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El camino hacia la independencia de Inés Collado, una joven con diversidad funcional

El camino hacia la independencia de Inés Collado, una joven con diversidad funcional
Inés Collado durante un entrenamiento con ADISLI
M. José Mascarell

Inés Collado vive un momento que hace unos años parecía inalcanzable. Fue diagnosticada con inteligencia límite durante la adolescencia, una etiqueta que nunca permitió que definiera su vida. Hoy trabaja en el Museo Nacional de Ciencias Naturales tras aprobar una oposición del Estado, y sigue dando pasos firmes hacia su gran meta: tener una vida adulta independiente junto a su pareja, Víctor. “Mi mayor logro de este año ha sido conseguir un trabajo, sacarme la oposición para que, cuando mis padres no estén, poder mantenerme yo misma o con mi pareja y estar a gusto y feliz”, afirma Inés en el programa De Seda y Hierro.

El camino hacia la independencia de Inés Collado, una joven con diversidad funcional

inés Collado junto a su padre en el Museo Nacional de Ciencias Naturales

Gracias a la asociación ADISLI (Atención a Personas con Discapacidad Intelectual Ligera e Inteligencia Límite), Inés y su pareja ensayan cómo será esa vida independiente: cocinar, organizar los gastos, construir una rutina… incluso aprender a conducir. Inés estudia con un temario adaptado, y con la ayuda de su hermana, las señales de circulación.

El camino ha sido largo pero también fructífero. “Inés es muy trabajadora. Ha tenido las capacidades suficientes, para que con ese gran apoyo (de ADISLI), poder llegar donde ha llegado”, destaca su madre, Beatriz Pajares. Su padre, Julio Collado, completa la reflexión: “Es evidente que algún día, pues como es ley de vida, no estaremos. Pero con Inés ahora estamos mucho más tranquilos y muy esperanzados. Y casi yo diría seguros de que no va a tener grandes problemas en la vida”.

El fútbol, una pasión

Lo más bonito es el compañerismo, el respeto y el trabajo en equipo

Además de su trabajo, el deporte ocupa un lugar esencial en su vida. "Me apasiona el fútbol. Nací con eso”, dice con una sonrisa en De Seda y Hierro. Capitana del equipo de la Fundación Atlético de Madrid, Inés lidera con orgullo un proyecto que, junto a la asociación ADISLI, busca normalizar la práctica del fútbol entre personas con diversidad funcional. En el campo, Inés es la única mujer del equipo. Pero cuando el balón rueda, el género deja de importar. “Para mí, lo más bonito es el compañerismo, el respeto y el trabajo en equipo”, afirma con convicción.

“En este equipo ha sido muy bien recibida. Todos los chicos la quieren muchísimo y no hay ninguna diferencia entre ellos”, afirma la madre de Inés. Así lo confirma su padre: “El fútbol no es solo un tema de competir por ganar. Lo vital para ella es mantener una actividad en relación con personas y en la que ella se siente tan igual como los demás”.

Una infancia de obstáculos

En el colegio me hacían bullying

Sin embargo, la infancia de Inés estuvo marcada por sus capacidades distintas. “Cuando empecé la etapa escolar yo no sabía muy bien que tenía discapacidad, yo sabía que me costaban más los estudios”, cuenta Inés en De Seda y Hierro. “En el colegio me hacían bullying por tener discapacidad. Tenía pocos amigos”, recuerda.

Su padre rememora el momento en el que los médicos le dijeron que su hija, con 3 años, tenía “retraso madurativo”. ”Lo peor no era que nos dijera eso, sino que nos dijeran que ya no había capacidad para mejorar”, recalca Julio. Años después, Inés ha alcanzado grandes metas. Desde su puesto de trabajo en el museo, sigue aprendiendo, creciendo y construyendo su propio proyecto de vida.