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Sale del hospital tras perder más de 130 kilos y su casero le quiere echar: "Me siento vulnerable"

  • José María ha cumplido un sueño imposible hasta hace poco, volver a caminar
  • Su casero alega que necesita el piso para su hijo
José María ya está en casa, pero tiene un nuevo problema
RTVE.es/ Mañaneros 360

Tras un año encerrado en casa, los seis últimos meses ha estado postrado en una cama, sin poder levantarse a nada. José María, un hombre de San Fernando que sufre obesidad mórbida, ingresaba en el hospital para recibir tratamiento en julio del año pasado. Sin embargo, sus más de 300 kilos y su imposibilidad para moverse hacían que el traslado fuese una operación difícil. Para ello se precisó de un equipo de bomberos de Cádiz, una camilla especial y una grúa con tal de poder acceder a la vivienda de José María y evacuarlo de forma segura desde el balcón.

Allí le esperaba una ambulancia especial para su traslado al Hospital Puerta del Mar. No podía ir al hospital de su ciudad, el San Carlos, porque su camilla no cabía en el ascensor. Ha pasado un año, 130 kg menos, unos primeros pasos y una operación de reducción de estómago que han permitido que José María vuelva a su casa. Pero la situación a la que se enfrenta ahora no parece ayudar a su recuperación.

Un nuevo problema en la vida de José María

A principio de este año, tras perder peso, consiguió caminar por su propio pie. Ahora, después recibir el alta, ya se encuentra en casa, pero se enfrenta a otro conflicto: su casero ya no le quiere allí. A través de los abogados del propietario de la vivienda, José María ha recibido un fax pidiendo que se marche en el plazo de dos meses. El propietario ha alegado que necesita la vivienda para su hijo.

Un revés difícil de afrontar, ya que él no se siente capacitado, en este momento, para buscar otro hogar: "Me siento vulnerable porque solo puedo estar de pie un minuto. No aguanto más. Ahora mismo no puedo buscar una vivienda", ha declarado en Mañaneros 360. Su estado físico le impide asumir todo lo que implica iniciar la búsqueda de un nuevo lugar donde vivir. Además, denuncia que su fragilidad es precisamente el argumento que están utilizando para intentar desalojarlo.

Se trata de una situación que no solo compromete su estabilidad emocional, sino que también perjudica directamente su recuperación física. Por ello, implora ayuda a quien pueda ofrecerle un techo donde continuar con su proceso: "No quiero que nadie me pague nada, lo único que quiero es una casa que pueda pagar", ha expresado.