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Fiat decide su futuro

  • Serbia pretende pagar el 40% del sueldo de los operarios
  • En protesta los empleados han parado dos horas en Mirafirori

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En la sede de la región de Piamonte está en juego este miércoles el futuro de la primera empresa italiana, FIAT. Si la primera empresa del territorio quiere irse de Italia, la sociedad entera se rebela.

FIAT quiere trasladar parte de su producción a Serbia. En este país católico, el anuncio se ha interpretado como un pecado capital. El administrador delegado de la marca, Sergio Marcchioine, ha afirmado que él sólo vende coches. Pero la sociedad italiana no está dispuesta a que los construya fuera. En los acuerdos con Serbia, el gobierno de Belgrado se compromete a pagar el 40% del sueldo de los operarios.

Los empleados han respondido de manera inmediata con dos horas de paro en la planta de Mirafirori mientras se preguntaban por qué ha estado cogido dinero público italiano durante 110 años. Varios ministros han alzado la voz en un coro de palabras contra esta medida.

Curiosamente, Silvio Berlusconi ha tenido la reacción más tibia asegurando que "FIAT está en su derecho dentro de un mercado libre y que sólo espera que no perjudique a los intereses de Italia y sus trabajadores". Otros miembros de su equipo han indicado que cuesta comprender este decisión cuando se está sacando la cabeza de la marisma de la crisis.

Por eso, en la reunión de Turín, además de empresa, trabajadores y gobierno central, ha participado también el presidente de la región de Piamonte. Antes del encuentro, el ministro de trabajo ha mostrado su confianza en encontrar una solución y, sobre todo, desea que la empresa no tome ninguna decisión unilateral.

Peores condiciones laborales

El hombre duro de FIAT ha pretendido que la empresa salga de la federación de empresas mecánicas de Italia para poder establecer sus propias pautas del trabajo sin estar constreñido por el convenio del sector. Pánico en castellano tiene un origen común con ¿paura¿ que en italiano expresa el temor de los empleados en esta situación.

FIAT ya ha apretado las tuercas en algunas plantas. Cerca de Nápoles, en Pomigliano, los operarios aceptaron la renuncia a algunos derechos a cambio de seguir trabajando. El 63% de los empleados aceptaron realizar tres turnos rotativos de 8 horas de lunes a sábado, estar controlados para no perder ni un segundo en el trabajo, la realización de 80 horas extraordinarias y hasta que el trabajador enfermo no cobre subsidio si su tasa de absentismo rebasa un cierto límite. Para librarse de ataduras sectoriales, en aquella planta se ha creado una nueva sociedad. La crisis ha sido la mejor excusa para imponer nuevas condiciones laborales.

Condiciones precarias que las ha rechazado el 36% de los empleados, sumiendo en ciertas dudas a FIAT. La empresa ha ganado 113 millones de euros en el segundo trimestre de este año, lo que supone un aumento del 12¿6% de los beneficios en relación al periodo anterior.