soluciona haciéndolo de forma que te divierta y yo lo que quería era, sobre todo, disfrutarlo. Cuando me vi en las listas de la final salí muy tranquila porque no sabía cuando iba a volver a pisar este escenario en una final así que quise disfrutar de ese momento y... ¡Lo disfruté muchísimo!

No sabía cuando iba a volver a pisar este escenario en una final así que quise disfrutar de ese momento

P- ¿Te habías presentado alguna otra vez antes de 2008?

R- No, fue el primer año, ¡yo es que tengo muy buena estrella! Fue una experiencia súper bonita. Soy muy amiga de Gema Jiménez que ganó en 2005. Recuerdo verla por la tele, llorando, súper emocionada, diciendo ¡qué ilusión más grande!... y cada vez que hablaba con Gemita le decía qué guay, qué momento, cómo tiene que ser… y ella con un acento muy gracioso, es de Jódar, me decía: “¡Nenaaaaaaaa preséntate túuuuuuuu, que esto te lo llevas túuuuuuuuuuuu!” Yo me iba para su casa, ella me corregía las cosas y me decía: “aquí eso queda bonico pero allí gusta más alargar”. Me echó una mano grandísima. Cuando llegó el momento de echar los papeles para las bases me preguntaba "¿los has echao?" y convencida le dije: ¡Vámonos pa’lante a ver qué pasa, vamos a intentarlo!

P- Este verano el realizador Jorge Martínez te pidió que le acompañaras a visitar a los mineros de Santa Cruz del Sil y le llevastéis una minera escrita por Alfonso Paredes, 'Niño Alfonso', exminero en La Unión y cantaor de 78 años a la que tú le añadiste una segunda letra, ¿cómo fue la experiencia?

R- Esta experiencia se queda para siempre, muy bonita. Iba muy ilusionada con muchas ganas, sabía a lo que iba y me pareció una idea preciosa y todo lo que pensaba cuando bajé -porque iba pensando que si podemos distraer a estos hombres un par de horas pues mira qué bien- cuando llegué se me cayeron las lágrimas, vi las caras de esos hombres y dije: dios mío en qué límites tiene que estar una persona para sacrificarse así. Habían habilitado una galería y tenían allí puestos los dibujos de los chiquillos, me quedé mirando uno que ponía: ¡ánimo papá! Se me vino el alama a los pies. Siempre que canto por levante me acuerdo de esa noche, de los siete hombres. La minera tiene más sentido desde que viví esa experiencia.

Rocío Márquez recuerda a los mineros leoneses

P- Rocío Márquez anunciaba en el mes de julio el alumbramiento de su primer disco, Claridad, el mismo día que nacía la Academia de las Artes y las Ciencias del Flamenco, un buen gesto de las coincidencias universales para su buena estrella. La producción, de José Luis Garrido, le encanta, dice, porque ha habido una "empatía total" con sus gustos y sensibilidad, y el guitarrista, Alfredo Lagos, que también se ocupa de los arreglos, ha aportado la "serenidad y felicidad" que trasluce el trabajo. ¿Tú tienes la voz clara, no? Clara como tu disco...

R- Clarilla… jajaja. Claridad, sí me gustaba ese nombre, primero porque yo buscaba algo que diera luz y más como están ahora las cosas y después como coincidía un poco con el tipo de metal que tengo, que es una voz más bien laína, fina y clara, era una manera de identificarme.

Es un disco que Juan Vergillos, Premio Nacional de Flamencología en crítica flamenca, define como "un ramillete de cantes clásicos con letras y arreglos de hoy, un soplo de frescura y sabiduría flamenca" y acaba rematando: "tiene fuerza, tiene conocimiento, afinación. Vocación, voluntad, ganas. En este disco el aficionado va a encontrar entrega y una apuesta por la vida, por el cante".

Ole.