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Madrid se convierte en la capital de la imaginería en el vía crucis de la JMJ

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El via crucis, que recorrerá el centro de Madrid este viernes entre las 19:30 y las 21:30,  es el acto central de estas Jornadas Mundiales de la Juventud, que empezaron por inspiración y deseo de Juan Pablo II en el año 1984. En Madrid todo está preparado para este acto penitencial, una escenificación de la Pasión de Cristo, que se realizará por primera vez con 15 pasos de la Semana Santa. Los mejores imagineros, como Gregorio Fernández, Luisa Roldán o Francisco Salzillo, estarán con otras tallas policromadas contemporándeas como el Jesús Despojado, de Manuel Ramos Corona, único escultor vivo que estará en este Vía Crucis.

Su organización ha necesitado nueve personas, un grupo pequeño si pensamos en las más de 250 que han requerido la preparación de la JMJ y se prevé que sea seguido por 800 millones de espectadores gracias a la señal institucional de RTVE. Si se cumple esta previsión, se multiplicará por ocho la audiencia de la final de Champions entre el Barça y el Manchester.

Guiomar, una voluntaria donostiarra de 23 años, habla con convencimiento. Sus palabras no parecen una lección aprendida.  "Una vida sin Dios es poca vida. Si no tuviera a Dios en mi vida no sé qué encontraría para levantarme cada día".

Es la primera vez que los pasos salen de su ciudad de origen

Madrid ofrecerá en apenas 700 metros, desde Colón a Cibeles, una representación de la Pasión de Cristo no mediante actores, como ocurrió en Sydney hace ya tres años, sino con los pasos de la Semana Santa, procedentes de 13 ciudades españolas.  "Es la primera vez que los pasos salen de su ciudad de origen. Es la primera vez en la historia”, indica Guiomar, una de las responsables del vía crucis. La selección no ha sido fácil, y ha requerido la colaboración de la Cofradías y Hermandades, que han costeado el traslado de los pasos. "Está claro que todos estamos a la mismo, con el Papa y con el JMJ".

Y pese al entusiasmo han existido desencuentros. La presión ejercida por las Hermandades obligó a cambiar la inicial puesta escena; colocar los pasos tras un monumental altar, consistente en un muro de nueve metros de alto que sólo permitirá verlos a través de unas ventanas. Este proyecto fue calificado de inviable y poco austero por las propias Hermandades. Murcia también protestó por el cambio de la Santa Cena de Salzillo, que ocupará finalmente la primera estación, en Colón, y no, como se había prometido, un puesto de honor, cerca del Papa, en Cibeles.

La imaginería, un arte vivo

Está representada la Semana Santa murciana, andaluza, madrileña y de Castilla y León. No faltan los más grandes imagineros como Gregorio Fernández, representado en obras como La Quinta Angustia o el Cristo Yacente, de Segovia. Salzillo no podía faltar, como otras obras anónimas del siglo XVII, la edad de oro de este arte, que coincide con la llamada contrarreforma católica. Sólo estará en esta Vía Crucis la obra de un imaginero vivo, el sevillano Manuel Ramos Corona.

El papa verá en dos ocasiones desde el papamóvil esta manifestación de arte y también de fe, que estará protegida, en el Paseo de Recoletos, de Madrid, por una estructura, de color blanco, construida a medida y totalmente diáfana con las condiciones de humedad y temperatura adecuadas.

Desde la víspera del vía crucis, la capital de España se ha convertido ya en un museo itinerante con estas obras maestras. En el Palacio de Comunicaciones, en la plaza de Cibeles, han estado seis pasos: la  Ultima Cena de Salzillo;el  Beso de Judas, de Málaga; Jesús en Brazos de su Madre, procedente de Valladolid; El cirineo ayuda a a Jesús, de León; Jesús Clavado en la Cruz, de Zamora, y finalmente, de Cuenca, El descendimiento.  En la antigua catedral de Madrid, en la calle de Toledo, ha pernoctado el titular, el Jesús del Gran Poder, junto a otros tres pasos más, procedentes de Úbeda, Jerez y Granada.

En la Casa de Correos, en Sol, está la talla conocida como Las Negaciones de Pedro, de Orihuela.  En la Pontifica de San Miguel se ha podido ver un desgarrador Cristo yacente, de Gregorio Fernández, que se venera en Segovia, El Cristo de Medinaceli ha estado su iglesia de Madrid y el Cristo de los Legionarios, que procesiona en Málaga, ha estado en el arzobispado castrense. La talla es la reintepretación de un Cristo de Pedro de Mena, quemado en 1931. Y la Virgen de Regla, o La Soledad, de Sevilla, se pudo en la Iglesia del Carmen, muy cerca de Sol.

La Cruz de los Jóvenes

La llamada Cruz de los Jóvenes, una cruz de madera de más de dos metros, presidirá este Vía Crucis. Es el elemento esencial desde los orígenes de estas Jornadas, en 1984, cuando Juan Pablo II ordenó a los jóvenes llevarla por todo el mundo como "signo del amor de Jesús a la humanidad".

Esta cruz  fue entregada por Benedicto XVI a un grupo de peregrinos madrileños el domingo de Ramos de 2009, después de anunciar en Sidney que Madrid sería la próxima sede de este encuentro. Desde entonces la cruz ha recorrido todos los rincones de España. "Ha hecho la mismos kilómetros que supondría dar la vuelta al mundo"dicen desde el JMJ.

La cruz será portada por los jóvenes, 140 en total, en grupos de diez, que se irán relevado en cada estación. Proceden de zonas como Haití, Japón o la murciana Lorca, zonas marcadas por el dolor y sufrimiento provocado por catástrofes naturales. También vendrán a Madrid, señalan en el JMJ, una representación de Tierra Santa. La puesta en escena nos recuerda el vía crucis de Roma, pero sin el Coliseo. Dos ciriales iluminarán esta cruz.

Madrid quiere ser en este JMJ la voz de las víctimas. Cada estación pondrá voz, según la Santa Sede, a los que sufren por la guerra, los enfrentamientos fracticidas, la persecución por causa de la fe, la marginalidad o la drogodependencia. "Se va a rezar por todo esto -afirma Guiomar-. Todos rezaremos por España. Sobre todo", añade.

El Vaticano señala igualmente otras víctimas: las causadas por el terrorismo o las catástrofes naturales. No figuran, en el texto oficial, los menores que han padecido el peor maltrato: el de la pederastia. Pese al olvido, desde de la organización del JMJ, se asegura que estarán también las víctimas de todos los abusos, incluidos los sexuales.

Sevilla, doblemente representada

Sevilla estará doblemente representada en Madrid. En primer lugar, con la Virgen de Regla, una Soledad, ante la que rezará el Papa al término del vía crucis. Pedirá por el mundo y los jóvenes. La talla, atribuida a una mujer, Luisa Roldán,  que llegó a ser escultora de Cámara de Carlos II, es titular de la Hermandad de los Panaderos por llevar en sus manos una espiga de oro.

Sevilla aportará también las meditaciones. Han sido preparadas por las hermanas de la Compañía de la Cruz de Sevilla, fundada por sor Ángela de la Cruz,  una monja sevillana, canonizada por Juan Pablo II y que se dedica al cuidado de atención de los más pobres de los pobres, los sin techo y los abandonados. Estas meditaciones de las Hermanas de la Cruz se publicarán en una edición impresa con fotos de los pasos de este vía crucis.

A Madrid llegará también el mejor Salzillo, con su monumental esceneografía de la Santa Cena, de 1.362 kilos de peso, que representa el momento del anuncio de la traición de Judas. El paso, realizado en 1761, ha sido sometido a un cuidadoso proceso de restauración por el Centro de Restauración de Murcia durante más de un año, empleando las técnicas más avazadas de radiografía, flourescencia ultravioleta y macrofotografía.

Las 13 grandes esculturas han recuperado su policromía original, muy distorsionadas y veladas por repintes, barnices y suciedad generaliza de siglos. Sorprenderá el Judas, con el cambio de color del pelo, tal como lo pintó el imaginero, la textura de la piel y los ropajes.

No queremos que se confunda con la Semana Santa

Al terminar el vía crucis los pasos, con sus bandas y hermandades, procesionarán hasta la Puerta del Sol. Cada paso se verá acompañado por un mínimo de 600 personas. Será, como se ha dicho, un Santo entierro monumental, o la madrugá madrileña, expresión que no gusta entre los voluntarios del JMJ. "No queremos que se confunda con la Semana Santa",  señala Guiomar, "el vía crucis mostrará al mundo que hay una juventud española que sigue creyendo en Dios, que tenemos ilusión y que seguimos luchando para seguir adelante". Y lo dice muy segura de sí misma, dando un tono distinto a esa célebre expresión de Obama: "Yes, we can".