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Rosalía se corona ante 11.000 silenciosos afortunados

  • La cantante ofrece un concierto dos días antes del lanzamiento de su nuevo trabajo
  • 'El mal querer' aspira a cinco grammys el próximo 15 de noviembre

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Rosalía presenta su segundo disco 'El mal querer' en Madrid

Era un éxito anunciado.  Rosalía tan solo necesitó media hora para que volasen ayer las 11.000 entradas del concierto gratuito que ha ofrecido esta noche en la Plaza de Colón de Madrid, donde se ha coronado en la presentación de su segundo álbum, 'El mal querer', dos días antes de su lanzamiento.

Poco ha importado la espera a la intemperie para las 11.000 personas que hacían cola desde hacía horas para ver a la cantante del momento, aquella nominada a cinco candidaturas a los Grammy latinos por un disco que no saldrá al mercado hasta este viernes, pero que cosecha ya éxitos como "Malamente", con 34 millones de descargas.

La lluvia ha dado una tregua en esta noche de comunión, aunque no así el frío, pero eso tampoco importaba: Rosalía prometía un espectáculo que templaría la noche madrileña con los cálidos ritmos del sur de su característico estilo flamenco que se ha escuchado con completa devoción.

Y, la mayoría del tiempo, en un inaudito silencio. El concierto adelanto de 'El mar querer', organizado por Red Bull Music, que también lo ha emitido en directo, se ha convertido en una macro escucha en la que 11.000 personas han conseguido silencios absolutos para prestar atención y saborear las inéditas letras.

Una novela flamenca

En este CD, que la barcelonesa de 25 años tenía ya terminado hace ocho meses, aunque quiso desvelarlo poco a poco, lo primero que tuvo fue el título, que le inspiró una novela, "Flamenca", del siglo XIII, según explicaba esta semana a Efe.

Su protagonista es un personaje "con fuerza y poderoso" y "la guía" de los "capítulos" de su disco: "Malamente" es augurio; "Que no salga la luna", la boda; "Pienso en tu mirá", los celos; "De aquí no sales", la disputa; "Reniego", el lamento; "Preso" -un tema en el que pone la voz Rossy de Palma-, la clausura; "Bagdad", la liturgia; "Di mi nombre", el éxtasis; "Nana", la concepción; "Maldición", la cordura, y "A ningún hombre", el poder.

Como aquella protagonista, Rosalía ha aparecido fuerte y poderosa en el escenario a las 19:55 horas, casi media hora más tarde de la hora estipulada, aunque el público ha sabido esperar y no ha metido prisa a la cantante. Se han conformado con vitorear a los técnicos de sonido que, de tanto en tanto, aparecían para probar los micrófonos.

"Madrid, buenas noches. No sabéis la ilusión que me hace poder estar esta noche con vosotros. Os quiero mucho, estoy feliz de presentar este nuevo proyecto con vosotros", decía Rosalía tras empezar el show, en el que le han acompañado doce bailarinas vestidas de blanco en contraste con su vestido rojo con volantes en las mangas y la cadera.

Voz inconfundible

Tan emocionada como su joven público, Rosalía ha hecho gala de su inconfundible voz para presentar los cortes de este álbum producido por el canario El Guincho, de los que ya se conocían "Malamente" y "Pienso en tu mirá" y, desde ayer con la publicación de un nuevo y goyesco videoclip, "Di mi nombre".

Esos han sido los temas en los que el público se ha atrevido a acompañar a la cantante y romper el silencio, que solo se había visto quebrado por tímidos gritos de "diosa", "reina" o "guapa" de algunos espontáneos a los que el resto de los feligreses ni si quiera han seguido para no afear el momento de comunión.

Colón también ha enloquecido con "Catalina", una conmovedora canción de su anterior trabajo, "Los Ángeles", que Rosalía ha interpretado casi a capela y sin demasiada ayuda de los cuatro cantantes, dos mujeres y dos hombres, que le han hecho los coros.

Y así se han rendido 11.000 personas a Rosalía, y Rosalía a ellas: "Madrid, te quiero",  ha dicho la cantante tras este breve concierto, ha durado menos de una hora, en el que ha bailado,  ha llorado, ha reído, se ha subido a un quad y se ha dado un baño de masas bajando del escenario para abrazar a algunos afortunados.