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El flamenco, el canto de la Sibila, "los Castells" y la dieta mediterránea, Patrimonio de la Unesco

  • La cetrería también se ha incorporado a la lista
  • Más de 30.000 personas de 60 países han votado "online" al Flamenco

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El flamenco, el canto de la Sibila, los Castells y la dieta mediterránea, Patrimonio de la Humanidad

La UNESCO ha declarado el flamenco como Patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. La Unesco también reconoce como Patrimonio Inmaterial el canto mallorquín de la Sibila; los "castells", castillos humanos que se levantan en Cataluña, la dieta mediterránea y la cetrería.

En una reunión de su Comité Intergubernamental, en Nairobi, la Unesco ha ampliado la lista de patrimonio inmaterial, en la que ahora quedan incluidos estos cinco elementos españoles.

El flamenco y la dieta mediterránea

De las cinco candidaturas españolas, el flamenco se presentaba por segunda vez tras un primer intento fallido en 2005.

Es una manifestación cultural que supone una seña de identidad en Andalucía y un icono de España en el mundo, un patrimonio oral transmitido de generación en generación y valorado por un pueblo que lo reconoce como parte de su identidad.

Más suerte ha tenido la dieta mediterránea, una candidatura trasnacional que ha entrado en la lista de la Unesco en el primer intento.

Una dieta que sigue vigente 9.000 años después de originarse y a la que los científicos le atribuyen cada vez más bondades.

Frutas, verduras, hortalizas, legumbres, aceite de oliva como grasa esencial, pescado y un consumo moderado de carnes y lácteos son los pilares de la alimentación mediterránea, y España, Grecia, Italia y el norte de Marruecos las zonas geográficas que tienen su "custodia compartida".

Tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO) han reconocido la Dieta Mediterránea como un modelo alimentario de calidad, saludable y sostenible.

Los "Castells", el canto de la Sibila y la cetrería

Junto a estas dos candidaturas, el comité de la Unesco ha reconocido la importancia de los "castells", las torres humanas que se levantan en las plazas de Cataluña desde hace doscientos años y que han llegado hasta los diez pisos, aunque sólo en dos ocasiones.

También es desde hoy Patrimonio Inmaterial el canto medieval de la Sibila, originario de la isla de Mallorca, un drama litúrgico y canto gregoriano que se interpreta en las iglesias de Mallorca en los maitines de Navidad.

Y la cetrería, un arte milenario, un tipo de caza en el que se utilizan las aves rapaces, especialmente el halcón peregrino.

Esta ha sido una nueva proclamación de este tipo desde que la UNESCO creará, en 1998, este reconocimiento internacional llamado 'Proclamación de las obras maestras del patrimonio oral e inmaterial de la humanidad'.

En concreto, el 18 de mayo de 2001, la Unesco proclamó por primera vez una lista de obras maestras del patrimonio oral e inmaterial de la humanidad. Entonces fueron reconocidas un total de 19 obras -una en España, El Misterio de Elche, tres en Europa, siete en Asia, cuatro en América Latina-, una lista a la que periódicamente se han sumado nuevas incorporaciones.

Este proyecto español en torno al flamenco, junto con 54 más de todo el mundo, había llegado a la finalísima. En el camino se han quedado más de 60 que no han reunido los requisitos suficientes. La candidatura española ha aportado además de un proyecto sólido, el aval de 25000 firmas de apoyo conseguidas a través de una campaña a través de internet, presentaciones internacionales o un concierto de Paco de Lucía en el Teatro Real de Madrid.

Convencimiento total

El pasado lunes 8 de noviembre en la presentación del XV Festival de flamenco de Jerez, el Consejero de Cultura de Andalucía, Paulino Plata, se mostró "convencido" de que la Unesco declararía al flamenco como Patrimonio Cultural de la Humanidad ya que el expediente remitido a la Unesco era "muy completo" y está "muy bien elaborado", por lo que en su opinión cumplía con todos los requisitos exigidos por la institución para que fuese declarado como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Sin embargo, Plata mostró dudas respecto a cuánto tardaría en resolverse el expediente, ya que el comité encargado de esta labor se encuentra "en la mitad de un larguísimo orden del día" y, por tanto, podría verse obligado a esperar a una nueva reunión en caso de que deba levantarse la sesión por falta de tiempo. Afortunadamente las cosas han salido bien.

En 2005 ya lo intentamos en una candidatura impulsada por la entonces Consejera de Cultura y después ministra, Carmen Calvo, en aquella ocasión nos quedamos con las ganas.

Razones de sobra

Para la actual Ministra de Cultura, Angeles González-Sinde, este arte tiene "sobradas razones" para convertirse en patrimonio de la humanidad y tras permanecer muchos años bajo una "visión marginal", han sido los artistas quienes han favorecido la "alta consideración de la que hoy goza", así lo destacó en uno de los actos de presentación de la candidatura. En este mismo ámbito y sentido se manifestaron el escritor Félix Grande o la bailaora Sara Baras.

Grande subrayó que "no desconoció la pobreza, la humillación, el desprecio ni las lágrimas", pero -ha añadido- "pasó el tiempo y los artistas fueron creando un código expresivo único en el mundo y las lágrimas de hoy son de felicidad". A su juicio, la declaración sería "una reparación retrospectiva para un lenguaje universal que fue durante mucho tiempo desdeñado".

Por su parte, Baras había defendido que el flamenco tiene valores "esenciales" para la propia vida ya que "sale de los sentimientos y se clava directamente en el corazón". Es, según sus emotivas palabras, "expresión de momentos trágicos y de otros de alegría" y tiene capacidad para "llegar a cualquier corazón del mundo". Para Enrique Morente la humanidad ya goza del patrimonio del flamenco.