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Crónicas. "La huella del SIDA"

  • Se cumplen treinta años del inicio de lo que se convertiría en una epidemia
  • Cada año, en España, cerca de 4.000 personas se infectan por VIH
  • Crónicas se acerca a la realidad de quienes han vivido de cerca la infección

Por
Crónicas - La huella del Sida

FICHA TÉCNICA

GUIÓN: Carmen G.Bonet

REALIZADOR: José Luis Aragón

IMAGEN: Pablo Balsa/Josechu Llorca

SONIDO: Nacho Gª Díez, Fernando Romera

MONTAJE: María Hidalgo

SONORIZACIÓN: Curro Escribano

PRODUCCIÓN: Ana Pastor/ Lourdes Calvo

Se cumplen ya 30 años de los primeros casos de una extraña enfermedad a la que más tarde se conocería por el nombre de SIDA. Más de 30 millones de personas han muerto en este tiempo en todo el mundo. Desde que se descubrió, el virus del sida ha sido el más estudiado en la historia de la virología. Y la lucha para evitar su propagación, está llena de fracasos, pero tambien de grandes éxitos.

Los actuales tratamientos han conseguido que la infección por VIH deje de ser mortal. Pero aunque hoy las vías de transmisión son de sobra conocidas, información y prevención parecen seguir siendo necesarias. La población se sigue infectando por VIH…En España, cada año, entre 3500 y 4000 personas. Crónicas se acerca a esa crónica del SIDA, a esa marca que dejó en muchos, que hoy pueden contarlo; a lo que fue y hoy es el significado de esas siglas que muchos consideran aún una enfermedad “maldita”.

David y su historia nada especial

Conocí a David a principios de los 90. No se si en ese momento él sabía ya de su enfermedad, o simplemente dejó pasar el tiempo hasta que la infección se manifestó con alguna de esas enfermedades asociadas como el cáncer, neumonías, etc…Seguramente nos hubiera ayudado a hacer este reportaje si hubiera estado aquí.

Formaba parte de uno de los llamados “grupos de riesgo”, el colectivo gay, y tenía una pareja estable que, según me contaron, le acompañó durante su largo y doloroso adiós. No hay en esta historia nada especial, salvo que era alguien a quién conocí, un inglés afable y alegre, al que le gustaba mucho cocinar.

No hay nada especial porque, lo que le ocurrió a David, le ocurrió durante esos años a un gran número de personas que, además, tuvieron que luchar contra el rechazo y el temor de los demás, u optar por esconderse y morir solos…

SIDA y soledad

SIDA, tabúes y miedos

La historia del SIDA es, como tal vez la de muchas otras enfermedades infecciosas, una historia llena de tabúes, discriminaciones y miedos. El desconocimiento de los primeros años, el no saber bien cómo podía transmitirse…Si a eso le sumamos que es la única enfermedad infecciosa que hay que tratar durante toda la vida, tal vez tengamos más claro el panorama y la dura situación por la que han pasado muchos durante estos años y ¡algunos, han conseguido llegar con vida hasta aquí!

SIDA, una enfermedad oculta

¿De mortal a crónica?

De “mortal” a “crónica”. Podríamos haber elegido algo así para poner titulo a este trabajo, pero no hubiera sido correcto. En primer lugar, porque ,aunque en los países desarrollados como el nuestro ya no se muere de SIDA si se diagnostica temprano y se siguen los tratamientos, sigue siendo una cronicidad entre comillas. El virus y la medicación pueden hacer envejecer prematuramente, o sufrir otros “achaques” más propios de personas con diez o veinte años más.

SIDA y pobreza

En segundo lugar porque, aunque celebremos la existencia de tratamientos eficaces y el descenso del número de muertes por SIDA en España y otros lugares, la paradoja sigue siendo la de siempre, no solo cuando hablamos de sida. En los países más pobres, la gente sigue muriendo por esta epidemia, los tratamientos no llegan, ni tan siquiera los programas educativos y de prevención.

En el Africa subsahariana, por ejemplo, dos millones de personas mueren al año víctimas del SIDA. Claro, si antes no han muerto de la otra gran epidemia que les asola: el hambre.

Miedo a la discriminación

Volviendo a nuestro país, a los “privilegiados” del SIDA, aunque suene mal decirlo... No ha sido fácil encontrar quienes quisieran “dar la cara”, decir “yo tengo el virus”.

Normalmente, quienes han hecho pública su condición, son también activistas desde hace muchos años y han luchado y siguen luchando desde distintas asociaciones para informar, ayudar y conseguir que las cosas cambien.

Algunos defienden, a capa y espada, la visibilidad de esta enfermedad como única forma de romper con los miedos y discriminaciones. El sida sigue asociado por muchos, lamentablemente, a ciertos temas tabú.

Jancho Barrios: SIDA y tabúes

Después de lo visto y oído no debemos ser todavía demasiado optimistas. Treinta años son aún pocos para la ciencia, aunque los progresos hayan sido muy grandes. Treinta años nos pueden y deben servir para recordar que el virus sigue entre nosotros, que hombres y mujeres se siguen infectando, y que educación y prevención siguen siendo necesarios. Tal vez más que en otros momentos. Porque hoy, las noticias hablan de vacunas terapeúticas, incluso preventivas, y parece que la enfermedad ya no representa un peligro. Pero no hay que bajar la guardia.