Un recorrido marcado por los recuerdos y las emociones a flor de piel marca las últimas etapas de 'Hasta el Fin del Mundo'
- Historias de amor y desamor, situaciones límite y una pareja a punto de volver a España
- No te pierdas un nuevo programa de Hasta el fin del mundo el próximo martes, en La 1 y RTVE Play
El viaje continúa poniendo a prueba la capacidad de adaptación de las seis parejas de Hasta el fin del mundo. En esta nueva etapa, la aventura se tiñe de nostalgia, superación personal y nuevos retos laborales. Aldo Comas revive su historia de amor visitando el lugar donde conoció a su esposa, la actriz Macarena Gómez; mientras Alba Carrillo se abre como nunca. El resto de las parejas se enfrenta a trabajos exigentes, encuentros inesperados y situaciones límite, como la posibilidad de volver a España por culpa de la escasez presupuestaria. Una nueva entrega marcada por las emociones intensas y las pequeñas victorias del camino. ¡Te lo contamos todo!
Alba Carrillo se abre como nunca
Alba Carrillo y Cristina Cifuentes continúan su camino buscando nuevas oportunidades laborales. Su parada en el teatro municipal se ve marcada por un contratiempo: la ausencia de maquilladora y estilista, así que las contratan. Sin embargo, más allá del trabajo, el momento hace que Alba se abra como nunca.
La exmodelo se sincera sobre la depresión que atravesó tras su divorcio y reflexiona sobre cómo cambió su manera de ver la vida. Un testimonio honesto sobre el dolor, la reconstrucción personal y la importancia de volver a disfrutar de las pequeñas cosas, un viaje introspectivo que Hasta el fin del mundo está provocando en todos los concursantes.
Aldo revive su historia de amor con Macarena
Aldo Comas visita el bar donde, hace 16 años, conoció a Macarena Gómez, la mujer que acabaría marcando su vida para siempre. Con la complicidad de José Lamuño, recuerda cómo, tras encontrarse con un grupo de españoles, fue al baño y al salir por la puerta se topó con ella, a quien comparó con Miércoles Addams.
Entre risas adolescentes, confidencias y besos, Aldo rememora cómo quedó prendado de Macarena, cómo se reencontraron después en Madrid y cómo se convirtió en su compañera de vida y en la madre de su hijo. Visiblemente emocionado, confiesa que es la mujer con la que quiere envejecer y morir. Como gesto simbólico, deja la foto de su DNI enmarcada en el espejo del baño, demostrando que, pese al paso del tiempo, sigue profundamente enamorado y que este viaje le ha permitido revivir su pequeño cuento de hadas.
Yolanda y Ainoa, a punto de volver a España si no consiguen dinero
Yolanda Ramos y Ainoa Olivares están casi en números rojos en términos presupuestarios. El trabajo es fundamental, ya que, si se quedan sin presupuesto, deberán volver a España. Su creatividad hará que pongan en marcha sus dotes negociadoras y mejoren la remuneración del trabajo de esta etapa, que tendrá lugar en un restaurante.
Gracias a este esfuerzo extra, ambas logran reunir el dinero necesario para hacer compras básicas como desodorante y champú, pequeños lujos que se convierten en grandes triunfos dentro de la dureza del viaje.
Jedet y Andrea, en apuros entre alfajores
Jedet y Andrea Compton se enfrentan a una jornada laboral tan dulce como exigente: trabajar en la elaboración de alfajores en una tienda, donde deben manejar la estampadora, tarea que se les complica más de lo esperado y es que en el intento casi acaban rompiendo la maquinaria.
El lugar presume de historia y prestigio, ya que por allí han pasado figuras ilustres. Entre errores, risas y aprendizaje, la pareja demuestra su capacidad de adaptación y su buena sintonía ante un reto completamente nuevo. El dinero ganado hace que Jedet pueda ir a la peluquería para ponerse extensiones.
Rocío y Anabel, cara a cara frente a un caimán yacaré
La etapa de Rocío Carrasco y Anabel Dueñas las lleva a un entorno completamente distinto: naturaleza en estado puro. Su jornada laboral transcurre rodeadas de fauna salvaje, con la presencia de capibaras y un recorrido en kayak que eleva la adrenalina.
El momento más tenso llega con el avistamiento de un yacaré, un caimán con quien viven un encuentro inesperado que pone a prueba sus nervios, pero que también añade una dosis extra de aventura a su experiencia.
NIA y J Kbello comparten su arte ante el público argentino
NIA y J Kbello están teniendo una etapa dura, finalmente, consiguen trabajar en un restaurante, pero el espíritu artístico de J Kbello no tarda en salir a la luz. Antes de atender a una mesa, se anima a cantar para los comensales, aunque el gesto no se traduce en propina.
Lejos de desanimarse, la pareja comparte por primera vez ante el público el tema creado en Hasta el fin del mundo "Dímelo, dámelo", demostrando que cualquier lugar puede convertirse en un escenario improvisado.