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El Congreso de EE.UU. condena el genocidio cometido por Turquía sobre Armenia

  • Ankara llama a consultas a su embajador en Washington
  • Turquía y la Casa Blanca temen que pueda dañar las relaciones

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Un comité del Congreso de EE.UU. ha calificado de genocidio la matanza de armenios que llevo a cabo el Ejército turco en 1915, en plena primera Guerra Mundial. 

La resolución del comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes no es vinculante y se ha aprobado por un estrecho margen: 23 votos a favor y 22 en contra.

En todo caso, no está claro que siga adelante y se ratifique en pleno. Ninguna ha prosperado hasta ahora en el Congreso. Una resolución similar se aparcó en 2007 por presiones de la administración Bush.

Enfado de Turquía, satisfacción en Armenia

Ankara ha reaccionado de inmediato llamando a consultas a su embajador en Washington. El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, había advertido que la resolución podría dañar las relaciones con Estados Unidos y la normalización con la propia Armenia. Ambas naciones aprobaron un protocolo el año pasado que deben ratificar sus parlamentos.

Turquía, un Estado laico de población mayoritariamente musulmana, admite que las fuerzas otomanas asesinaron a muchos armenios, que son cristianos. Pero niega tajantemente que murieran millón y medio en la masacre. Y por elevación, rechaza que se cometiera un genocidio. Erdogan ha "condenado esta resolución que culpa a la nación turca de un crimen que no cometió".  

Armenia ha aplaudido la decisión del Congreso como un impulso a los Derechos Humanos. El ministro de Exteriores, Edward Nalbandian, ha dicho que "es una prueba más de la devoción del pueblo americano por los valores humanos y un paso importante para prevenir los crímenes contra la humanidad".

Oposición de la Casa Blanca

La administración Obama teme que la resolución dañe las relaciones con su aliado en la OTAN. La secretaria de Estado, Hilary Clinton, llamó a los diputados para que dieran marcha atrás en esta iniciativa.

Si se aprobara finalmente, Obama debería utilizar la palabra genocidio en todos sus discursos sobre esta cuestión. Sería la política oficial del país. Y hasta ahora, sólo el presidente Ronald Reagan se atrevió a calificarlo públicamente en estos términos.

La resolución del Congreso pone a Obama entre la espada y la pared. Turquía es uno de sus baluartes más sólidos en Oriente Próximo. Su apoyo es vital para los conflictos en Irak, Irán y Afganistán. Y viceversa, EE.UU. es el mayor valedor para que Turquía ingrese en la Unión Europea.

Pero además, la resolución pone en un compromiso público a Obama frente a la importante comunidad armenia en Estados Unidos. Y más cuando faltan ocho meses para las elecciones en que se renueva un tercio del Senado y la totalidad de la Cámara de Representantes.