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Sarah 'Barracuda' Palin muestra su mejor imagen y Biden se muerde la lengua

  • Sarah Palin corrige la imagen que dio en las entrevistas
  • La candidata republicana exhibe todo su arsenal mediático y apela al ciudadano medio
  • Biden controla su locuacidad y no cae en la trampa del paternalismo
  • El candidato demócrata muestra su solidez en la guerra de Irak y la crisis
  • España aparece por segunda vez en los debates

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Primer debate Palin frente a Biden en EEUU

Sorpresa, sorpresa. Sarah Palin ha dado en el debate su mejor imagen, la que la aupó a la escena nacional en la convención republicana. Ha sacado provecho de todas sus encantos naturales: sonriente y segura, ha mirado directamente a la cámara, a la que incluso ha guiñado el ojo en varias ocasiones.

La candidata republicana ha hecho valer en este debate su mote de la época en que jugaba al baloncesto en la Universidad, cuando la apodaban 'barracuda' por su ferocidad en la cancha. Esta noche Palin ha bordado la estrategia de identificarse constantemente con el americano medio. La hockey-mom, la supermadre, como ella misma se define. Ha esquivado las minas de la política exterior y la economía remitiéndose a su experiencia en Alaska. Y sobre todo, ha conjurado el desastre de sus últimas entrevistas.

Joe Biden se ha mordido la lengua, como le habían recomendado todos los expertos. Ha controlado su locuacidad y no se ha mostrado displicente. Y lo principal, no ha caído en la peor trampa: aparecer paternalista o sexista con una mujer. Este autocontrol le ha quitado una de sus principales bazas: ser incisivo. También ha sonreído, ampliamente, pero su tónica ha sido más seria y grave.

Esto es un debate por televisión y la imagen es fundamental. Y un buen resumen es el saludo inicial entre los dos candidatos. Ha sido Palin quien ha llevado la iniciativa. "Encantada de conocerle, ¿puedo llamarte Joe?". La guinda: la bandera estadounidense que Palin llevaba en la solapa era mucho más grande que la de Biden.

Un debate muy ágil donde vuelve a aparecer España

El candidato demócrata ha hecho valer su solidez en la crisis económica y la guerra de Irak. Y de nuevo, como sucedió en el primer debate presidencial, Biden ha vuelto a reprochar a McCain que no se reúna con un aliado de la OTAN, España.

Este recurso, tirar contra el jefe, lo han explotado tanto Biden como Palin. De hecho, la candidata republicana no ha tardado ni diez minutos en atacar a Obama. Biden ha exprimido la identificación entre Bush y McCain.

Sobre Irak, donde ambos candidatos tienen un hijo enrolado en el Ejército, Biden ha hecho hincapié en la diferencia entre las dos candidaturas. "Nosotros terminaremos la guerra. Con McCain, no hay final a la vista". Palin ha recurrido a los argumentos de McCain asegurando que el plan de los demócratas es una bandera blanca para rendirse.

Biden ha afrontado la crisis financiera con las propuestas de los demócratas: protección a los hipotecados, garantía de que los contribuyentes recuperarán su dinero y ni un centavo en indemnizaciones para los ejecutivos. A la ofensiva, ha atacado a McCain por su apoyo a la desregulación, le ha acusado de no enterarse del problema y le ha identificado con Bush por los recortes fiscales a los más ricos.

Palin no ha entrado al trapo de los datos y se ha erigido en defensora de la clase media ante la codicia y los excesos de Wall Street.

¿Y si fuera presidente?

Esa ha sido, quizás, la pregunta más interesante e insólita en un país que esconde la muerte. Pero de eso va todo esto. El vicepresidente está siempre a un paso de suceder al presidente.

Biden ha empezado la respuesta con un Dios no lo quiera. Remacha que sería una tragedia de proporciones históricas y que continuaría con todas las políticas de Obama. Palin, menos dramática, ha dicho que sería una circunstancia horrible y que también proseguiría con el programa político de McCain.