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Yugoslavia, la unión de los eslavos del sur, existió mientras existió Tito, quien falleció en 1980. Pero tras su muerte salen a relucir las tensiones internas entre los estados federados. También las dificultades económicas, el temor general a la prepotencia de Belgrado y, lo que es peor, el nacionalismo. Especialmente el nacionalismo serbio, fomentado por Slobodan Milosevic. Su prepotencia y sus afanes de dominio crearon una enorme inquietud en Croacia y Eslovenia.

En abril de 1990 los eslovenos celebraron las primeras elecciones libres, al margen de Belgrado. Medio año después se votó por la independencia: un 88% de los ciudadanos dijeron sí a la secesión, y otro tanto ocurrió con los vecinos croatas. El 25 de junio ambas repúblicas se declararon independientes. Pero había una diferencia fundamental entre ellas: Eslovenia, con dos millones de habitantes, era una república prácticamente homogénea, es decir, con pocos ciudadanos de otras repúblicas, mientras que en Croacia, con cuatro millones, tenía, según el censo de entonces, un 12% de serbios dentro sus fronteras. El Ejército yugoslavo, que era el brazo armado de Milosevic, no podía permitir esos movimientos separatistas y actuó: primero en Eslovenia, donde la guerra duró 10 días y luego en Croacia. Allí los enfrentamientos fueron mucho más crueles y se produjeron matanzas y destrucciones masivas. Hay que subrayar que eslovenos y croatas contaron con unos padrinos de excepción: el canciller Helmut Kohl y su ministro de Exteriores, Hans Dietrich Genscher. La ya reunificada República Federal reconoció a Eslovenia y Croacia como estados independientes el 23 de diciembre de ese 1991. La Unión Europea, pocas semanas después, el 15 de enero de 1992.

Para hablar de la declaración de independencia de Eslovenia nos acompañan Carlos González Villa, politólogo, profesor de la Universidad de Castilla - La Mancha, y Juan Fernández Elorriaga, veterano corresponsal de la agencia Efe en Yugoslavia, premio Cirilo Rodríguez de Periodismo Internacional, y fue director del Instituto Cervantes de Belgrado. González Villa asegura que en Croacia el partido comunista fue más conservador a la hora de movilizar la cuestión étnica, pero sí lo hicieron serbios y eslovenos. "Hay otro tipo de nacionalismo, el esloveno, de un barniz más progresita entre comillas, que abogaba por la descentralización, los derechos humanos, pero al mismo tiempo insolidario con respecto a las demás Repúblicas, mucho más pobres", ha dicho. Y añade que la guerra no era inevitable por que en el año 96, cuando terminaron los conflictos, las propuestas de paz eran las mismas que en el 91. Fernández Elorriaga asegura que hay nostalgia de la antigua Yugoslavia, pero que se va desvaneciendo. "Tito lo copaba todo. Pero ahora ya en Serbia empieza a volver a vivirse bien, a remontar. Si no estalla un follón serio en Kosovo, Serbia se va a recuperar", dice. Porque ese es, según explica, el resquicio que queda para que vuelva a surgir un conflicto.

En el repaso de los martes por la crónica negra española junto a Pedro Águeda, ha habido falsos culpables, verdugos ebrios, grandes crímenes y relaciones íntimas y secretas con la muerte. En ese viaje, los libros de una editorial con forma de sociedad secreta dispuesta a revelar los mayores y más incómodos secretos han jugado el papel de aliados indispensables. Es La Felguera y sus joyas como editorial son sus cuatro volúmenes titulados 'Fuera de la Ley', un repaso a la historia del crimen en España en los dos últimos siglos, y su detallada y amplísima labor de documentación en los periódicos de la época. Entre los últimos lanzamientos de la editorial está una guía de cementerios ocultos de Madrid y Barcelona.

Al frente de La Felguera se encuentra el escritor, editor y agitador cultural Servando Rocha. En 24 horas de RNE explica si los crímenes en España son especiales, si se entiende el país sin conocer a sus criminales, la relación entre el crimen y el periodismo y si existe una historia oficial que ha ocultado la brutalidad de nuestro pasado reciente.

El asesino confeso de Wafaa Sebbah ha acompañado a los investigadores de la Guardia Civil en un nuevo registro de la finca de Valencia donde, según la investigación, mató a la joven en 2019. Además, RTVE ha podido confirmar que la Policía Nacional investiga si pudo estar implicado en el crimen de otra mujer cometido hace dos años.

Foto: David S.O. es conducido por agentes de la Guardia Civil hasta la casa de su abuelo para un nuevo registro (EFE/Biel Aliño)

Concentración en Sant Boi de Llobregat, Barcelona, donde se ha convocado un minuto de silencio en recuerdo de Yaiza, la niña de 4 años que fue asesinada por su madre a finales de mayo. Ocurrió en Sant Joan Despí, una localidad cercana. En este municipio vivían la menor y su padre, que este jueves ha mandado una carta a la madre de las niñas de Tenerife, Anna y Olivia,  en la que se ha solidarizado con ella. 

Si paseáramos por el exclusivo barrio de Pedralbes la noche del 3 de mayo de 1974 podríamos apreciar que en la torre del matrimonio formado por Juan Roig Hospital y María Luisa Recolons la luz está encendida. Si agudizáramos el oído, quizá escuchásemos la conversación y las risas de una cena de amigos. Puede que en la velada incluso haya sonado el éxito que Mike Oldfield había lanzado al mercado unos meses antes. Abramos por un momento el libro de las peores pesadillas.

¿Quién no ha fantaseado alguna vez con encontrar la muerte tras acudir a comprobar de dónde procede ese ruido extraño en la cocina? ¿O al correr la cortina de la ducha? ¿Y ser asesinado al despertar de repente en medio de la noche? En la torre de Pedralbes, un rato después de que acabe la fiesta, una sombra comienza a moverse sigilosamente por la casa. Viste de negro, cubre su cabeza con un pasamontañas y lleva en la mano un cuchillo de grandes dimensiones.

¿Qué pasó? Lo cuenta Pedro Águeda en esta sección del 24 horas.

En Madrid han detenido a un hombre de 84 años después de confesar que mató a su mujer con un martillo en un nuevo caso de violencia de género. Fueron los vecinos los que avisaron a la Policía. Cuando los agentes entraron en el piso, el agresor, de 84 años, reconoció los hechos. No constan denuncias previas por parte de la víctima, que falleció poco después de llegar al hospital. Con ella son 20 las mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas este año.

En Tenerife, el buque Ángeles Alvariño continúa la búsqueda sin descanso de Anna y su padre, Tomás Gimeno, a una milla de la costa. Localizarlos es importante, por una cuestión humana, pero también legal: no encontrar a Anna supondría abrir un plazo de diez años hasta dar por fallecida a la menor. En el caso de Gimeno, la investigación y su búsqueda continuará hasta dentro de unos 15 o 20 años, momento en el que prescribe el delito.

Sin embargo, el jueves el Ángeles Alvariño deberá continuar con sus compromisos y zarpar rumbo a Cádiz. El trabajo que ha hecho el buque es, para los expertos, todo un hito en las búsquedas submarinas. Foto: EFE/ Miguel Barreto