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La adopción de embriones congelados, una opción para ser padres en alza por la crisis

  • Su demanda crece un 50% en el último año entre las parejas españolas
  • Es una técnica más barata, a la que se suele recurrir cuando fracasan las demás
  • Sólo un 8% de las parejas dona a otras sus embriones sobrantes
  • Si la pareja no se pronuncia (40%), es la clínica de reproducción la que decide

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La adopción de embriones congelados, una opción para ser madre

Sonia intentó ser madre con fecundación in vitro después de perder a su primer hijo tres días después de nacer, hace ahora 10 años, pero los tratamientos no daban resultado. Su marido quería "tirar la toalla" pero ella asegura que "tenía el instinto maternal subido por las nubes" así que sin que él lo supiera se fue a informar de qué otras opciones tenían. Fue entonces cuando oyó por primera vez hablar de la adopción de embriones congelados.

"Es menos costoso a nivel económico y emocional", explica esta mujer que acaba de ser madre hace ocho meses y que prefiere que no aparezca su nombre real.

En su caso, le implantaron un embrión "fresco" proveniente de dos donantes jóvenes de óvulos y semen, pero en la adopción como tal se usan los de otras parejas que se han sometido a un tratamiento de fecundación y han decidido donar sus embriones sobrantes, que se conservan congelados.

Esta última es una opción que no eligen muchas parejas, pero cuya demanda ha aumentado un 50% en el último año entre las españolas por la crisis, según constantan desde el Instituto Marquès, donde se trató Sonia. El coste de la implantación de un embrión congelado ronda los 3.000 euros.

¿Qué quieres hacer con tus embriones?

La nueva Ley de Reproducción Asistida, aprobada en 2006, establece que la mujer o la pareja sometida a un tratamiento de fertilidad tiene que pronunciarse por escrito sobre qué quiere que hacer con sus preembriones sobrantes.

Pueden crioconservarlos para utilizarlos ellos mismos más adelante, donarlos para la investigación o para fines reproductivos. Puede ordenar también su destrucción, pero sólo si la mujer ya no está en edad de tener más hijos y no ha optado por ninguna de las otras salidas.

Las clínicas tienen que preguntarles de nuevo cada dos años para que renueven o modifiquen su consentimiento firmado previamente.

Si no se pronuncian, los preembriones quedan a disposición de los centros en los que estén congelados, que podrán destinarlos a cualquiera de los fines que recoge la ley, incluida, la donación a otra parejas que quieran tener hijos.

Si la mujer supera los 35, no puede donar

El doctor José Luis Gómez Palomares, vocal de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), explica a rtve.es que dejar los embriones en adopción no es una opción muy frecuente porque, entre otros motivos, no se pueden donar ovocitos por encima de los 35 años.

Por lo tanto, un preembrión que tenga material genético de una mujer que supere esa edad no podrá ser donado, aunque quiera. La mayoría de las que se somenten a estos tratamientos supera los 35.

Según el último registro de la Sociedad Española de Fertilidad 2008 el 60% de las mujeres que se sometieron a técnicas de fecundación in vitro (FIV) superaba los 35. En el caso de la inyección intracitoplasmática (ICSI), el porcentaje era del 57%. Los embriones de estas mujeres estarían descartados de entrada.

Sólo el 8% se decanta por la donación

No hay datos a nivel nacional sobre cuántas parejas se decantan por donar sus preembriones. En el Instituto Marquès, el centro al que acudió Sonia para ser madre, cuentan con un Programa de Adopción de Embriones, que ha permitido el nacimiento de 468 niños desde que se puso en marcha en 2004.

Su jefa de reproducción asistida, la doctora Marisa López-Teijón, explica a rtve.es que en su centro sólo el 8% de las parejas se decanta por donarlos a otras personas. El 10% opta por donarlos para fines científicos y un 37% por su conservación para utilizarlos ellos mismos en el futuro. Luego hay un 6% que pide su destrucción.

Sin embargo, hay un 39% de las parejas, cerca de cuatro de cada diez que no dicen qué quieren hacer, de forma que sus embriones también pueden ser usados para donarlos a otras personas con problemas para ser padres.

Le dan tanto valor a los embriones hermanos de sus hijos ya nacidos que finalmente no firman ninguna opción de destino

El "conflicto emocional" de decidir

López-Teijón, afirma que "firmar este documento les plantea una situación difícil que desencadena conflictos emocionales. Le dan tanto valor a los embriones hermanos de sus hijos ya nacidos que finalmente no firman ninguna opción de destino", lo que hace que sean las clínicas las que tiene que decidir finalmente.

Sólo es "más fácil desprenderse" de los preembriones, explica la doctora López-Teijón, en el caso de las parejas que recurren a óvulos y semen donados para ser padres porque no tiene material genético de ninguno de los dos.

La donación también es una opción elegida, según el doctor López Palomares, por mujeres ya mayores, de más de 40 años, que tienen una nueva pareja sentimental en su vida y quieren tener familia con él pero necesitan ovocitos de donación. Saben que ya no van a tener más hijos y donan los embriones.

Parejas que "ya han intentado todo"

Al margen de las causas económicas, López-Teijón explica que las parejas que recurren a la adopción de embriones son "parejas que ya lo han intentado todo" y que lo hacen como última opción.

También hay algunas que lo hacen por convicciones religiosas, que tienen problemas para someterse a las técnicas de reproducción asistida pero que no tienen problemas en adoptar, explica esta doctora.

Algunas parejas adoptan los embriones por sus convicciones religiosas, para ellos es como salvar una vida

Para ellos es como "salvar" una vida que ya existe, afirma el doctor López Palomeras, que explica que el ha tenido pacientes del Opus Dei con problemas para tener familia que han elegido la adopción de embriones.

No obstante, este miembro de la SEF asegura que al final son "muy pocas parejas" las que recurren a la adopcción de embriones, ya que estos ya provienen de por sí de otras que tenían problemas para lograr un embarazo.

"Si se adopta la tasa de éxito de embarazo se reduce a la mitad. Con ovocitos donados se sitúa entre el 55 y el 60%, mientras que con embriones congelados estamos entorno al 25%", explica López Palomeras.

El Instituto Marquès asegura que las probabilidades de éxito por cada transferencia de adopción de embriones fue del 40% en 2009 en su centro.

Embriones congelados de hasta 13 años

El proceso es sencillo. A la mujer se le prepara con parches en la piel y unos comprimidos vaginales y a los pocos días se procede a la descongelación y transferencia de los embriones. No se precisa ingreso hospitalario, sólo reposo en las horas siguientes. A los 14 días se realiza la prueba del embarazo para ver si se ha tenido éxito.

La doctora López-Teijón explica a rtve.es que el récord está en un embarazo que se consiguió con un embrión "cuyos hermanos biológicos" tenían 13 años. "Pensamos que no hay límite para la vida humana congelada", asegura.

Este caso de "extraordinario interés científico" según el Instituto Marquès, fue publicado en la revista Reproductive Biomedicine Online y presentado en el Congreso de la SEF en 2006.

El primer bebé fue Gerard, que nació el 2 de septiembre de 2005 en Barcelona. Su actual madre decidió adoptarlo cuando el pequeño era un embrión de cuatro células que llevaba siete años congelado, según explica en una nota este centro catalán.

No se requieren trámites oficiales de adopción

Para adoptar un embrión no se requieren trámites oficiales de adopción, sólo firmar un consentimiento informado de que se conoce explícitamente la técnica a la que se va a someter la mujer.

Los 500 embriones que hasta ahora se han adoptado en el Institut Marquès se han asignado a pacientes de 24 países distintos, entre ellos España, Reino Unido, Francia e incluso Estados Unidos o Australia. Se hace así para evitar el riesgo de coincidencia de hermanos biológicos.

¿Es como adoptar? Sonia asegura que no. "Es diferente. Mi marido y yo no queríamos adoptar, yo quería ser madre de alguna manera".