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Juan Ignacio, nieto de Nicanor Parra: "Ahora, a por el Nobel"

  • El joven chileno habla con RTVE.ES a las puertas de la Universidad de Alcalá
  • El paraninfo se ha vestido de gala para homenajear al poeta chileno

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Nicanor Parra recibe el Premio Cervantes

“¿Que si me abuelo está mayor? ¡Noooo!, está bien. ¡Si no para de llevarnos en su auto de acá para allá!”. Estas eran las palabras –demasiado sinceras tal vez– de Juan Ignacio Parra, nieto de Nicanor Parra, tras el acto de entrega del Premio Cervantes que se ha celebrado este lunes en Alcalá de Henares, ciudad cercada por las fuerzas de seguridad durante unas horas.

Palabras, por otra parte, que ofrecía el joven en exclusiva a RTVE.ES después de ser preguntado por el premiado, a quien Juan Ignacio califica de “muy callado”. “A mi abuelo no le gusta hablar con periodistas, porque estos siempre tratan de buscar el lado político de las cosas y a él no le gusta nada que tenga que ver con la política”, ha confesado uno de los seis nietos que tiene el poeta chileno, tan orgulloso, a juzgar por su gesto, como los cinco restantes.

Alergias políticas al margen, el ilusionado nieto ha querido dejar claro lo merecido del premio: “Se merecía el Cervantes hace mucho tiempo. Él creó la antipoesía, y nosotros nos sentimos muy orgullosos de él por este premio, el más importante que se puede llevar alguien que escriba en español. Ahora, ¡a por el Nobel!”.

"En el Palacio Real me he sentido como en casa"

Juan Ignacio se mostraba así de optimista mientras Cristóbal, el encargado de recoger el premio y mucho más tímido, decía –un metro más allá y diez centímetros más arriba– de Don Felipe que “es muy humano y muy cercano”. “En la cena de la otra noche, en el Palacio Real, me sentí como en casa”, ha afirmado tan serio como ha recogido el Cervantes de su abuelo.

Las conversaciones de la familia de Nicanor Parra con la prensa han tenido lugar una hora después de que terminara el acto en la Universidad de Alcalá de Henares, majestuoso testigo del siglo XV y que hoy se ha vuelto a vestir de gala para rendir tributo al español.

Horas antes del comienzo de la entrega, vecinos de la localidad se acercaban al edificio que alberga la Universidad para ver llegar a los Príncipes de Asturias. Algunos, minoría, aprovechaban para exponer sus quejas pancartas en mano y silbatos en boca. Quejas que iban destinadas al alcalde de la ciudad que vio nacer a Cervantes pero que se han extendido al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y a Don Felipe.

Don Felipe, con la capa de tuno

Los príncipes, tras el acto, han sido recibidos por un grupo de tunos de la universidad que no han dudado ni un instante –el príncipe sí, pero no se ha podido negar– en colocarle a Don Felipe una de sus capas, con la que ha tenido que posar ante los fotógrafos y los medios que esperábamos fuera.

“La gente canta con ardor ¡Que Viva España!, la vida tiene otro sabor, y España es la mejor”, coreaban entre los aplausos de los curiosos que han esperado a que los príncipes abandonaran la ciudad para irse a comer.