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Desde su última derrota electoral, Javier Milei ya no insulta ni a oponentes ni a periodistas. Ha moderado su lenguaje y ahora prefiere cantar sus temas favoritos de rock.

Sabe que necesita más de un tercio de escaños y el control de las dos cámaras para seguir aplicando sus recortes fiscales. La Libertad Avanza, el partido creado para que ganara las presidenciales, apenas tiene representación parlamentaria y, hasta ahora, el Gobierno ha tenido que sacar adelante sus reformas como decretos y con el apoyo de otros partidos conservadores.

En frente, un renacido peronismo que, con su formación Fuerza Patria, pretende conseguir más escaños y así frenar la motosierra de Milei. Los peronistas rechazan el intervencionismo electoral de la Casa Blanca en Argentina y, falta por saber si los votantes del presidente argentino aceptan la injerencia de Donald Trump que condicionó su ayuda económica a la victoria de Milei.

Aunque las encuestas no apuestan por un claro favorito, lo cierto es que en la historia reciente de estas elecciones legislativas no suele ganar el oficialismo, es decir, el partido en el Gobierno.

Foto: Sebastián Hipperdinger / Europa Press

Argentina renueva este domingo el Congreso en unas elecciones legislativas trascendentales. Javier Milei quiere controlar las cámaras para impulsar su política ultraliberal. El presidente presume de haber bajado los índices de pobreza, pero muchas familias siguen dependiendo de los comedores sociales para llenar el estómago.

Casi 36 millones de ciudadanos argentinos están llamados a las urnas este domingo en unas elecciones legislativas que, además de despejar cómo se configurará el Congreso a partir de diciembre, puede ser el termómetro del apoyo ciudadano al Gobierno del ultraderechista Javier Milei. Los últimos sondeos marcan una alta polarización entre el partido del actual presidente, La Libertad Avanza, y Fuerza Patria, el frente peronista. La enviada especial al país sudamericano, Aurora Moreno, ha hablado con la economista y política Mercedes Marco del Ponte, que ve con profundo escepticismo la segunda etapa de medidas neoliberales que el presidente Milei quiere poner en marcha tras estas elecciones para relanzar la economía.

Los acusados por intentar asesinar el 1 de septiembre de 2022 a la expresidenta argentina Cristina Fernández (2007-2015), Fernando Sabag Montiel y su entonces pareja, Brenda Uliarte, han sido condenados este miércoles a diez y ocho años de prisión, respectivamente.

Sabag Montiel, de 37 años, ha sido condenado a diez años tras ser considerado "autor penalmente responsable del delito de homicidio agravado por mediar el empleo de un arma de fuego, en grado de tentativa, y con concurso ideal con el delito de portación de arma de guerra sin la debida autorización legal", según ha expresado la jueza Sabrina Namer, presidenta del Tribunal Oral en lo Criminal Federal número 6.

Argentina sufre un momento de gran inestabilidad política. Las protestas en la calle contra Milei, los reveses electorales y el rechazo a parte de sus recortes en el parlamento están provocando una situación muy compleja con tormenta en los mercados e incertidumbre en las elecciones legislativa de octubre.

FOTO: El presidente de Argentina, Javier Milei, durante un discurso en el Palacio Legislativo en Paraguay ( EFE / Juan Pablo Pino)

Hace casi tres meses la expresidenta argentina Cristina Fernández Kirchner comenzó a cumplir una pena de 6 años de cárcel y la inhabilitación política a perpetuidad por corrupción, aunque la justicia le permite cumplir su sentencia en su casa en la ciudad de Buenos Aires. La exmandataria y una de las grandes líderes del peronismo asegura ser víctima de lawfare. Hablamos con su abogado Gregorio Dalbón.

La derrota del partido del presidente argentino, Javier Milei, en las elecciones provinciales de Buenos Aires, ha desatado un terremoto económico en el país: la bolsa ha caído un 13% y el dólar ha rozado máximos históricos. Desde la Casa Rosada, el presidente ha prometido no dar marcha atrás y ha asegurado que acelerará su plan de recortes, pese al rechazo que este ha tenido en las urnas.

Los resultados, en una región con gran peso electoral, fueron interpretados como un límite a la "motosierra" mileísta y un aviso de lo que puede suceder en las elecciones nacionales de octubre. La celebración peronista, con un mensaje de Cristina Fernández desde su prisión domiciliaria, ha reforzado para muchos argentinos la percepción de que el rumbo político del país entra en una nueva fase de confrontación abierta entre el oficialismo y la oposición.

Foto: TOMÁS CUESTA