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"Me dio mucho miedo. Ya no quiero ser torero"

  • Un novillero mexicano dejó su carrera en plena faena
  • Acabó en comisaria por incumplimiento del contrato

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Torero a la fuga: "Me faltaron huevos"

El novillero Christian Hernández, de 22 años, tenía el domingo una gran oportunidad en una de las plazas más importantes del mundo, la de México D.F., y ante el público de su ciudad, pero acabó cortándose la coleta y en comisaría.

El diestro fue incapaz de matar al primer toro de su lote, segundo de la tarde, en el tiempo reglamentario. Sonaron los tres avisos y el astado fue devuelto vivo a los toriles, una vergüenza para cualquier torero.

Hernández recibió una sonora pitada, pero lo peor estaba aún por llegar. Al recibir al quinto toro, el joven diestro "no quiso ni olerlo con el capote y los picadores no le restaron fuerza, de modo que luego de pegarle dos muletazos por la cara, a medida que arreciaba el chubasco, Hernández perdió el control, atravesó el redondel corriendo y se tiró de cabeza al callejón", según reza la crónica del diario La Jornada.

Así, presa del pánico, el torero se negó a retomar la faena y tras una larga charla con la autoridad, se colocó en mitad de la plaza, "se arrancó la coleta y se despidió del público para siempre. Sin embargo, como incumplió su contrato, fue arrestado por la policía", sigue la nota firmada por Lumbrera Chico.

Para los taurinos puede ser un hecho inexplicable, pero para mí está perfectamente claro

"Hice mi declaración frente al juez. Le expliqué que tuve mucho miedo y que no podía matar a ese novillo. Para los taurinos puede ser un hecho inexplicable, pero para mí está perfectamente claro", ha comentado el torero tras pagar una multa, informa el diario Reforma.

"La profesión que yo creí que era mía no lo es, respeto y admiro a todos los toreros, hay que tener muchos... para ponerse delante de un toro, y a mí, hoy, me faltaron", añadió el ya ex novillero que el año pasado recibió una cornada, según la agencia DPA que recoge la noticia del periódico deportivo.

"Estoy firme en mi decisión, me dio mucho miedo y ya no quiero ser torero", concluyó. En resumen, fue un "criminal festejo" --dice La Jornada-- aunque el protagonista ha quedado libre y liberado de sus miedos.