La historia de superación de un joven con discapacidad intelectual para lograr su autonomía
- Sergio López, con un trastorno del desarrollo, realiza tareas cotidianas como ir en metro con la ayuda de la asociación Adisli
- El camino hacia la independencia de Inés Collado, una joven con diversidad funcional
Cambios de línea, pasillos interminables, aglomeraciones, la voz del megáfono anunciando la próxima estación... Durante años, todo eso era un mundo inabarcable para Sergio López, un joven con discapacidad intelectual. “Sergio odiaba el metro porque no lo entendía”, recuerda Jesús, su padre, en el programa De Seda y Hierro. Pero hoy, con 19 años y una sonrisa de orgullo, Sergio ha logrado algo que antes parecía imposible: ir solo en metro hasta el colegio.
Sergio, con discapacidad intelectual, y su asistente de Adisli en el metro de Madrid
“Un objetivo que he conseguido es ir en metro porque tengo autonomía y antes no sabía ir al cole en metro y ahora sí que sé ir sin ayuda de mis padres”, cuenta Sergio con entusiasmo. Este joven madrileño lo tiene claro: “Ya me estoy haciendo mayor y cada vez hay que dar un paso, paso a paso, que si no me quedo atrás… y eso no”, afirma convencido.
Detrás de este logro está el acompañamiento de un terapeuta ocupacional, parte del programa de la Asociación Adisli, que trabaja para que jóvenes con discapacidad intelectual desarrollen sus proyectos de vida.
El camino de la independencia
Sergio y su terapeuta comparten muchas mañanas en el metro. Juntos revisan el trayecto con apoyos visuales, bajan en Plaza de Castilla y buscan la conexión hacia la línea 9, dirección Paco de Lucía. “Perfecto”, le dice su terapeuta mientras él repite la parada final en voz alta para no olvidarla. Ese entrenamiento cotidiano ha convertido un trayecto antes temido en un símbolo de independencia para Sergio.
“Sergio quiere hacer su vida de manera autónoma“
Sus padres, Jesús y Laura, son conscientes del valor de cada paso que da su hijo. “Sergio lo que quiere es ser independiente, hacer su vida de manera autónoma”, dicen. “Ojalá pueda llevar su vida de manera independiente, conseguir un trabajo, querer, ser querido y llevar una vida lo más feliz posible”, añade su madre.
Una infancia de retos
El diagnóstico de Sergio llegó cuando tenía apenas año y medio. Sus padres se percataron de que le costaba caminar y hablar, además de tener un carácter “difícil”. Jesús y Laura dieron entonces con un médico que les alertó de que su hijo tenía discapacidad intelectual y les recomendó empezar a trabajar con él cuanto antes.
“Él se pensaba que era uno más de ellos y no entendía por qué le rechazaban“
Durante la Educación Primaria, todo marchó razonablemente bien. Sergio tenía un currículum adaptado y se esforzaba al máximo en sus tareas. Sus padres recuerdan aquella etapa como una época de integración plena. Sin embargo, el cambio al instituto marcó un antes y un después. “Los chicos empiezan a crecer, los chicos empiezan a tener relaciones con las chicas y Sergio empieza a estorbar en esas relaciones y Sergio no entiende sus conversaciones, sus bromas y empieza a estar aislado”, cuenta su padre en De Seda y Hierro. Hasta ese momento, ”él se pensaba que era uno más de ellos y no entendía por qué le rechazaban (...) y entonces empieza a sufrir él por dentro”, continúa Jesús.
Deporte y amor
Esa situación llevó a sus padres a buscar un entorno más adecuado, y así llegaron a la Fundación A la Par, donde Sergio “se encontró con sus iguales y empezó a vivir su vida”, cuenta su madre.
““
Y allí fue donde conoció a Alicia, su novia. “El amor de mi vida”, afirma Sergio. “A veces son como un matrimonio mayor y piensas: 'con lo jóvenes que son', pero bueno, se compenetran muy bien y la verdad es que ¡quién nos iba a decir a nosotros hace unos años que Sergio iba a tener novia!”, explican con una gran sonrisa sus padres.
“Para él es muy importante ganar medallas“
Además del amor, el deporte ha jugado un papel fundamental en la evolución de Sergio. “Inicialmente, fue por la psicomotricidad”, explica su madre, pero tras entrar en Adisli, Sergio descubrió su verdadera pasión: el fútbol. Sergio también practica natación en A la Par y ha llegado a competir a nivel autonómico y nacional. “Para él es muy importante ganar medallas. Es una superación para él”, afirma su padre, orgulloso.
De Seda y Hierro