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Almonacid de Zorita: la vida sin el maná nuclear

  • La central José Cabrera fue la primera de España en cesar su actividad
  • Tres años después, la localidad alcarreña aún depende de la planta nuclear
  • Sin embargo, el empleo y las actividades auxiliares ya se resienten del cierre
  • Está previsto que el desmantelamiento termine en 2015, aunque lleva retraso

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Cierre de Zorita

Mientras Santa María de Garoña lucha por conservar abierta su planta nuclear, 400 kilómetros más al sur ya saben cómo es la vida tras el cierre de una central: el 30 de abril de 2006, la central José Cabrera de Almonacid de Zorita, la primera instalada en España, se convertía también en la primera en cesar su actividad, tras 38 años en funcionamiento.

Como ocurre ahora en Garoña, los vecinos se opusieron a aquel cierre: "Es muy fácil ser ecologista y antinuclear en Barcelona, pero de las flores no comemos", declaraba entonces un vecino. Tres años después, la localidad alcarreña sigue dependiendo de la planta nuclear, aunque la economía local se empieza a resentir por la disminución de su actividad.

El alcalde de Almonacid de Zorita, Gabriel Ruiz del Olmo, del Partido Popular, asegura a RTVE.es que el cierre de la central "ha sido perjudicial". Para empezar, sólo 181 de las 244 personas que trabajaban en la central permanecen trabajando en su limpieza y descontaminación.

Además, la planta está parada, por lo que no se realizan las recargas anuales de combustible, en las que trabajaban 300 personas "que comían, dormían y consumían en la zona, lo que ha motivado una disminución de la actividad en el sector servicios", señala Ruiz del Olmo.

De hecho, según los datos de la Cámara de Comercio de Guadalajara, Almonacid de Zorita, que en 2006 tenía dos hostales y 12 bares y cafés, ahora sólo cuenta con un hostal y ocho bares. El comercio minorista se mantiene mejor -hay nueve establecimientos, la mitad de alimentación-, pero también sufre el cierre.

Retraso en el desmantelamiento

La central nuclear José Cabrera fue la primera instalada en España, en pleno desarrollismo. Inició su actividad en julio de 1968 -aunque Francisco Franco la inauguró en diciembre de ese año- y, hasta su cierre, produjo 36.515 gigawatios hora, equivalentes al consumo eléctrico anual de 25 provincias como Guadalajara.

En realidad, era una central pequeña, de apenas 150 megavatios de potencia -Garoña tiene 466 megavatios y el resto ronda el millar-, por lo que su cierre no supuso ningún trastorno para el abastecimiento eléctrico, aunque si para Almonacid de Zorita.

Unión Fenosa, en cualquier caso, se ha comprometido a mantener los puestos de trabajo hasta 2015, cuando está previsto que terminen los trabajos de desmantelamiento. Sin embargo, ese plazo podría ampliarse, ya que el traslado del combustible gastado hasta el nuevo almacén temporal, construido especialmente para acoger ese uranio, lleva retraso: no se puede desmantelar la central hasta descontaminarla por completo.

Según Ruiz del Olmo, las labores de desmantelamiento debían haber comenzado el 1 de mayo de este año, pasando la titularidad de la planta de Unión Fenosa a la Empresa Nacional de Residuos Radioactivos (Enresa); la nueva fecha prevista es el 30 de septiembre.

Futuro incierto

Así las cosas, en Almonacid de Zorita siguen reclamando una nueva planta nuclear que asegure el futuro de la comarca. "Yo y la mayoría de los vecinos no vemos inconveniente en que se instale otra central de nueva generación; hemos convivido con la central de forma segura y sin ningún problema y el desarrollo alternativo no lo logramos", explica el alcalde.

Tras el cierre, las administraciones pusieron en marcha una comisión de desarrollo que fructificó en el denominado Pacto de Zorita. Pero tres años después, Ruiz del Olmo asegura que es un fracaso, a causa del olvido de las administraciones central y autonómica: "No se han llevado a cabo ni los cursos de formación de emprendedores...".

Unión Fenosa, por su parte, se ha comprometido a instalar, en lugar de la central, una planta de ciclo combinado de gas, con una potencia de 800 megavatios, que, sin embargo, apenas emplearía a 45 personas. El proyecto está aún en manos del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, que lleva a acabo el estudio de impacto ambiental.

En cualquier caso, no parece que el pueblo esté dispuesto a acoger el futuro Almacén Temporal Centralizado de residuos radioactivos, que, según el alcalde "genera un rechazo social generalizado". Por el momento, en Almonacid de Zorita se limitarán a guardar los restos de lo que fue su central nuclear, la primera de España.