Pérez Reverte vuelve con una nueva aventura de Alatriste en París
- Misión en París es la octava entrega de la saga del capitán Alatriste, en la que aparece Francisco de Quevedo
- Los protagonistas se ven envueltos en una peligrosa misión secreta ideada por el conde-duque de Olivares
La cita con Arturo Pérez-Reverte es en la preciosa biblioteca de la Real Academia Española, la institución en la que el escritor ocupa desde el 2003 la letra T. El impresionante espacio alberga manuscritos e incunables de Cervantes, Lope de Vega o Quevedo. En esta estancia inspiradora el autor habla con Óscar López de vocación y oficio, y presenta a la audiencia su nueva novela, Misión en París (Alfaguara), la octava entrega protagonizada por el capitán Alatriste.
Pérez-Reverte relata en la serie de aventuras dedicadas a Diego Alatriste las historias de un veterano de los tercios de Flandes que malvive como espadachín a sueldo en el Madrid del siglo XVII. Sus misiones sumergen al lector en las intrigas de la Corte de una España corrupta y en decadencia, retratando con una particular mirada el Siglo de Oro. La cubierta de Misión en París vuelve a estar ilustrada, como en entregas anteriores, por Joan Mundet.
En París con Quevedo
Los orígenes del personaje comienzan hace casi 30 años, en 1996, cuando Pérez-Reverte presenta al lector a un hombre que no es «el más honesto ni el más piadoso, pero sí valiente». Miles de lectores después, Misión en París dibuja a un Alatriste que ya ha cumplido los cuarenta años y llega a medianoche a la capital de Francia.
Así comienza la novela: «Sonaba la medianoche en los relojes de París cuando entraron por la puerta de Saint-Jacques cuatro jinetes tan seguros de sí mismos como el trote firme de sus caballos. Habían mostrado pasaportes en regla a los soñolientos centinelas de la barrera, y franqueada ésta se internaron por las calles sombrías de la orilla izquierda del Sena, peligrosas a tan menguada hora, para cruzar el río por el puente de Notre-Dame».
Es medianoche en París. Íñigo Balboa —uno de los Correos Reales— aguarda expectante la llegada del capitán Alatriste, de Francisco de Quevedo y de Sebastián Copons. Hace casi un año que no se reúnen, desde una arriesgada misión que tuvieron que afrontar en Venecia. Son tiempos complejos para Francia; desde hace unos meses, los hugonotes de La Rochelle, con apoyo inglés, están viviendo un duro asedio por parte de las fuerzas francesas a las órdenes del cardenal Richelieu.
Por mediación de Quevedo, Alatriste y sus amigos se ven envueltos en una peligrosa misión secreta ideada por el Conde-Duque de Olivares. Esta vez el objetivo es de tal magnitud, que la aventura a la que se enfrentan podría cambiar para siempre el curso de los acontecimientos.
“En esta última novela Alatriste se ha vuelto algo más oscuro“
«Aunque no soy yo», cuenta Reverte en su entrevista a Página Dos, «el capitán Alatriste tuvo desde el principio mi mirada del mundo. En esta última novela se ha vuelto algo más oscuro, porque yo también me he hecho mayor y veo el mundo de otra manera».
Arturo Pérez-Reverte (Cartagena, 1951) fue reportero de guerra durante dos décadas, durante las que cubrió dieciocho conflictos armados para periódicos y televisiones. Con más de veinte millones de lectores en todo el mundo, ha sido traducido a cuarenta idiomas y varias de sus obras han sido adaptadas a la televisión y al cine y la televisión, como El maestro de esgrima (1992), La tabla de Flandes (1994), La novena puerta (1999) o La carta esférica (2007). Además de la literatura, la otra gran pasión de Reverte es la navegación.
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