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'Celluloid', de Dave McKean, cuando el erotismo es arte

  • Es uno de los ilustradores más importantes de Gran Bretaña
  • Es muy popular gracias a su trabajo con Neil Gaiman en 'Sandman'

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Detalle de una página de 'Celluloid', de Dave McKean
Detalle de una página de 'Celluloid', de Dave McKean

Dave McKean (Inglaterra, 1963)

Uno de los ilustradores y diseñadores más populares de Gran Bretañan gracias a sus trabajos con Neil Gaiman, como Casos Violentos, Orquídea Negra, Signal To Noise, Mr. Punch y, sobre todo, sus portadas de la exitosa serie The Sandman. Su mayor éxito ha sido Batman: Arkham Asylum, guionizado por Grant Morrison. En 2005 se estrenó en el campo del largometraje con MirrorMask, dirigida por el mismo y escrita en colaboración con Neil Gaiman.

Celluloid (Norma Editorial), de Dave McKean es una historia erótica que no tiene diálogos y nos deja sin palabras desde la primera página con unas imágenes poderosas que nos devuelven a uno de los mejores ilustradores de los últimos años, responsable de las premiadas portadas de Sandman (Planeta DeAgostini) la obra maestra del guionista Neil Gaiman.

Esta vez en solitario, McKean construye una historia sobre el deseo, la fascinación, las fantasías sexuales, el poder de las imágenes y del cine, el erotismo y la pornografía... con ilustraciones que ocupan una o dos páginas y que podríamos estar mirando durante horas.

Imágenes realmente fascinantes que nos recuerdan a las ilustraciones eróticas de Picasso y a los dibujos del genial historietista argentino José Muñoz, con quien mantiene estrecha relación.

Con esos referentes y muchas ganas de experimentar, Mckean nos introduce en un mundo de pesadilla dominado por las más bajas pasiones.

Cuando la pornografía es arte

El artista británico no deja nada a la imaginación ni rehuye los primeros planos demostrando, como ya hiciera Picasso, que la pornografía puede ser Arte, con mayúsculas.

Aún así que nadie se escandalice ni se lleve las manos a la cabeza, Celluloid no es una obra pornográfica, sino una novela gráfica que no rehuye los planos de sexo pero que cuenta muchísimas otras cosas y que, sobre todo, es una excusa para crear algunas de las imágenes más bellas e impactantes de los últimos años.

Y también le sirve a McKean para seguir experimentando con distintas temáticas y varias técnicas de dibujo y pictóricas, mezclando el collage con la pintura, y con guiños a otros grandes artístas como Bill Sienkiewicz.

El argumento es una excusa

Celluloid comienza cuando una joven llega a casa y llama a su compañero que le indica que se va a retrasar porque tiene mucho trabajo. Tras darse un baño relajante se encuentra en el salón un proyector. Hasta aquí la historia transcurre en bitono.

Al encenderlo se proyecta una película pornográfica, la joven se deja llevar por sus instintos y se ve atrapada en un mundo fascinante, que no es otro que el de sus propias fantasías eróticas.

A partir de ese momento, el color se adueña de la historia y el artista va alternando distintos tonos en sus ilustraciones, sepias, rojos, verdes amarillos... que nos dan una idea de cómos se siente la protagonista y crean una atmosfera cada vez más cálida.

Y la temperatura va subiendo hasta que culmina, en unos rojos muy intensos, con su encuentro con una especie de demonio (En una imágen realmente impresionante).

Pero como comentamos, ese demonio no son sino sus propias fantasías, a las que se entrega.

Un experimento visual y estilístico que confirma a McKean como uno de los mejores ilustradores del mundo; y que nos deja sin palabras.