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EE.UU. sabía que la tortura policial es "habitual y omnipresente" en Egipto

  • Wikileaks revela los papeles de la embajada de El Cairo en un día decisivo
  • La embajada califica a Mubarak de realista con poco tiempo para ideales
  • Constata que la Policía se cree por encima de la ley

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Estados Unidos reconoce que "la tortura policial es un fenómeno  habitual y omnipresente en Egipto", un crimen contra los derechos  humanos que Washington observa con recelo, junto con algunos de los  aspectos más reaccionarios del Gobierno del presidente egipcio, Hosni  Mubarak, como las tácticas de represión contra la oposición  nacional, según una nueva remesa de papeles diplomáticos revelados por Wikileaks.

Estos papeles, cuya publicación coincide con las marchas de protesta en todo el país contra el presidente egipcio, Hosni Mubarak, revelan contradicciones en las relaciones bilaterales que  siempre han acabado soslayadas por intereses políticos.

Washington,  por ejemplo, lamenta los problemas sucesorios que agobian a Mubarak y  el nulo progreso realizado durante los últimos años en materia  económica.

Los diplomáticos estadounidenses describen a Mubarak como un  pragmático irreductible y un aliado indispensable, "un realista  contrastado con poco tiempo para ideales" quien se ve obligado a  recurrir a la fuerza para reprimir a la oposición interior del  interior del país y se toma "enormemente a pecho" cualquier crítica  al estado de los derechos humanos en su país, en especial cuando  Washington las realiza en público.

Brutalidad policial

"La brutalidad policial contra los criminales comunes es algo  rutinario y omnipresente", indica la embajadora de EE.UU. en El Cairo, Margaret Scobey, quien considera que el Gobierno "no se ha tomado en serio"  la implantación de las reformas necesarias para que los cuerpos de  seguridad "dejen de ser instrumentos de preservación del régimen y se  conviertan finalmente en instituciones que sirvan al interés  público".

Abogados pro derechos humanos consultados por la Embajada  estadounidense ratifican las acusaciones de tortura formuladas por  las víctimas y las ONG, y denuncian la protección oficial que reciben  por parte de la Fiscalía.

"La Policía se cree que está por encima de  la ley",  denuncia un abogado cuyo nombre ha sido eliminado del cable  por motivos de seguridad.

Otro de los abogados consultados por la misión diplomática destaca  el contraste entre el maltrato a los criminales comunes y las  comodidades de las que disfrutan otros.

Los islamistas y miembros de los Hermanos  Musulmanes -la organización musulmana más importante del mundo,  proscrita en el país-, por ejemplo, reciben tantas comodidades que  parecen unos "malcriados"

El Ministerio del Interior egipcio asegura que ya ha dado los  pasos necesarios para solucionar este problema y recuerda que ya a  finales de 2008 cesó a 280 oficiales de Policía y a más de 1.100  agentes rasos por delito de maltrato, pero las ONG consultadas por el  Gobierno dudan de que estos despidos se hayan realizado por motivos  humanitarios y creen que los agentes fueron expuslados de sus puestos  de trabajo simplemente por recibir sobornos.

Por otro lado, el presidente egipcio se enfrenta a un problema de  sucesión que a su vez ha causado una enorme frustración en Estados  Unidos.

"Mubarak parece que no confía más que en Dios y los servicios  de seguridad para asegurar una transición pacífica hacia su sucesor",  escribió en 2006 la entonces embajadora norteamericana Margaret  Scobey.

La sucesión y el papel del ejército

Su sucesor no sería otro que su hijo, Gamal, una figura  enormemente cuestionada que "carece del respaldo militar" del que sí  goza su padre.

La principal valedora de Gamal es su madre, Suzanne,  pero la posibilidad de que Hosni Mubarak deje el poder en manos de su  hijo "sigue siendo una opción muy impopular", escribía Scobey hace ya  cuatro años.

La Embajada estadounidense otorga al Ejército y a las fuerzas de  seguridad interior egipcios un papel "crítico" en la realidad  política del país.

En particular, los militares siguen siendo una  "potente fuerza económica y política", a pesar de los muchos  desplantes históricos realizados por Mubarak, cuya política de  restricción de salarios ha terminado creando involuntariamente "una  clase media militar desencantada".

Los diplomáticos estadounidenses entienden que el inmenso poder  del Ejército impide al posibilidad de que en Egipto pueda tener lugar  un cambio de líder violento.

Sin embargo, y dado que la cúpula  militar "no traga" a Gemal, la Embajada advierte de que "será muy  difícil predecir las acciones del Ejército si el escenario de la  sucesión comienza a complicarse".