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El viernes entró en erupción el volcán La Soufrière en la isla caribeña de San Vicente. Ha dejado una columna de humo de unos diez kilómetros de altura. Se han registrado tres explosiones y las autoridades no descartan más. Hay 16.000 personas evacuadas. Ya habría un fallecido, según un medio local.

Foto: Cenizas y humo salen del volcán La Soufrière en la isla caribeña de San Vicente (REUTERS/Robertson S. Henry)

Centenares de turistas, excursionistas y amantes de los volcanes se acercan cada día en Islandia a observar de cerca la el Fagradalsfjall, que entró en erupción el 19 de marzo. El volcán está a tan solo 30 kilómetros de la capital, Reikiavik, y no entraña peligro. El Fagradalsfjall está dejando imágenes impresionantes, con ríos de lava y explosiones de piroclastos que algunos se aproximan a ver muy de cerca. Hacía más de 8 siglos que este volcán no entraba en erupción y no hay previsión sobre cuánto puede durar. La última erupción volcánica de este tipo en Islandia fue la del Holuhraun, en 2014-2015. No se espera que esta erupción expulse grandes cantidades de cenizas, a diferencia de la erupción en 2010 del volcán Eyjafjallajökull, que provocó la la suspensión de 900.000 vuelos.

El este de Australia sufre las peores inundaciones en 60 años. En Nueva Gales del Sur, el estado más poblado, ha llovido 3 días sin parar, dos ríos se han desbordado y esperan que esta semana sea todavía muy difícil. Todo ocurre en el mismo lugar en el que hace un año sufrían devastadores incendios.

18.000 personas han tenido que dejar sus casas y, solo en la noche del domingo, los equipos de rescate salieron 150 veces a por aquellos que habían quedado atrapados. No solo personas, también animales, en una zona donde la ganadería y la agricultura son el principal medio de vida.

"Australia está siendo puesta a prueba una vez más", ha dicho el primer ministro, Scott Morrison, en el Parlamento. Agradece que, de momento, no haya que lamentar pérdida de vidas, pero pide muchísima precaución porque la situación es de alto riesgo y las lluvias van a continuar. "No recuerdo un momento histórico en el que nos hayamos enfrentado a condiciones climatológicas tan extremas", ha dicho, recordando también los incendios del año pasado. "Hemos demostrado nuestra capacidad de adaptación".

Solo en Sydney está lloviendo el triple de lo habitual en un mes de marzo. La gente está nerviosa y vacía los supermercados.

Imagen: zona inundada en Nueva Gales del Sur, Australia. EFE/EPA/JASON O'BRIEN

Treinta y seis mil personas siguen, diez años después, sin poder volver a sus hogares. La llaman "zona de difícil retorno", un "radio maldito" de 20 kilómetros en torno a la central nuclear Daiichi en Fukushima. La descontaminación podría durar hasta 2050. Tras 250 mil millones de euros consumidos en la reconstrucción, el COVID ha retrasado hasta este año unos juegos olímpicos con escaso beneficio porque no podrán asistir extranjeros, pero quedarán como escaparate del esfuerzo. La antorcha pasará por lugares aún abandonados como Namie. La escuela Okawa de Ishinomaki es un símbolo. El tsunami mató aquí a 74 estudiantes y 10 profesores. Noriyuki perdió a su hija Mai y ahora será porteador de la antorcha olímpica. A las cicatrices se suma la pandemia, que parecía controlada pero golpeó con fuerza en enero. El PIB japonés no se recupera desde el bajón de 2011 y más un millón de metros cúbicos de agua radiactiva amenazan aún a la vital industria pesquera porque podrían verterse al océano. En el llamado "teléfono del viento" algunos buscan consuelo. Son llamadas sin respuesta a los ausentes desde hace diez años, y lágrimas de alivio.

Aniversario del accidente nuclear

Fukushima, muerte y vida diez años después

  • Juanma Cuellar fue miembro del equipo de periodistas de RTVE desplazado a la zona hace una década
  • Recordamos el tsunami, provocado por un terremoto de magnitud 9, que afectó a los reactores de la central de Fukushima

A las colas de coches que hemos visto en Estados Unidos durante toda la pandemia para hacerse un test, o vacunarse, ahora se suman las colas para conseguir agua potable. El temporal de frío ártico se ha cobrado alrededor de 60 muertos en todo el país. En Texas, el estado más golpeado, la mitad de su población, alrededor de 13 millones de personas, sigue bajo el aviso de hervir el agua antes de tomarla y algunos ni siquiera han recuperado el suministro. Algunos alimentos escasean en los supermercados y aunque la mayoría de texanos ya tiene electricidad, los precios de la luz se han disparado.

Foto: Voluntarios del Banco de Alimentos de Houston reparten alimentos en el NRG Stadium (Justin Sullivan/Getty Images/AFP)

Se cumple un mes de Filomena, la borrasca que paralizó varias ciudades de nuestro país durante días. De hecho, en Madrid, cinco semanas después del temporal, el colegio público de Infantil y Primaria Valle-Inclán, del distrito madrileño de San Blas, sigue cerrado por los daños causados y se espera que reabra sus puertas el próximo lunes.
Aún a día de hoy, muchos damnificados no saben a quién reclamar y más después de haberse declarado zona catastrófica.
En Radio5 vamos a tratar de responder a estas dudas con Manuel Castellanos, presidente de ANAVA-RC.