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España campeona del Mundo

Las claves del Holanda 0 - 1 España

Por David Ramos

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Casillas levanta la Copa del Mundo

No estamos soñando, España es campeona del Mundo. Cualquier intento por cuantificar la alegría que la selección ha dado a este país se quedaría pequeño. Ya no olvidaremos nunca ese balón saliendo de la bota derecha de Iniesta en la 2ª parte de la prórroga. Explosión de júbilo, explosión de vida, 1-0 a Holanda y una página de oro, la más grande, en la historia del fútbol español. Ya lo decíamos antes del primer partido del Mundial: ésta es una generación irrepetible, comparable a las más grandes de la historia. Una Eurocopa y un Mundial en sólo dos años están al alcance de muy pocos. Y para conseguirlo hace falta un estilo propio, ese sello único con el que España salió a ganar a Holanda. Tocando la pelota y yendo a por el partido de principio a fin, con fe y valentía, sin importarle lo más mínimo lo que tenga pensado el rival. España ha jugado a lo campeón. Ha mezclado humildad, determinación y calidad para dar una lección de fútbol al mundo entero. Por fin podemos decir orgullosos que nosotros también levantamos esa copa. Por fin estamos en el G-8 del fútbol, ¡el de los campeones del mundo!

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Andrés ya tenía un Iniestazo a nivel del clubes, el de Stamford Bridge, pero le faltaba el más grande, el que diera un título mundial a su país. ¿Se puede pedir más? ¿Cuántos futbolistas habrán soñado con vivir un momento así? Sólo los tocados con una varita mágica, esos que a veces parecen dioses, pueden agarrar ese balón en el minuto 116 y cruzarlo maravillosamente. ¡Por fin se decidió a tirar! Antes había tenido dos que acabó malogrando por querer entrar hasta la cocina. Pero esta vez no iba a perdonar. Minutos después de sacar del partido a Heitinga, Iniesta culminaba la asistencia de Cesc y machacaba la racanería brusca holandesa cuando parecía que el partido se marchaba irremediablemente a los penaltis. Toda España frotó la lámpara y al final salió el genio. La 2ª parte del Iniestazo es el premio a la humildad de un futbolista que no dice una palabra más alta que otra. Un jugador tan humano como para acordarse de su amigo Dani Jarque en una final de un Mundial y llevar su gol hasta el cielo. Igual que con Puyol en semifinales, uno no puede dejar de sentir emoción cuando la historia, el fútbol o la vida misma hacen justicia con quien más se lo merece.

Al César lo que es del César. De la misma manera que hemos dicho que empezó con dudas el Mundial, hay que reconocer que media copa es suya. Ante Holanda salvó por tercera vez consecutiva al equipo con empate a cero en el marcador. Paró el panalti a Cardozo en cuartos, repelió el remate de Kross en semifinales y sacó un pie milagroso en la final, cuando Robben se plantó solo ante él en el minuto 61. El gol nos despertaba del sueño, pero Iker, el mejor del mundo en el mano a mano, no lo permitió y dejó el partido como estaba. Y por si fuera poco, tuvo tiempo de sacarle otra en el 82'. El Mundial ha resucitado al santo.

Casillas campeón del Mundo
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Xabi Alonso

Lamentable actuación de Howard Webb, que dio una lección de cómo manejar una situación para su propia conveniencia. Sabe muy bien que los árbitros que llegan lejos son los que pasan desapercibidos. Pero es una vergüenza que sean este tipo de colegiados, los diplomáticos de pacotilla que pitan por cuotas para nivelar partidos sin hacer justicia, los que pitan finales. Su empeño no era sancionar lo que ocurría sobre el terreno de juego, sino no romper el partido. Pero el inglés debería aprender que no es él quien se carga el encuentro, sino Van Bommel entrando por detrás a Iniesta con intención de hacer daño, De Jong clavando los tacos en el pecho de Xabi Alonso o Sneijder haciendo lo propio con Busquets. Los tres tuvieron que ser expulsados, y Robben también por segunda amarilla al perder tiempo. Webb dio ventaja a quien no quiso jugar. Dejó a Holanada plantear su partido bronco y sucio. Patadas, patadas y más patadas para frenar a los que querían tocar la pelota. Qué exhibición de cobardía, sacando amarillas con calculadora, sólo a los que no estaban amonestados, y soltando absurdas charlas a los que debían estar en la calle. Y encima sacó cinco amarillas a los españoles. Webb es el rey de la compensación, uno de los árbitros más injustos que jamás se han visto. Tuvo que dolerle echar a Heitinga. 

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Marwick

El planteamiento de Bert Van Marwijk no pudo ser más decepcionante. Llegó a la final con la vitola de haber incluido disciplina y orden al juego holandés, siempre ofensivo. Pero se pasó. Debió ver unos cuarenta vídeos de Gatusso antes de la final. No cabe otra explicación. Planteó un partido basado en descentrar a base de golpes a los españoles y en protestarlo absolutamente todo. Quiso un encuentro lleno de marrullerías en el que se jugase lo menos posible, haciendo gala de un complejo de inferioridad terrible. La función de Van Bommel y De Jong era única y exclusivamente la de destruir, confiándolo todo a una genialidad de Robben, Sneijder o un gris Van Persie. Pero no le salió tan bien como contra Brasil. No contaba con que los españoles son buenos hasta en eso. Juegan y callan. Marwijk no puede quejarse: se llevó lo que buscó y que dé gracias. Si Villa la enchufa a bocajarro, Cesc no peca de egoísta o Ramos acierta en uno de sus cabezazos, el marcador hubiese sido más claro (y justo).

Del Bosque, el hombre tranquilo, acertó una vez más en los cambios. Al menos en dos de ellos. La entrada de Navas por Pedro aportó verticalidad y velocidad al equipo por banda, mientras que la de Cesc fue aún más determinante. Xabi había hecho un desgaste tremendo y el equipo necesitaba frescura y dinamismo. El catalán no sólo dio la asistencia del gol a Iniesta, sino que tiró paredes, se movió entre líneas y tuvo una ocasión de oro en la primera parte de la prórroga, pero fue egoísta al no dársela a Villa y se la paró Stekelenburg con el pie izquierdo. 

Cesc
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Al igual que contra Alemania, España logró hacerse con el centro del campo. Toque y movilidad con la posesión y presión sin ella. A pesar de la dureza holandesa, 'la Roja' llevó la iniciativa del juego durante casi todo el encuentro. Salvo un tramo de la primera mitad en el que Holanda paró el juego y se vino arriba con muy poco, España tocó y movió el partido a su antojo con las constantes asociaciones de siempre, rotando en la medular como un equipo de fútbol sala. Xavi, Xabi Alonso, Iniesta, Pedro... y Busquets. El catalán, que cometió su primer y único error en todo el campeonato en el minuto 7 concediendo un disparo a Kuyt tras un exceso de confianza, estuvo un día más sublime en la contención y en la descarga. Genial en las ayudas a Capdevila con Robben.

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Van Bommel

Debería quedar un día con el brasileño Felipe Melo para contratar un buen seguro a terceros. Parece increíble que no haya sido expulsado en todo el Mundial. El holandés tiene calidad para ofrecer algo más que juego duro y malos modos. No aportó nada al juego holandés ni se incorporó en busca de segundas jugadas.

Sergio Ramos

Ramos hizo una final para enmarcar, castigando y desbordando una y otra vez al veterano 'Gio'. Se adueñó de nuevo de toda la banda y puso el broche a un excelente Mundial. Sólo le faltó el gol, que rozó en dos cabezazos, el segundo de ellos clarísimo, con todo a favor, en el segundo tiempo.

Robben

Todo el peligro holandés salió de sus botas y estuvo cerca del gol en varias ocasiones. Probó a Casillas desde lejos y falló dos veces delante de él. Rápido, vertical y peligroso. Si no brilló más fue gracias a los dos contra uno defensivos que recibió en banda. El fútbol le debe una (ha perdido la final de la Champions y la del Mundial después de firmar una temporada espectacular)

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Es momento de celebrar, pero también de ser agradecidos. Esos 23 tipos vestidos de corto de los que siempre se dice que ganan muchos millones han dado un ejemplo magnífico e impagable a la sociedad. Con su triunfo desde la humildad y la hermandad han unido a todo un país y, aunque sólo sea por unas horas, han hecho  que algunos problemas sean un poquito más pequeños. El mensaje que estos chicos transmiten a las futuras generaciones es  ejemplar. El grupo por encima de los individualismos, educación, capacidad de sacrificio, sencillez, nobleza... Hoy España dice gracias por todo. Gracias por este momento irrepetible. Gracias por esta Copa del Mundo... y por qué no, gracias a Iker Casillas por su beso a Sara Carbonero, el momentazo del post-Mundial. Sí, es su novia y es periodista, ¿y qué? ¡¡¡SOMOS CAMPEONES DEL MUNDO!!! YO SOY, ESPAÑOL, ESPAÑOL, ESPAÑOL...

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