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Ojos Rojos: cuando la fotografía vuelve a mirar

  • El festival internacional de fotografía Ojos Rojos, cita imprescindible con la imagen contemporánea, se celebró entre octubre y noviembre en la Marina Alta
  • Metrópolis emite el programa especial dedicado a la última edición de Ojos Rojos el lunes 22 de diciembre en La 2
Ojos Rojos: cuando la fotografía vuelve a mirar
El universo autobiográfico en daguerrotipos de Simone Choulle se presentó en Cactus Club & Shop
Ruth Cantarero

Cada otoño, la fotografía encuentra en la Marina Alta de nuestro país un territorio donde detenerse, pensar y volver a mirar. Metrópolis viaja hasta Xàbia y Dénia para adentrarse en el Festival Internacional de Fotografía Ojos Rojos, un proyecto que, después de siete ediciones, se ha consolidado como uno de los espacios más singulares para la reflexión sobre la imagen contemporánea en España.

Impulsado por la asociación Arteria Urbana y dirigido por los fotógrafos Mili Sánchez y Mike Steel, el festival nació como revista especializada en fotografía y cultura visual. Con el tiempo, aquella publicación crítica y atenta a los discursos de la imagen se transformó en un festival que hoy articula exposiciones, encuentros, talleres y charlas, manteniendo intacta su motivación original: pensar la fotografía más allá de la superficie, como lenguaje, como experiencia y como herramienta de conocimiento.

Un festival como laboratorio visual

Ojos Rojos no es solo una suma de exposiciones, sino un espacio de investigación. Instalado en ese lugar intermedio entre la cámara y el mundo, el festival propone examinar los límites de la imagen, interrogar su verdad y explorar nuevas formas de narrar a través de la luz, el color, el cuerpo o el paisaje.

Memorias sonámbulas, la propuesta de Luis Asín

Memorias sonámbulas, la propuesta de Luis Asín

Desde el documental poético hasta la experimentación técnica, esta séptima edición reúne a creadores de diferentes generaciones que entienden la fotografía como un lenguaje en transformación constante. En tiempos de sobreexposición visual, el festival apuesta por la pausa, la atención y la mirada crítica: una invitación a mirar más allá de la imagen y a cuestionar la certeza de lo visible.

Xàbia: memoria, naturaleza y experimentación

En Xàbia, el festival despliega un recorrido que dialoga con la historia, el paisaje y la materialidad fotográfica.

En Ca Lambert, se encuentran tres propuestas que dialogan desde registros muy distintos. Susana Galbis, con Cuando duermen las tortugas, propone una contemplación lenta del paisaje, donde la quietud es también movimiento, donde conviven la naturaleza y los recuerdos de la infancia.

Rafael Pablos y César Blasco, presentan Fosfografía

Rafael Pablos y César Blasco, presentan Fosfografía

Por su parte, Rafael Pablos y César Blasco, presentan Fosfografía, un original proyecto donde investigan procesos técnicos para crear imágenes que literalmente emiten luz, explorando la fotografía como materia viva. Cuando la luz de la sala desaparece, la fotografía se desvela en su esencia. Finalmente, Javier López de Benito, nos remite, desde la ironía inteligente, a las contradicciones de la arquitectura de nuestras ciudades. Con La intrusión recurre a la ficción y al humor para cuestionar la arquitectura contemporánea y nuestra percepción de la realidad mostrándonos cómo en realidad estamos siendo víctimas de una invasión alienígena.

En el Museo Soler Blasco, la exposición Miradas Modernas, comisariada por Toni Ricart recupera la obra de Palmira Puig y Marcel Giró, figuras clave de la Escuela Paulista nacida en Brasil. Lejos de sus imágenes más icónicas dentro de la fotografía modernista brasileña, esta muestra pone el foco en la figura humana y en la transformación urbana de São Paulo, revelando cómo la modernidad también se escribe desde lo cotidiano.

La muestra Miradas Modernas recupera la obra de Palmira Puig y Marcel Giró

La muestra Miradas Modernas recupera la obra de Palmira Puig y Marcel Giró

La Casa del Cable acoge Memorias sonámbulas, la propuesta de Luis Asín, un trabajo donde la precisión de la fotografía arquitectónica se cruza con una mirada íntima y emocional. Un conjunto de piezas en su mayoría de fotografía de arquitectura, con una selección de retratos, donde la luz deja de ser descriptiva para convertirse en experiencia, en umbral entre lo real y lo onírico.

El recorrido por Xàbia se completa con dos interesantes propuestas que, una vez más experimentan con los formatos. Por una parte, Topofilia de Angélica de la Llave, en la Galería Isabel Bilbao, una exploración íntima y simbólica del vínculo emocional que nos une con el territorio a partir de la reinterpretación de su archivo personal. De otro lado, el universo autobiográfico en daguerrotipos de Simone Choulle (detrás de quien se encuentran Hélène Védrenne y Nina Zaragoza) en la peculiar Cactus Club & Shop, donde el daguerrotipo, como imagen-objeto, funciona como espejo, huella y ficción.

Erizo, de Julián Zuazo

Erizo, de Julián Zuazo

Finalmente, Julián Zuazo presenta su obra en su nuevo espacio expositivo Pfingsten&Zuazo (PFZ) Gallery en el corazón de Xàbia histórica. La exposición There is no artist greater than nature, reúne el trabajo de Zuazo inspirado en su entorno más inmediato: una montaña elefante, una mujer pez, un hombre erizo, una bailarina planta. En este espacio, se muestran también las piezas de Ed Lu, astronauta y fotógrafo norteamericano, que muestran tormentas y huracanes capturadas desde la Estación Espacial Internacional (Tan bello desde arriba, tan cruel desde abajo).

Dénia: identidad, territorio y representación

La segunda estación de Ojos Rojos nos acerca hasta Dénia, donde la fotografía se abre al espacio público y a la reflexión social. El Centre d’Art l’Estació presenta USUS FRUCTUS ABUSUS de Gloria Oyarzabal, un trabajo incisivo y reflexivo en torno a colonialismo, representación y museos como espacios no neutrales. Aquí, la imagen se convierte en herramienta crítica, capaz de cuestionar las estructuras de poder heredadas.

Ubicadas en la Plaza del Consell, Luisa Dörr retrata a las Falleras desde una mirada serena y respetuosa, revelando cómo la tradición también puede ser un espacio de diversidad, pertenencia e identidad compartida.

Luisa Dörr retrata a las Falleras

Luisa Dörr retrata a las Falleras

También en el espacio exterior, los muros del Mercado Municipal acogen Aquí no hay playa de Marcos Avilés, un proyecto que reflexiona sobre el deseo del agua y la creatividad en territorios alejados del mar, donde el paisaje urbano se convierte en sustituto simbólico de la costa.

Y termina el recorrido por esta segunda estación en la Casa de Cultura, espacio en el que José Miguel Cerezo presenta California Island, un original trabajo que parte de un error cartográfico histórico, la consideración de California como isla, para explorar la relación entre territorio, memoria y ficción, incorporando la historia como un elemento narrativo más.

Pensar la imagen hoy

Todo este recorrido por Ojos Rojos se desvela como un lugar donde la fotografía no solo se muestra, sino que se piensa, se discute y se pone en tensión. Un espacio donde la luz no busca deslumbrar, sino revelar.

Imagen de la serie California Island, de Miguel Cerezo

Imagen de la serie California Island, de Miguel Cerezo

En un mundo saturado de imágenes, Ojos Rojos propone recuperar la intensidad de la mirada. Porque los ojos rojos no son una anomalía: son la huella de una sensibilidad que aún reacciona, de una imagen que todavía es capaz de afectarnos.

Metrópolis se acerca a este festival para recordar que fotografiar sigue siendo un acto de conciencia. Y que, a veces, volver a mirar es quizás el gesto más radical.