Ana María Matute, 100 años de nuestra reina de la fantasía infantil: 10 cosas que no sabías de ella
- Se cumplen 100 años del nacimiento de Ana María Matute
- El documental La niña de los cabellos blancos rinde homenaje a una de las escritoras más importantes del siglo XX en España
Para Ana María Matute si no hay fábula y asombro, no hay literatura. La lírica y fantasía de sus obras despliega un universo personalísimo, con idiomas, geografías y mitologías inventadas, atisbo de la niña que nunca dejó de ser. Nunca importaron las canas de su cabello, su edad o el tiempo que la tocó vivir. Pero como ocurre con todas las autoras de narrativa infantil, como también pasó con Gloria Fuertes, tuvo que pasar un tiempo para que su obra fuese reconocida como una de las más destacadas de la literatura española del siglo XX.
Este 2025, se cumplen 100 años de su nacimiento, y aunque su nombre suene a veces a libros del cole o a premios literarios lejanos, detrás de esa melena blanca y esa mirada traviesa se escondía una mujer tan brillante como contradictoria, tan fantasiosa como realista. Coincidiendo con su centenario, Imprescindibles y RTVE Play emiten el documental Ana María Matute, la niña de los cabellos blancos, una pieza que promete enseñarnos a la Matute más humana. Aprovechamos la ocasión para contarte 10 curiosidades sobre su vida y su obra que (casi seguro) no conocías.
1. Su primera novela fue rechazada
Con solo 17 años, escribió su primera novela, Pequeño teatro, pero la editorial la rechazó por “inverosímil”. No se creían que esto lo hubiese podido escribir una adolescente, en plena posguerra española. Lo cierto es que era su primera novela terminada, aunque escribía pequeños cuentos desde niña. Sin embargo, los editores no creyeron que una adolescente pudiera haber escrito algo tan complejo. El manuscrito quedó guardado durante casi una década. Pero el tiempo da revanchas: en 1954, Matute decidió presentar esa misma novela al Premio Planeta, y lo ganó. Una auténtica venganza literaria.
2. Escribía para niños, pero perdió a su hijo
Aunque escribió mucho sobre la infancia, Matute no idealizaba a los niños y, muy a su pesar, no pudo compartir su vida con el niño que más quería. Dos años de recibir el Planeta, en 1952, se casó con el escritor Ramón Eugenio de Goicoechea, y ese mismo año nació su hijo. Sin embargo, su matrimonio fue complicado y terminó en divorcio, algo poco habitual (y mal visto) en la España de la época.
Después de la separación, perdió la custodia de su hijo debido a las leyes franquistas, que favorecían al padre en esos casos. Aquello marcó profundamente su vida. Aunque en etapas posteriores logró retomar el contacto con su hijo, el sufrimiento de aquella separación forzada dejó huella tanto en su vida personal como en su literatura, donde muchas veces aparecen temas como la pérdida, la soledad, la injusticia y el desarraigo.
Ana María Matute
3. Se escapaba a mundos inventados (y no era solo literatura)
Este es uno de los aspectos más fascinantes de su creación literaria. Ana María Matute creó un mundo ficticio llamado Olar, que no es solo el escenario de Olvidado Rey Gudú (1996) y otras obras posteriores (Aranmanoth, por ejemplo), sino una especie de universo personal y emocional que ella trataba como real. "Olar no es invención mía. Es un país donde viví durante mucho tiempo", llegó a decir la ganadora de otros destacados premios como el Cervantes y el Nadal.
Para Matute, Olar no era simplemente un marco narrativo medieval o fantástico. Ella lo describía como un lugar autónomo, con su propia historia, geografía, idioma y mitología, que descubría más que inventaba. Hablaba de él como si fuera una experiencia vivida, no una creación.
4. Tercera mujer en entrar en la RAE
Fue elegida miembro de la RAE en junio de 1996, para ocupar el sillón K. Sin embargo, no leyó su discurso de ingreso hasta junio de 1998, dos años después. Cuando recibió tal distinción, ya había ganado el Nadal, el Nacional de Literatura Infantil o el Planeta y tenía ya más de 70 años. Durante mucho tiempo, se la ignoró en los círculos más académicos, pese a su prestigio popular y crítico, por aquello de que la narrativa infantil nunca gozó del prestigio adecuado. Fue la tercera mujer en llegar al puesto, tras Carmen Conde (1979) y Elena Quiroga (1983).
La reina Sofía y Ana María Matute, durante su entrega del Premio Cervantes en 2010
5. Tuvo una infancia marcada por la guerra… y por la enfermedad
Vivió la Guerra Civil siendo niña y pasó meses convaleciente de una grave infección renal. Esos momentos, entre el dolor y la imaginación, marcaron su forma de ver el mundo: mezcla de oscuridad, magia y ternura.
6. Amaba las máquinas de escribir y odiaba los ordenadores
Esta es una de las curiosidades más entrañables de la escritora. Durante toda su vida, Ana María Matute escribió sus novelas en máquinas de escribir mecánicas, incluso cuando ya eran un objeto casi vintage. Le gustaban las Underwood, las Olivetti, y en general cualquier máquina que tuviera ese “clic-clic-clic” característico que, según ella, la ayudaba a encontrar el ritmo de las frases. "El ruido de las teclas me marca el compás. Me ayuda a respirar mientras escribo", contaba. Incluso cuando muchos escritores se pasaban al ordenador por comodidad, ella se negó rotundamente. Decía que la escritura en pantalla le parecía “fría, desalmada” y que necesitaba sentir el papel, el peso del aparato, los errores corregidos con cinta blanca…
7. Literatura mutilada durante el franquismo
Muchas de sus obras fueron recortadas o vetadas por la censura franquista por mostrar una visión demasiado cruda o triste de la realidad. Aun así, logró publicar y hacerse un nombre dentro y fuera de España. Aunque logró publicar varias obras importantes durante los años 50 y 60 (Los hijos muertos, Primera memoria), tuvo que negociar constantemente con los censores, lo que la desgastaba. En entrevistas posteriores, ella misma reconocía lo difícil que fue “escribir con la tijera al lado”.
8. Un afilado humor negro
Aunque a menudo se la recuerda como una autora “seria”, Matute tenía un humor cáustico. En entrevistas, soltaba frases como “yo era tan fea de pequeña que me pusieron de espantapájaros en la azotea” o “en el infierno hay editores”. Y resulta una delicia escucharla siempre hablar. De toda su trayectoria literaria habló con RTVE, en ella que confesaba que la literatura había sido "una de las pocas cosas" en las que no se equivocó.
9. Fue más famosa en Francia que en España… durante años
En los años 60 y 70, su literatura fue muy valorada en el extranjero, especialmente en Francia y Alemania. Mientras aquí se la consideraba una escritora “femenina”, fuera la trataban como una gran novelista sin etiquetas.
10. Su última gran obra la escribió con más de 70 años
Olvidado Rey Gudú, una novela de más de 700 páginas, fue publicada en 1996 y escrita en plena madurez. Matute decía que era el libro que siempre quiso escribir: “sin concesiones”. Y sí, es una joya.
Ana María Matute, la niña de los cabellos blancos, dónde ver el documental
Si después de leer todo esto te has quedado con ganas de más (normal), no te pierdas el documental de Imprescindibles Ana María Matute, la niña de los cabellos blancos, en RTVE Play. Se emite el documental Ana María Matute, la niña de los cabellos blancos, que recoge entrevistas, imágenes de archivo y testimonios de quienes la conocieron bien. Será una oportunidad única para descubrir no solo a la escritora, sino también a la mujer que jugaba con hadas, hablaba con ironía, se rebelaba contra todo y seguía siendo, en el fondo, una niña que escribía para no desaparecer.