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'The Nam', una visión realista de la guerra de Vietnam en un cómic convertido en un clásico

  • Es obra del veterano Doug Murray y el dibujante Michael Golden
  • Un clásico de los 80 que se reedita en tomos, por primera vez

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Viñeta de 'The Nam', de Doug Murray y Michael Golden
Viñeta de 'The Nam', de Doug Murray y Michael Golden

Han pasado casi 25 años desde que se publicó The Nam, del guionista Doug Murray y el dibujante Michael Golden. Una serie rompedora en su momento por tratar de forma muy realista la guerra del Vietnam, sin maniqueísmos, y con un nivel literario y gráfico excepcional. Y un cómic totalmente novedoso para la editorial Marvel Comics, especializada en superhéroes.

Una auténtica joya del noveno arte que ahora Panini recupera, en estupendos tomos.

La historia está centrada en la experiencia personal y las vivencias  de los soldados. Y los autores intentan ser todo lo neutrales que pueden, dedicando incluso algunos números a presentar la visión del  enemigo, los vietcongs.

The Nam sigue las peripecias del soldado Edward Marks y sus compañeros a través de una jungla de sangre, mentiras, traición y valor. Una guerra que cambió para siempre a la sociedad estadounidense, que se creía invencible y que vió, impotente, cómo sus soldados eran derrotados, por primera vez en su historia. Un cómic sin superhéroes, pero con héroes muy humanos.

The Nam nació como una serie limitada de 12 números pero su éxito la llevó hasta los siete años de publicación y 84 intensos números, de los que Cómics Forum publicó aproximadamente la mitad, hace ya 20 años.

Narrada en tiempo real

El cómic respira autenticidad gracias, sobre todo, a que el guionista (Doug Murray) era un veterano de la guerra del Vietnam y la había vivido en primera persona (durante dos años), con lo que intentó que todo fuese lo más real posible (usando incluso el argot que utilizaban los soldados para hablar).

Y su mejor aliado fue el fantástico dibujante Michael Golden, uno de los menos prolíficos del cómic americano (Micronautas, Batman) que demuestra que es uno de los mejores narradores del medio, con un dibujo a medio camino entre el realismo y la caricatura, que aumenta el dramatismo de las escenas y refleja perfectamente las penalidades que sufren los soldados enfrentados a diario a la muerte.

Los dibujantes que le sucedieron, como el veterano (y excepcional) John Severin, mantuvieron un nivel aceptable, aunque sin llegar nunca a la genialidad de Golden.

Sin heroicidades a lo "John Wayne"

La colección está narrada desde el punto de vista de los soldados y en tiempo real, de manera que pasan treinta días entre cada uno de los episodios. Como los militares firmaban por un año en la guerra, se suponía que al cabo del primer año el reparto de la serie se había tenido que renovar por completo, salvo los soldados que se hubiesen reenganchado por otro año.

"Le dije a Doug que tenía que hablar sobre los soldados que pillaban las infecciones en la piel, la malaria y la disentería, asegura el editor Larry Hama. Tenía que hablar sobre la gente, no sobre las ideas. Y los soldados tenían que ser reales, no héroes de anuncio ni cuasi superhombres. No habría heroicidades a lo John Wayne. Había tíos en Vietnam que volvían a firmar para quedarse allí y evitar que sus hermanos pequeños, que habían sido llamados a filas, tuviesen que ir"."

Eso le permitía a Doug manejar el suspense de forma que nunca sabías quién iba a morir, porque como todos los personajes tenían limitada su estancia en la serie, cualquiera de ellos podía ser herido o fallecer en cualquier momento, incluso los protagonistas principales. Una serie que se adelantó en ese aspecto a historias como Juego de Tronos.

Un éxito de crítica

A pesar de ser un cómic bélico y encima de un conflicto tan polémico e impopular, la serie tuvo gran éxito desde el primer número, tanto de ventas como de crítica. "Incluso recibimos un premio de la Organización Bravo, de veteranos del Vietnam, por el "Mejor retrato publicado en los medios sobre la guerra del Vietnam, por encima incluso de la película Platoon", asegura Larry Hama.

Habían tenido que pasar casi 30 años para reflejar, con un mínimo de autenticidad, la guerra de Vietnam en el cómic (después del fiasco de la excepcional Blazing Combact (Norma Editorial), que fue censurada en 1965 por el ejército, al considerarla antiamericana).

Un cómic excepcional en una edición a la altura de sus méritos, aunque la única pega que se le podría poner es que cada tomo recoja 10 números en vez de 12, el número ideal para resumir un año de historias, como se planteó la serie.