India Martínez cocina 'Aguachile' con raíz flamenca
- India Martínez presenta en Las tardes de RNE su décimo disco, Aguachile
- En él, la artista cordobesa une sus raíces flamencas con el género folclórico del norte de México
Langostinos, cebolla, pepino, jugo de lima y chile. Exótico, picante, fresco y con carácter. Así sabe el Aguachile, el plato típico del noroeste de México que da nombre al décimo disco de India Martínez (Córdoba, 1985). Y así es también su nuevo trabajo: explosivo con regusto a raíz y riesgo. Una combinación de ingredientes que, aunque puedan parecer opuestos, bien cocinados encajan. Y se potencian.
"El folclore mexicano y el flamenco tienen mucho que ver. A veces se dan tanto la mano que parecen un mismo género", explica en Las tardes de RNE, con Lourdes Maldonado. Como la India de siempre y la que ahora busca "ofrecer algo nuevo" al atreverse con el corrido tumbado, la banda, las rancheras o incluso el rap. Despecho, amor y esa mezcla de dulzura y rabia que arde en cada verso del álbum.
"Si lo comparase con un plato, sin duda, sería aguachile", reconoce. No solo por tratarse de su "comida favorita", también por lo que representa. Más aún por lo que le aporta.
"La cultura mexicana me encanta. Me inspira muchísimo. Desde las primeras veces que fui allí, sentí el calorcito del público. Siempre decía que tenía que volver, pero España me ocupaba mucho y no me daba tiempo de viajar", confiesa India Martínez.
Sin embargo, lo encontró. Volvió. "Durante esta última gira me iba a México, grababa y ya. Pero, de vez en cuando, hay que quedarse una temporadita en el sitio para vivir cosas y conocer gente y lugares tan bonitos como Mazatlán", dice. Para saborear, con calma, "el proceso de hacer música y cultura al mismo tiempo".
Un disco que une España y México a través de los folclóricos
Porque Aguachile no es solo un guiño gastronómico. Es una declaración de intenciones. Un homenaje a Juan Gabriel ("Se me olvidó otra vez") y Jenni Rivera ("Ovarios"). También a Chavela Vargas. O a Vicente Fernández. O a Rocío Dúrcal. A España y México. A una misma forma de sentir el arte.
"Cuando empecé con el flamenco veía a los cantaores haciendo rancheras por tangos o por bulerías. El propio Camarón cantaba La Llorona, por ejemplo. Creía que esas letras eran flamencas. Y no, eran de Juan Gabriel, de Chavela… ¡Fíjate que conexión más bonita tiene el flamenco con el regional!", apunta la cordobesa.
Y es que, como en la cocina, en la música, el producto debe tratarse con mimo y compartirse para conseguir su punto perfecto. El chef necesita pinches y comensales. Bien lo sabe India. "Soy muy creativa y me gusta participar en todo. Es una manera de desquitarme. Me gusta igual dibujar que crear el concepto del disco, el título o cada historia de cada canción, pero me rodeo bien", destaca.
Lo demuestran sus colaboraciones con Eden Muñoz ("Karma"), Ángela Aguilar ("Castigo") y La Adictiva ("Equipo favorito"), incluidas en Aguachile, o su "First love" interpretado a dúo con Will Smith.
"Coincidimos el verano pasado, me invitó a grabar una canción juntos y no le iba a decir que no. Hay que abrirse al mundo y, si una estrella de Hollywood cuenta contigo para cantar, es un honor y un privilegio", relata Martínez. Que además resultó increíble. "Fue una mezcla de dos estilos distintos que empastan muy bien, porque la rítmica de la bulería con el rap en ciertos momentos caminan con un mismo sentido", añade.
Y eso es lo que importa al final. "Me gustan los sonidos electrónicos y urbanos para darle actualidad y frescura a mi música, pero no sólo existe eso. Tiene que haber variedad, porque cuando todo acabe queda lo orgánico. Es lo verdaderamente atemporal", reflexiona.
Por eso, por encima de colaboraciones, géneros e idiomas, hay algo que atraviesa siempre cada nota de cada tema de cada disco de India Martínez: la pasión. "Con las ganas de aprender se puede todo. El secreto para que las cosas salgan bien es hacerlas con cariño y con amor. Estará mejor o peor, gustará más o menos, pero por lo menos eres fiel a lo que tú eres".