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El presunto asesino de la mujer encontrada en un maletero en Mallorca dice que él no la mató

  • Tras su detención, Alejandro de Abarca negó su propia identidad
  • El detenido pasará a disposición judicial este miércoles

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Alejandro de Abarca, capturado este lunes por la Guardia Civil y principal sospechoso del secuestro y asesinato de la joven rumana Ana Niculai, de 25 años, el pasado lunes, ha asegurado en su declaración ante la Guardia Civil que es inocente y que no mató a la víctima, según han informado fuentes del Instituto Armado.

En la mañana de este lunes Alejandro de Abarca fue detenido en un punto próximo a la depuradora de Selva, después de que varios vecinos declararan haberle visto en Búger.

El detenido llevaba desaparecido desde el mismo día en que presuntamente secuestró a Ana Niculai, quien fue hallada el mismo día de su desaparición con las manos atadas y calcinada en el maletero de un vehículo aparcado en la carretera del municipio mallorquín de Muro y que pertenecía a su novio.

Así, tras una semana de intensa búsqueda por diversos municipios de la Part Forana, la Guardia Civil centró el operativo desplegado para hallar al sospechoso en las localidades próximas a Búger, tras el aviso de los vecinos. La operación concluyó con la detención del individuo, que se dirigió a los agentes para decirles que él no era Alejandro de Abarca.

Niega su implicación con el crimen

El presunto asesino, que cumplía condena por robo en tercer grado en un centro de inserción social de Mallorca, fue conducido a las dependencias de la Guardia Civil de Inca y de allí trasladado a la sede de la Comandancia, en Palma, donde en un primer momento se negó a declarar.

Sin embargo, tras horas de interrogatorio, De Abarca se pronunció acerca del delito que se le imputa y negó cualquier implicación en el crimen de Ana Niculai.

Fuentes policiales señalaron que el sospechoso pasará el miércoles, entre las 9 y las 10.00 horas, a disposición del juzgado de instrucción número 1 de Inca.

Ana Niculai fue secuestrada la mañana del pasado día 19 de julio cuando se disponía a salir del garaje en el que guardaba su vehículo para acudir a su lugar de trabajo, un bar que regentaba, junto a una socia, en la calle Socorro de Palma. Nunca llegó al establecimiento.

En prisión por siete robos

De Abarca había cumplido ya nueve de los diez años y cinco meses de prisión a los que había sido condenado por siete robos, uno de ellos con fuerza, según han informado fuentes penitenciarias.

Las mismas fuentes han asegurado que no constan condenas por agresión sexual, ni tampoco que hubiera sido detenido en fechas recientes o que protagonizara episodios violentos durante su estancia en prisión.

De Abarca cumplió la tres cuartas partes de su condena, lo que da derecho a acceder al tercer grado, en abril de 2009, aunque no se le concedió este beneficio penitenciario hasta septiembre del año pasado, cuando ingresó en el Centro de Inserción Social (CIE) de Palma de Mallorca.

Además, el detenido disfrutaba de un tercer grado "restringido", ya que no salía a la calle todos los días por carecer de trabajo. De hecho, hace dos meses, los responsables del CIE habían informado de "forma desfavorable" sobre su posible paso a la libertad condicional, a pesar de que la totalidad de la condena iba a quedar liquidada el año que viene.