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Sebastián Álvaro: "Era muy difícil sobrevivir con ese cuadro tantos días"

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Sebastián Álvaro, director de Al Filo de lo Imposible, se ha mostrado profundamente afectado al conocer la noticia del fallecimiento de Iñaki Ochoa de Olza, uno de los más veteranos alpinistas es. El veterano montañero, que coincidió con Iñaki en otro intento del navarro para coronar el Annapurna, ha señalado que "es muy difícil sobrevivir con ese cuadro tantos días a esa altura".

Iñaki Ochoa de Olza, que falleció en la cara sur del Annapurna tras cuatro días enfermo a más de 7.400 metros de altura, participó en siete expediciones de Al filo de lo imposible, algunas de ellas en los últimos años.

"Las noticias que teníamos ya desde ayer no eran buenas. Todos sabíamos que no iba a ser nada fácil que sobreviviera, ni tampoco sacarle de allí, pero manteníamos la esperanza. Es una lástima, proque además muchos amigos suyos se han jugado el pellejo para intentar rescatarle, pero ese es el ambiente que se vive en la montaña, de solidaridad extrema, de gente que deja sus proyectos para correr a ayudar a alguien", destacó a RTVE.es desde el desierto de Mongolia donde actualmente el equipo de Al Filo está grabando un documental.

El propio Álvaro, junto a Edurne Pasabán e Iván vallejo, coincidieron con Iñaki el año pasado en otro intento de hacer cumbre en el Annapurna. "Esa vez lo intentamos por la cara norte, más sencilla que la sur donde estaba ahora Iñaki. Subimos juntos hasta 7.300 metros, pero ahí Iñaki y algunos de los nuestros decidieron darse la vuelta porque no se veían con suficientes fuerzas para seguir hasta la cumbre", recuerda.

Tras conocer la noticia, la montañera vasca Edurne Pasabán mostró a RTVE.es su "profunda tristeza" por la muerte de Iñaki. Muy emocionada, envió sus condolencia "a la familia y los amigos de Iñaki, que lo han dado todo por intentar sacarle de allí aunque al final no hayan podido conseguirlo". 

Otro gran amigo del montañero navarro, Koldo Aldaz, señaló a Efe que Iñaki "vivía en la montaña y su vida era esa". Aldaz, que compartió con Ochoa expediciones al Everest y el Kangchenjunga -el único ocho mil que le restaba, junto con el Annapurna donde ha perdido la vida-  dijo que recuerda de Ochoa de Olza "su sonrisa y su amistad". "Como montañero era magnífico, como persona muy buena persona y como amigo, entrañable y cercano", comentó.