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Las autoridades económicas de EE.UU afirman que la crisis empeorará si no se aprueba el rescate

  • Bernanke, de la FED, y Paulson, secretario del Tesoro, defienden el programa de Bush
  • Ambos predicen un agravamiento de la crisis si el Congreso no lo aprueba
  • Los congresistas, demócratas o republicanos, han criticado duramente el plan

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Se discute en el Senado el 'plan Bush' contra la crisis

El secretario del Tesoro de EEUU, Henry Paulson, y el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, han instado al Congreso a aprobar rápidamente la serie de medidas de rescate financiero para evitar un agravamiento de la crisis

Paulson y Bernanke han hecho su apelación ante el Comité de Banca del Senado, en una de las audiencias económicas más importantes en las últimas décadas en Estados Unidos, dijeron sus participantes.

Un plan para limpiar la "mala deuda"

Ambos han solicitado al Congreso que antes de que finalice la semana autorice el uso de 700.000 millones de dólares para adquirir la deuda de mala calidad que intoxica las cuentas de los bancos.

"No es algo que he querido pedir, pero es mucho mejor que la alternativa", ha dicho Paulson a los senadores, que han manifestado de forma unánime sus dudas o abierto escepticismo.

Bernanke ha descrito esa alternativa en términos muy oscuros. "Los mercados financieros están en una posición bastante frágil y sin un plan de ayuda, empeorarán", predijo.

Ha explicado que en la situación actual, que ha definido como "muy impredecible y muy preocupante", los bancos no están dispuestos a extender créditos. "Si los mercados de crédito no funcionan, se perderán puestos de trabajo, las tasas de interés subirán, habrá más ejecuciones de hipotecas, el PIB (Producto Interno Bruto) se contraerá", afirmó Bernanke.

El plan del Gobierno "es una condición previa para una recuperación buena y saludable", ha afirmado Bernanke.

Los congresistas, escépticos con el plan

Pese a esa descripción tan lúgubre, los senadores de ambos partidos se han mostrado incómodos con la idea de respaldar un plan diseñado a toda prisa que daría a Paulson poderes extraordinarios para intervenir en los mercados.

"Esta propuesta es impresionante y no tiene precedentes por su alcance y por su falta de detalles", ha afirmado el demócrata Christopher Dodd, presidente del Comité.

Richard Shelby, el republicano de mayor rango en el Comité, se ha quejado de que el plan "pretende salvar a las mismas instituciones financieras que crearon esta crisis" y dijo que el Gobierno no ha dado garantías de que resolverá el problema.

"Es socialismo financiero.."

El republicano Jim Bunning ha sido más directo: "Este rescate a gran escala no es la solución. Es socialismo financiero y no es digno de Estados Unidos".

Pese a esas críticas, parece probable que el Congreso apruebe la serie de medidas de emergencia, ante la gravedad de los problemas financieros del país.

El "número dos" de la Cámara Baja, Stony Hoyer, ha dicho que la Legislatura pretende ratificar el proyecto de ley antes del viernes, cuando está previsto que el Congreso suspenda sus sesiones hasta después de las elecciones de noviembre.

Hoyer ha afirmado que si el voto al final no tiene lugar ese día, la Legislatura se mantendrá abierta hasta que salga la serie de medidas.

El vicepresidente, Dick Cheney, ha visitado a algunos legisladores republicanos recalcitrantes para que retiren sus objeciones, mientras los líderes demócratas negocian a la carrera con el Gobierno los detalles del proyecto de ley.

Habrá supervisión sobre el uso del dinero

Paulson ha aceptado que haya algún tipo de supervisión del uso del dinero, algo que habían exigido los demócratas y que no estaba incluido en el plan original.

También ha dicho que los bancos extranjeros con operaciones en este país podrán beneficiarse del programa, puesto que ofrecen servicios a los estadounidenses.

Una de las claves del proceso será cómo valorar las deudas de mala calidad que el Gobierno comprará a los bancos y para las que actualmente no existe un mercado.

Comprar por debajo del precio del mercado

Paulson ha dicho que el Departamento del Tesoro usará diversos métodos para marcar el precio de esos títulos, pero ha evitado ofrecer muchos detalles. Una de las propuestas sobre la mesa es llevar a cabo audiencias "invertidas", en las que el Gobierno adquiriría los títulos al menor precio que le ofrezcan las instituciones financieras que deseen deshacerse de ellos.

Paulson ha explicado que, si el Congreso ratifica el plan, el Gobierno iniciará "rápidamente" las operaciones con una compra de títulos vinculados a hipotecas por una cantidad de dinero "pequeña".

"Va a haber cierta experimentación", dijo Paulson, quien ha destacado que la intervención a gran escala que pretende realizar el Gobierno "no se ha hecho nunca".

Los senadores han expresado su temor de arriesgar el dinero de los votantes en una operación tan incierta.