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La Comisión Electoral confirma la victoria ajustada del candidato prorruso en Ucrania

  • Con el 97% escrutado, Yanukovich saca 2,5 puntos a Timoshenko
  • La primera ministra, pro-occidental, todavía no acepta la derrota

Ver también: Perfil de Yanukóvich

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Timoshenko reduce su desventaja con Yanukóvich según avanza el escrutinio

La Comisión Electoral ucraniana ha declarado al líder opositor y candidato prorruso Víctor Yanukóvich  vencedor de las elecciones presidenciales, aunque con un ajustado margen que puede retrasar su llegada al poder.

Su rival y primera ministra, Yulia Timoshenko, que dará una rueda de prensa esta tarde para dar su contestación oficial al resultado, se ha negado a aceptar el resultado .

Con el 97,56% escrutado, Yanukóvich obtiene un 48,49% frente al 45,92% de Timoshenko, es decir, 2,56 puntos frente a los 2,44 que quedan por escrutar en esta segunda vuelta.

El Partido de las Regiones encabezado por Yanukóvich ha desvelado que su líder obtuvo un millón más de votos que su oponente: 12,5 millones frente a 11,5. La participación rondó el 69%, unos puntos por encima que en la primera ronda.

Los analistas consideran que el ligero margen de desventaja puede animar a Timoshenko, que había advertido con anterioridad a su rival de que no cantase victoria de manera prematura, a presionar a su rival para lograr réditos o llevar el asunto a los tribunales. 

"Si se trata de tres puntos de desventaja o menos es contestable. Para Timoshenko será muy tentador hacer algún tipo de reto", considera Andrew Wilson, analista político del European Council of Foreign Relations.

Escaso margen

El bando de Timoshenko, que sigue teniendo en sus manos buena parte del poder al ser primera ministra y poseer -al menos sobre el papel- mayoría parlamentaria, ha realizado un "recuento paralelo" con el que la declaraba ganadora.

Antes de los comicios, la primera ministra había advertido que el cambio repentino de la ley electoral, que eliminaba la obligación de que al menos dos tercios de las comisiones electorales locales estuviesen de acuerdo con el resultado, abonaba un 'pucherazo' en los feudos de Yanukóvich.

En este sentido, representantes de Timoshenko ya adelantaron que llevarán ante los tribunales los resultados en los colegios de la región de Donetsk, feudo de Yanukóvich donde, según los datos de la Comisión Electoral Central, la participación ha sido la más alta del país.

Aunque ha anunciado una rueda de prensa para esta tarde, los analistas creen que podría esperar al veredicto de los observadores internacionales, liderados por la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE).

La ventaja de Yanukóvich se ha ido reduciendo según avanzaba el escrutinio, ya que llegó a ser de más de diez puntos al comienzo del proceso. Pero el margen se redujo progresivamente hasta hacer olvidar los sondeos a pie de urna que daban entre tres y seis puntos de ventaja al candidato pro-ruso.

Mediado el recuento, Yanukóvich ha comparecido para reivindicar su victoria, pero Timoshenko no se da por vencida y piensa pelear por cada voto. "Todo dependerá de cómo nuestro equipo defienda los resultados en las localidades", ha dicho la líder pro-occidental antes de pedir a los suyos que peleen por "cada acta, cada voto, porque un voto puede decidir el destino del país".

Centenares de partidarios de Yanukóvich se han concentrado este lunes frente a la sede de la Comisión Electoral Central (CEC) para defender su victoria.

Revancha a medias

Una victoria de Yanukovich podría verse como una vuelta de este país de 46 millones de personas al manto ruso tras cinco años de enfrentamiento entre el Kremlin y los líderes de la Revolución Naranja, que han terminado cayendo en desgracia por la crisis económica, los casos de corrupción y el enfrentamiento entre sus líderes, el presidente Yushenko y la propia Timoshenko. 

De esta forma, más de cinco años después Yanukóvich lograría su revancha después de que las elecciones de 2004 fuesen consideradas fraudulentas por los observadores extranjeros, lo que provocó la movilización popular que se dio a llamar Revolución Naranja.

Sin embargo, en esta ocasión Rusia se ha cuidado muy mucho de apoyar a ninguno de los dos candidatos -con los que, en todo caso, tendría mejor relación que con Yushenko- mientras el propio Yanukóvich ha pedido más integración en la UE pese a que es improbable que secunde la iniciativa de integración en la OTAN de su predecesor, que enfureció a Moscú.

Dado lo apretado del resultado, Timoshenko podría aceptar la derrota a cambio de permanecer como primera ministra, si se produce un movimiento conciliador que aliviaría la situación del país, cuyo PIB retrocedió un 15% el pasado año y está pendiente del rescate del FMI.

Si no es así y Timoshenko escoge el enfrentamiento judicial e incluso en la calle, Yanúkovich intentará a toda costa desalojarlar del cargo con un voto de confianza en el parlamento o bien con unas elecciones parlamentarias anticipadas si no tiene la mayoría suficiente para hacerlo.