Guillermo Arriaga publica "El hombre", una epopeya sobre poder, violencia y memoria histórica
- El escritor y cineasta mexicano, autor de Amores perros y Babel, regresa con una novela polifónica que indaga en las raíces más oscuras de la historia americana
- Seis voces narrativas y un personaje central, Henry Lloyd, sostienen una historia de brutalidad, ambición, esclavitud y resistencia que atraviesa generaciones
Guillermo Arriaga, uno de los autores latinoamericanos más reconocidos por su capacidad para retratar la violencia humana en todas sus formas, vuelve a la literatura con El hombre y presenta esta novela en No es un día cualquiera. Novelista, guionista y director de cine, Arriaga es responsable de algunos de los relatos más impactantes del cine contemporáneo como Amores perros, 21 gramos, Babel o The Burning Plain. En su nueva obra literaria, despliega la misma intensidad narrativa que lo caracteriza en la pantalla, pero ahora desde el terreno de la palabra escrita: "Tenía esta historia en la cabeza desde hace 44 años. Intenté hacerla película, pero comprendí que necesitaba ser una novela", explicó Arriaga. La obra tiene cerca de 700 páginas y es, en sus palabras, una de las más ambiciosas que ha escrito.
Un personaje monumental
El protagonista de la novela es Henry Lloyd, un hombre sin origen definido, de pasado oscuro y futuro conquistado a fuerza de sangre. Dueño de un carisma feroz y una brutal inteligencia, Lloyd edifica un imperio personal a mediados del siglo XIX en territorio americano. Su ascenso está marcado por la conquista violenta, ya que invade tierras, saquea, asesina y somete, rodeado de esclavos libertos y de sus dos hijos mulatos, pero también por el temor latente hacia Jack Barley, su némesis: "Es el tipo más despiadado que puedas imaginar, pero también el primero que escucha a los esclavos. Los respeta tanto que están dispuestos a morir por él", apuntó Arriaga
El racismo, el clasismo y la manipulación política también recorren las páginas: "El lenguaje es conocimiento, y quien lo controla, tiene poder", sentencia uno de los personajes de la novela.
Voces que atraviesan el tiempo
El hombre es una novela coral narrada a través de seis voces distintas, cada una ubicada en un momento histórico diferente. Esta estructura permite reconstruir, capa por capa, el mito de Henry Lloyd y observar los efectos de su legado en generaciones posteriores. Las distintas perspectivas amplían la mirada sobre los hechos, matizan al personaje central y colocan al lector ante una historia compleja, viva y feroz. Cada voz tiene un lenguaje, un tono, una puntuación distinta: "No me gustan las novelas polifónicas donde todos hablan igual. Aquí sabes quién habla solo por cómo habla", dijo el autor.
"No confío en los políticos, ni siquiera en los que confío", afirma un personaje de la novela, ya que Arriaga retoma frases heredadas por los descendientes de Lloyd como advertencia: "La mayor habilidad de un político consiste en saber quién odia a quién y ponerse al servicio de estos odios", dice el escritor.
Una leyenda forjada a sangre y fuego, la nueva novela de Arriaga ALFAGUARA
Con la lucidez narrativa que lo distingue, Arriaga construye un retrato implacable de los orígenes de los Estados Unidos, el capitalismo y la esclavitud. La novela atraviesa temas como la pérdida del territorio mexicano, las guerras con los pueblos apaches, la violencia racial, el patriarcado y los amores imposibles. Es también una meditación sobre el poder, la identidad y el destino colectivo: "La esclavitud, el exterminio de los pueblos originarios y el robo de territorios son las tres grandes manchas fundacionales de Estados Unidos", afirmó el autor.
Literatura al rojo vivo
El hombre se presenta como una de las obras más ambiciosas de Guillermo Arriaga. Con su estilo tenso y de aliento cinematográfico, el autor mexicano confirma su vocación de narrador total. En sus páginas se entrelazan el pulso histórico y el drama humano, lo íntimo y lo político, lo salvaje y lo profundamente literario.
La historia también reflexiona sobre cómo las fortunas basadas en violencia se blanquean con el tiempo: "Ellos saben que esa fortuna no se hizo limpiamente", explica el autor ya que como dice uno de los personajes: "La guerra no la ganan las balas, sino la guerra misma, que es un coloso maldito que solo se sacia con sangre".
A su vez, la novela refleja la paradoja de algunos votantes en zonas fronterizas de EE.UU.: "Hijos y nietos de mexicanos que cruzaron el río ahora votan contra los migrantes", explica Arriaga. El Hombre, concebida como una exploración de los claroscuros de la humanidad, demuestra que la ficción sigue siendo una de las herramientas más poderosas para entender el presente a través del pasado.