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Historias melancólicas, dramáticas, de espionaje, tragicomedias...El Muro de Berlín en el cine

  • El Muro ha servido de fuente de inspiración para muchos cineastas
  • Y Berlín ha sido el escenario ideal para el cine de espías
  • Los grandes títulos alemanes sobre el tema han recibido numerosos premios
  • Todo sobre el 20 aniversario en el vídeo interactivo sobre el Muro de Berlín

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Días de cine - Berlín visto por Berlín

La noche del 9 al 10 de noviembre de 1989 los berlineses comenzaron a destruir el muro con sus propias manos, un acontecimiento que quedó registrado en El Muro (1990) de Jürgen Böttcher, un documental con unas imágenes tan impactantes que el director se limitó a grabarlas, sin incluir comentarios. 

Con el tiempo las heridas se han ido cerrando, como hemos visto en películas como Good Bye Lennin y Berlin is Germany, pero no se han olvidado, como nos demostró La vida de los otros.

Aunque tras la caída del muro sólo se hablaba de libertad, enseguida se hicieron películas, en clave tragicómica, que retrataban la dificultad de algunos alemanes del Oeste para integrarse al capitalismo, como Go Trabi Go (1991) o Das War der Wilde Oste (1993), ambas de Peter Timm.

En clave de humor destacan Sonenallee (1999), un musical con estética de los años 70 y Helden wie wir (1999), de Sebastian Peterson, basadas en los libros del escritor berlinés Thomas Brussig y, sobre todo, La leyenda de Paul y Paula (1973), de Heiner Carow, que cuenta una historia de amor en la RDA que ha permanecido en los cines de Berlín durante más de 30 años.

Nostalgia subidos en un Trabi

Lo cierto es que, con el nuevo milenio, surgió un movimiento llamado 'Ostalgie' o nostalgia de la Alemania del Este. Entonces, cine, televisión libros y rutas turísticas, a bordo de un Trabi (el mítico coche de la RDA) destacaban el lado amable de la RDA.

Dentro de esta tendencia hay que citar Berlin is Germany (1991), de Hanes Stör, que retrata el absurdo de la división alemana mediante la salida de un preso de la cárcel que regresa a una ya unificada Alemania. Y que no entiende nada.

Y, sobre todo el gran éxito Good bye, Lenin (2003), dirigida por Wolfgang Becker. La historia de una mujer que despierta, tras pasar muchos años en coma, y su hijo hace todo lo posible para que crea que sigue viviendo en la RDA para evitarla un disgusto que le podría costar la vida.

Se acabaron las risas

Con este titular dieron la bienvenida los críticos alemanes a La vida de los otros (2006) del debutante Florian Henckel von Donnersmarck. Una historia que narraba con precisión el sistema de espionaje que utilizaba la Stasi sobre los círculos intelectuales. Una fantástica película que arrasó en los Premios del cine europeo y consiguió el Oscar.

La Stasi también es protagonista en Las leyendas de Rita (2000), de Volker Schlöndorff, que triunfó en la Berlinale. Está basada en la historia real de 11 terroristas arrepentidos que fueron ocultados por la RDA y, después de usarlos para sus fines, los entregaron a las autoridades de la RFA.

La más reciente película sobre el tema es Flores negras (2009), de David Carreras. Un thriller coproducido entre España, Austria y Alemania que cuenta la historia de un espia de la Alemania Federal que, tras la caída del muro, huye con un gran secreto y se oculta en Barcelona.

Los antecedentes del Muro

Pero antes del Muro, fue la guerra fría, helada. Nada más acabar la Segunda Guerra Mundial, y aunque todavía no se había construido el muro, el cine ya reflejaba la confusa situación sociopolítica en películas como Berlín Express (1948) de Jacques Tourneur, en el que varios personajes de distintas nacionalidades participaban en una complicada trama de espionaje.

Eran los inicios de la llamada Guerra fría, que se ha reflejado en títulos como El buen alemán (2006), de Steven Soderberg, que narra otra historia de espías,o El telón de acero (1948), dirigida por William A. Wellman y protagonizada por Dana Andrews y Gene Tierney.

Otro de los temas recurrentes era el intercambio de prisioneros, como en Decisión a medianoche (1954), de Nunnally Johnson, y protagonizada por Gregory Peck.

Aunque, sin duda alguna, la mejor película sobre este periodo es Berlín Occidente (1948), de Billy Wilder, una comedia agridulce que hace una divertida crítica sobre la ayuda de los americanos y su aportación a la reconstrucción física y moral de Alemania. Además, en ella aparecía una portentosa Marlene Dietrich.

Espías por todas partes

La noche del 12 al 13 de agosto de 1961 el supuesto telón de acero que separaba Occidente de Oriente se convirtió en una realidad. Berlín quedó dividida en dos y 40.000 soldados y policías construyeron los más de 155 kilómetros de muro.

A partir de ese momento la Guerra fría se recrudeció como quedó reflejado en el cine en títulos como Cortina rasgada  (1966), de Alfred Hitcock, donde paul newman interpreta a un científico que norteamericano que actua como desertor de la Alemania oriental para conseguir información sobre la tecnología nuclear soviética.

Y aparecen los agentes secretos tan eficaces como Harry Palmer, interpretado por Michael Caine en Ipcress (1965), de Sidney J. Furie, o su secuela, Funeral en Berlín (1966), de Guy Hamilton.

Otras buenas películas de espías, con el muro de fondo, son Sentencia para un dandy (1968), de Anthony Mann; El espía que surgió del frío (1965), de Martin Ritt (protagonizada por un estupendo Richard Burton); Target, agente doble en Berlín (1985), de Arthur Penn, en la que Gene Hackman y Matt Dillon son un padre y un hijo perseguidos por una red de espías.

Destacamos también el debut como director de George Clooney. Confesiones de una mente peligrosa (2002) narra la historia verídida de un famoso productor de televisión americano que, por la noche, se convertía en asesino de la CIA.

Incluso cine familiar

Con el viento hacia el oeste (1982), de Delbert Mann, provocó un pequeño escándalo en la Berlinale de 1982, ya que fue rechazada para inaugurar el festival debido a su posible carga política. Narraba la fuga, en globo, de dos familias de la RDA.

El niño y el muro (1964), de Ismael Rodríguez, narraba la historia de un niño cuya pelota se iba al otro lado del muro y para conseguir que una niña se al devolviese tenía que regalarle, a cambio, su corazón.

Cine alemán de calidad

Las hermanas alemanas (1981), de Margarette Von Trotta, era una metáfora de la sociedad alemana ya que las hermanas del título querían promover reformas en la sociedad alemana; pero mientras una se hacía periodista, la otra ingresaba en una organización terrorista. Consiguió el León de Oro en el Festival de Venecia.

La misma directora volvió a triunfar con La promesa (1994), en la que narra la hsitoria de dos enamorados que intentan fugarse. Ella lo consigue pero él no, y durante 30 años sólo aciertan a verse cuatro veces. Cuando finalmente cae el muro, tan solo les unen los recuerdos. Fue nominada al Oscar.

En El cielo sobre Berlín (1987), Wim Wenders construía otra metáfora teniendo como protagonistas a dos ángeles de la guardia que sobrevuelan la ciudad impotentes ante la separación física y espiritual de una ciudad. Consiguió el premio al mejor director en Cannes

Una versión 'made in Hollywood' de la de Wenders fue City of angels (1998), de Brad Serling, protagonizada por Nicolas Cage y Meg Ryan

El silencio tras el disparo (1999), de Volker Schlondorff, narraba la historia de una terrorista que atenta contra el capitalismo y que se ve obligada a refugiarse en la RDA, cobijada por la Stasi. Allí comprueba que muchos de sus compañeros quieren pasarse al sistema capitalista.

Siete pecas (1978), de Hermann Zschoche, tomaba como punto de partida la expulsión del país del cantautor Wolf Biermann para retratar el proceso de decepción paulatino de la RDA que tuvo como consecuencia el exilio de cientos de escritores, cineastas y otros intelectuales.

Friquismos y 'raras avis'

Hay peliculas que tienen la división de Alemania como telón de fondo y que merecen una mención aparte, como Hedwig and the Angry inch (2001) uno de los musicales más sorprendentes de los últimos años. Dirigida y protagonizada por John Cameron Mitchell en el papel de un transexual de la Alemania del Este que sueña con casarse con un soldado americano y huir a Occidente. Y para su desgracia, lo consigue.

Del mismo año que la caída del muro es El Muro (1989), basada en el disco de Pink Floyd, una película de dibujos animados. Un año después de la caída del Muro el grupo ofreció un mítico concierto en Berlín (1990)

Y para el final una obra maestra: Uno, dos, tres (1961) de Billy Wilder, que narraba la los esfuerzos del director de la fábrica de Coca Cola en el Berlín Occidental por introducir esa bebida en los países del Este (antes de la construcción del muro). Protagonizada por un expléndido James Cagney.  Lo curioso es que los Alemanes del Este consumían realmente una cola comunista llamada Club-Cola.

Actualmente Berlín sirve de plató cinematografico para películas tan espectaculares como El mito de Bourne (2004), de Peter Greengass.