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Manuel Gazapo Lapayese, director del Observatorio Internacional de Seguridad, nos cuenta en '14 Horas Fin de semana' que el atentado en Moscú "tiene marca de agua del terrorismo de etiología yihadista" por su modus operandi. "El ISIS-K tiene diferentes bases y está enfrentando con el Kremlin por su apoyo indudable a Tayikistán. Rusia se ha convertido en uno de los principales objetivos del terrorismo de etiología yihadista", explica Lapayese. Considera que hay argumentos suficientemente válidos para que Putin plantee como hipótesis la autoría de Daesh, pero "no lo hace porque no le interesa". "Sería reconocer un fallo dentro de su estrategia de seguridad", y asegura quiere utilizar este atentado como "un arma de munición en su guerra contra Ucrania".

El Servicio Federal de Seguridad ruso ha detenido a once personas relacionadas con el atentado en la sala de conciertos en Moscú, un ataque cuya autoría ha reivindicado el autodenominado Estado Islámico del Gran Jorasán o ISIS-K. Esta facción se fundó en 2015, eran talibanes pakistaníes que decidieron abrazar una rama más radical del Islam, y han amenazado permanentemente a Irán, Afganistán y Pakistán. Los analistas expertos consideran que están tratando de expandir su acción hacia Estados Unidos, Europa y Rusia, por sus intervenciones en Siria, Chechenia y Afganistán. Informa Fernando Martínez.

Entrevista en el Canal 24 Horas a Nicolás De Pedro, investigador principal en el CIDOB especializado en el espacio postsoviético, que ha asegurado que no hay ningún indicio que relacione a Ucrania con el Estado Islámico, organización que ha reivindicado el ataque en una sala de conciertos de Moscú este viernes. Hacía referencia a las acusaciones vertidas por Moscú, que asegura los autores del atentado se dirigían hacia la frontera entre Rusia y Ucrania y tenían contactos del lado ucraniano.

"Hay que ser cauteloso con la utilización política que se puede hacer de este atentado con respecto a la guerra", ha advertido el experto.

Foto: REUTERS/Yulia Morozova

El número de las víctimas mortales del atentado perpetrado el viernes en una sala de conciertos de Moscú ha ascendido a 93 personas, según ha informado el Comité de Instrucción (CI) ruso. Previamente, las autoridades habían cifrado en 60 el número de víctimas mortales, aunque advirtieron que esa cifra podía aumentar conforme avanzaban los trabajos de búsqueda y rescate.

El Servicio Federal de Seguridad (FSB) ha detenido a once personas relacionadas con la masacre.

Foto: EFE/EPA/MAXIM SHIPENKOV

Al menos cuatro hombres vestidos con atuendo militar han entrado disparando con armas de guerra en el Crocus City Hall, una gran sala de espectáculos del noroeste de Moscú. Los sujeros han matado al personal de seguridad en las puertas del local y luego se han dirigido contra los espectadores que acababan de entrar. Hay decenas de muertos y heridos. El gobierno ruso busca a los responsables de lo que califica como atentado terrorista y solicita una condena internacional. Ucrania ya ha dicho que no tiene nada que ver con el ataque.

FOTO: REUTERS/Maxim Shemetov

Varias personas vestidas de camuflaje han abierto fuego en una sala de conciertos cercana a Moscú. En un vídeo difundido por Reuters se puede ver un gran incendio y una columna de humo. De hecho, la diplomacia rusa ya habla de atentado terrorista desde los primeros momentos. 

Al menos cinco personas han abierto fuego y poco después se ha producido una explosión y un incendio en la sala de conciertos. El techo de la sala de donde se ha producido el tiroteo se está derrumbando, aunque según las autoridades el propio incendio ya está controlado. 

La seguridad de los aeropuertos y estaciones de tren de Moscú está siendo reforzada: "La gente trataba de esconderse tanto en el vestíbulo como entre las butacas", explica Isabel Dólera. 

En estos momentos la Guardia Nacional rusa busca a los posibles autores del ataque. 

El autodenominado Estado Islámico ha reivindicado la autoría del atentado terrorista.