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Noruega: elección reñida pero sin preocupaciones

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Noruega, el país más desarrollado del mundo, decide este lunes si renueva la mayoría del bloque de centro-izquierda o si impera la ya tradicional alternancia en unas elecciones muy ajustadas centradas más en las coaliciones que en los programas.

Así que ni por asomo se ha planteado el ingreso del país en la Unión Europea, opción que sólo defienden los conservadores, un partido sin apenas peso en el conjunto de la derecha frente al Partido del Progreso de la populista Siv Jensen, en cabeza en los sondeos.

Frente a ella, el primer ministro laborista Jens Stoltenberg defenderá su gestión frente a la crisis, de la que el país ha salido casi indemne: sólo ha registrado un trimestre de contracción.

Todo lo contrario que Islandia, con el que compartía hasta ahora el liderazgo en el Índice de Desarrollo Humano de la ONU, cuya profunda recesión le ha acercado a la UE.

El Fondo petrolero

El motivo fundamental de la suficiencia noruega no es otro que el petróleo (Noruega es el quinto exportador mundial). En 1996, el Estado creó un fondo de inversión (de los que hoy se llaman soberanos) para asegurar las pensiones de la población en un futuro sin abundancia de hidrocarburos y su cartera equivale ya al 1% del mercado financiero global para una población de sólo 4,8 millones de personas (el 0,1% del mundo).

Pero paradójicamente, desde la creación de este exitoso fondo ningún gobierno ha revalidado su mandato en las urnas.

Stoltenberg ha echado mano del fondo más allá del 4% previsto para equilibrar las cuentas públicas, una excepción permitida en caso de grave crisis. Pero Jensen va más allá y propone bajar los impuestos a costa del maná petrolero.

Hemiciclo plural

Más allá de la delicada gestión de la riqueza natural, hay que buscar explicaciones a la inestabilidad política en la fragmentación del electorado entre muchos partidos. Así, el favorito en las encuestas, el Partido del Progreso, no pasa del 25% y aunque la coalición rojiverde (laboristas, socialistas y centristas) se quedara en minoría no tiene garantizado la gobernabilidad.

De hecho, liberales y democristianos han descartado gobernar con Jensen, que sostiene un discurso con tintes xenófobos clamando contra la "islamización rampante" de la sociedad.

Las encuestas publicadas hasta este domingo --con las urnas abiertas ya de forma anticipada en casi la mitad de los municipios-- discrepan sobre qué bloque sumará 85 diputados (mayoría sobre un total de 169) y señalan incluso como decisivo al partido comunista Rødt, sin representación en el Parlamento saliente (elegido cada cuatro años).

Frente a tanto debate sobre el escenario postelectoral, algún analista y hasta la líder socialista, Kristin Halvorsen, han calificado la campaña como la "más aburrida" de la historia reciente.

Los comicios generales coincidirán con otras dos elecciones: las de la Iglesia Luterana y los del Parlamento Sami, institución consultiva que representa a esta minoría del norte del país (Laponia).

Aunque no forma parte de la Unión Europea, Noruega integra el Espacio Económico Europeo (EEE), por lo que aplica la mayoría de la legislación comunitaria. Sin embargo, en sendas consultas populares en 1972 y 1994 los noruegos rechazaron claramente la adhesión.