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La policía francesa ha detenido a cinco presuntos traficantes después de que al menos 27 migrantes perdieran la vida al naufragar la embarcación en la que viajaban, en el Canal de la Mancha. Casi 25 mil personas han intentado atravesarlo en lo que va de año, el triple que en 2020. Y solo el día del naufragio, otros 25 botes pudieron correr su misma suerte. 

FOTO: EFE / MOHAMMED BADRA

Al menos 27 migrantes han muerto naufragar en el Canal de la Mancha (Francia) la embarcación en la que viajaban. El naufragio se ha producido frente a las costas de Calais cuando los pasajeros intentaban llegar a Gran Bretaña. La operación de salvamento se activó después de que un barco de pescadores alertara de que había avistado a "varios náufragos" en las aguas del estrecho de Pas de Calais, según ha explicado la Prefectura Marítima local en un comunicado. Entre los muertos había cinco mujeres y una niña, ha precisado el ministro francés del Interior, Gérald Darmanin, que ha añadido que dos personas consiguieron ser rescatadas "de forma heroica" por las fuerzas del orden y cinco supuestos traficantes han sido detenidos.

Hasta 2.600 migrantes vivieron hacinados durante días en el muelle de Arguineguín, al sur de Gran Canaria, hace ya un año. Un episodio trágico, pero no puntual, porque cada día la ruta canaria sigue creando situaciones límite. Con quienes rescataron y atendieron en aquel momento a los migrantes, y lo siguen haciendo cada día, ha hablado Elena Naranjo.

Polonia acusa a Bielorrusia de seguir llevando migrantes a su frontera y amenaza con cerrar el tráfico ferroviario entre los dos países. Nuestra enviada especial Erika Reija ha seguido la visita de la OMS a la nave donde el régimen bielorruso mantiene hacinadas a más de dos mil personas.

FOTO: Migrantes cargan sus pertenencias en el Centro de Transporte Logística de la localidad bielorrusa de Bruzgi, cerca de la frontera con Polonia. Maxim GUCHEK / BELTA / AFP.

La crisis entre Bielorrusia y Europa parece suavizarse. Minsk ha retirado a muchos de los migrantes que llevó a la frontera con Polonia. Cientos de ellos han sido repatriados a países como Irak en las últimas horas. Además, Bielorrusia ha propuesto que Europa acoja a 2.000 migrantes a través de un corredor humanitario. A cambio, ha ofrecido repatriar a otros 5.000.

FOTO: REUTERS / AHMED SAAD

Aún se cuentan por miles los migrantes que hay en la frontera. El G7 y la Unión Europea han acusado al régimen de Lukashenko de poner vidas en riesgo y le han pedido en un comunicado que cese en su campaña agresiva y explotadora. En él está la condena de Estados Unidos, Japón, Canadá y de toda la UE, que califican de táctica híbrida la actitud de Bielorrusia. Esta última noche, Polonia ha detenido a un grupo de unas cien personas en su frontera.

FOTO: EFE / STRINGER

Hace justo un año todas las miradas estaban puestas en el muelle de Arguineguín en Gran Canaria, que se convirtió en el 'campamento de la vergüenza'. La llegada masiva de pateras desbordó todos los recursos de acogida y más de 2.000 personas estuvieron semanas hacinadas en un espacio provisional con capacidad sólo para 400. Dormían en el suelo, al raso, no había duchas, apenas comida y tampoco agua. Tras las denuncias de las ONG y el Defensor del Pueblo a principios de diciembre, por fin se desmanteló.

La llegada de pateras a las islas no cesa, pero un año después la imagen del muelle no se parece en nada. El gran cambio ha sido la apertura o ampliación de los centros de acogida y las derivaciones a otras comunidades autónomas.

En 2020 llegaron al archipiélago 23.000 personas por la ruta canaria. Este año se constata una ralentización en las llegadas, pero en estos once meses ya son más de 18000 migrantes los que han llegado a las islas y 2.500 Los menores que acoge la comunidad.

Informa Elena Naranjo

  • Analizamos la situación de los menores inmigrantes que llegaron hace seis meses a Ceuta: algunos estudian en los institutos de la ciudad y otros muchos siguen en la calle
  • Las ONG reclaman que sean derivados a la Península para que puedan recibir una atención especializada
  • El presidente Juan Jesús Vivas defiende que, sin la colaboración de Marruecos, la frontera nunca funcionará

En el marco del programa especial con motivo de los seis meses de la entrada masiva de inmigrantes a Ceuta,  muchos de ellos menores,  hemos analizado también el aspecto legal del problema.  Itziar Gómez, profesora de Derecho Constitucional de la Universidad Carlos III y miembro del Patronato de la Fundación Raíces cree que es necesario reconstruir el sistema de solidaridad y asumir que Ceuta y Canarias no pueden quedar desprotegidas. Apuesta por un trabajo de calle y de educación social y defiende que la única opción es trasladar a los niños a laPenínsula: “Si no, ellos se van a meter en los bajos de un camión y vamos a tener muchas muertes en nuestras conciencias”. Una idea muy parecida tiene Patricia Fernández, la abogada de la Coordinadora de Barrios que en su día denunció la devolución de algunos menores a Marruecos en contra de su voluntad: “El traslado a la península, cuando sabemos que hay plazas disponibles, es la primera medida para garantizar el bienestar. Se pueden evaluar sus circunstancias. En Ceuta es imposible atender bien a esos niños, es una misión imposible”. Recuerda Fernández que por irse a la península no se anula la posibilidad de ser devueltos, si se considera necesario: “Lo que se ha decidido es mantener a los niños en Ceuta porque así tenemos la excusa para decir, como en Ceuta están mal, los devolvemos a su país”. Por último, hemos mirado al otro lado de la frontera, de donde proceden los niños.  Mercedes Jiménez, antropóloga que vive en Tánger, dice que hay que asumir que no se puede estar bien a un lado de la frontera si al otro no estamos bien y lamenta que este proceso se ha hecho mal: “La Cooperación española financia proyectos para trabajar con esos niños. Cuando cruzan, se convierten en un problema. Hemos hecho mal algo que, con un poco de colaboración, se podría haber hecho bien”.

Las menores no acompañadas que entraron en Ceuta hace seis meses están siendo objeto de especial protección porque, a la condición de vulnerable por ser menor, se le añade la condición de ser niña. Algunas de estas menores han sufrido abusos en la frontera y salen de situaciones familiares muy complicadas que, poco a poco, van detectando las ONG que trabajan sobre el terreno. Viven separadas de los chicos y, a diferencia de estos, no se las ve deambular por las calles. Muchas llegaron con una mochila cargada de violencia o abusos como nos cuenta Francisco Muñoz, director de las casas de acogida para las niñas que gestiona la Asociación Engloba en Ceuta. "Sus familias no quieren que vuelvan a Marruecos porque saben que es una oportunidad para ellas", explica Francisco.
Además, escuchamos el testimonio de Muna, una joven que hasta ahora vivía en los chalets con las niñas pero que, como acaba de cumplir 18 años, ya ha sido expulsada del sistema de protección de menores. "No tengo miedo. Estoy mejor aquí que en Marruecos. Si me sacan de Ceuta, volvería a hacer lo mismo: intentar entrar aquí nadando", asegura.