Anabel Alonso, icono LGTBI dentro y fuera de la televisión: protagonizó la primera boda lésbica en esta serie
- La actriz recuerda los momentos icónicos de su carrera, desde sus inicios en La bola de cristal de La 1
- Todos los sábados, un nuevo programa de Al cielo con ella en RTVE Play y La 2
Carismática, versátil y con un ingenio que desarma, Anabel Alonso se ha ganado un lugar en el panorama audiovisual español. Desde sus inicios en la televisión en La bola de cristal, la actriz y presentadora bilbaína ha demostrado una capacidad única para moverse entre el drama, la comedia y el entretenimiento con la misma soltura. Comenzó su carrera en 1988 en el mítico programa de TVE al terminar la escuela en San Sebastián: "Estaba haciendo teatro, buscándome la vida un poco, haciendo sketches en la ETB. El director de ese momento de La bola de cristal, Rafa Galán, nos llevó al programa y me cambió la vida", le cuenta a Henar Álvarez en Al cielo con ella.
Su desparpajo en programas como El Club de la Comedia, su inolvidable papel en 7 vidas o su voz inconfundible dando vida a Dory en Buscando a Nemo la han convertido en un rostro imprescindible de la cultura popular. Con más de tres décadas de trayectoria, Anabel Alonso sigue demostrando que el talento, cuando va de la mano del humor y la autenticidad, nunca pasa de moda. La actriz visita el programa de Al cielo con ella para presentar la obra de teatro que estrena en verano: La Mujer Rota, de Simone de Beauvoir.
De vocación artista, con licencia para el Turismo
Decidida por vocación a eso de, como diría Concha Velasco, "Mamá, quiero ser artista", Anabel Alonso estudió la carrera de Turismo para tranquilizar a sus padres. Eligió este camino porque entonces las carreras de tres años eran Magisterio, Enfermería y Turismo. Según la propia artista, de haber sido profesora podría haber generaciones de traumatizados: "A mí no me ha llamado Dios por la pedagogía. Alguien no me entiende y a la segunda le digo 'Tú eres idiota", dice. Tampoco le llamaba lo de la sangre, así que se decantó por Turismo: "Pensé que iba conmigo porque soy una persona sociable, me gusta charlar y conocer mundo. Así que hice turismo, le entregué el título a mi padre y me piré", asegura.
Todo tiene una razón y es que entonces era muy arriesgado decantarse por el arte, por lo que solían decirle que lo mejor era tener algo de fundamento por si no conseguía ser actriz, pero "como ahora ya todo es igual de inseguro, da igual que hagas arquitectura, medicina, derecho o corte y confección, esto es maravilloso", dice. Anabel Alonso sintió la llamada del escenario a los 15 años. Ella quería ser actriz, sí, pero no sabía por dónde empezar ni qué hacer: "Empecé a investigar con grupos de teatro y casualmente abrieron una escuela de arte dramático. Vieron que tenía potencial y fui haciendo cursos. Al final, cuando estás metida en el mundillo, conoces gente y va rofado. Pero yo no tenía confianza en mí misma. Tenía el convencimiento de querer dedicarme a esto, pero no pensé que ese sueño fuera a hacerse realidad", afirma.
Y eso que tuvo un profesor de interpretación que estuvo a punto de echarla de la escuela por falta de seriedad, disciplina y aprovechamiento: "Dije que quería ser actriz, no teniente general. Me suspendió. Menos mal que luego insistieron porque vieron que yo tenía madera, pero que era una gamberra". Pese a todo, Anabel Alonso ha trabajado con todo el mundo en el sector, desde Pedro Almodóvar hasta Pilar Miró. Con 60 años, nunca ha dejado de trabajar, algo que reconoce que es un privilegio: "Sé que somos pocas. Pasa en las mujeres, sobre todo, que hay unos años en los que desapareces. Pero como empecé haciendo papeles de más mayor y con carácter, me he movido en un limbo espacio temporal donde no se me ponía edad", cuenta. Además, dice que no haber sido nunca "la chica de la película" le ha beneficiado para no quedarse fuera: "En teatro tienes más recorrido y nunca te faltan papeles. Pero en cine la imagen es muy importante. Y al no haber sido una belleza protagonista, se me ha permitido continuar", explica.
Luchadora y defensora de derechos
La actriz protagoniza en verano de 2025 La mujer rota, de Simone de Beauvoir, una obra que explora la fragilidad y la desolación de una mujer casada. Preguntada por si cree que sigue vigente en estos tiempos, la actriz no ha dudado ni un momento en afirmar que "las reivindicaciones siguen vigentes, sean feministas, de los derechos de las mujeres, de la comunidad LGTBI, raciales, de pobreza". Conocida también por su faceta más activista, Anabel Alonso ha recordado una frase de Beauvoir que alerta del peligro de la pérdida de derechos humanos: "No olvidéis nunca que bastará con una crisis política, económica o religiosa para que los derechos de las mujeres se cuestionen. Estos derechos nunca son adquiridos. Deberéis permanecer alerta durante toda vuestra vida".
Según la artista, actualmente se están perdiendo los movimientos sociales reivindicativos: "Me da más impresión de que esta época es mucho más egoísta e individualista. La gente no se compromete y no hay unos movimientos sociales reivindicativos. Y desgraciadamente, tenemos que luchar". Habiendo estado en muchas luchas sociales, nunca le ha penalizado en lo laboral: "No soy consciente de ello. Nunca me han dicho: 'Te has caído de este reparto por bocazas", dice.
Lo que sí ha notado es que la han machacado por ser mujer. Decidió ser madre a los 55 años y tuvo una lluvia de críticas por ello cuando Al Pacino lo fue con 83 años y José Ramón de la Morena, con 64: "Siempre es machacarnos a las mujeres por lo que sea. Tenemos que ser muy fuertes porque en general son hombres, aunque también hay alguna mujer que critica y crea inseguridades. Hay que sacar la cabeza arriba. Nos tenemos que ayudar entre nosotras, no hay otra", asegura.
Icono LGTBI: la primera boda lésbica en televisión
En sus más de 30 años como actriz, Anabel Alonso ha encarnado multitud de papeles icónicos. Uno de sus hitos más recordados es que protagonizó la primera boda lésbica de la televisión española en 7 vidas. En la serie ella encarnaba a Diana y su personaje significó mucho para el colectivo LGTBI cuando ni siquiera estaba aprobado legalmente aún el matrimonio entre homosexuales: "Recibíamos muchos premios de festivales LGTBI y nos llegaban muchas cartas agradeciendo que hubiera un personaje así en una comedia que veía toda la familia. Sobre todo de jóvenes que vivían en pueblos porque no era lo mismo ser gay en una urbe que en un pueblo". Y añade entre risas: "Además, tuve las novias más guapas de la televisión, de Esther Arroyo a Belén Rueda y Anne Igartiburu".
Gracias a ello, se creó una sensación de normalidad y naturalidad: "Era ponerle a la gente delante que a los homosexuales les pasan las mismas cosas y que amar a alguien es amar a alguien y que el sufrimiento es el mismo y que los derechos son los mismos" cuenta. Y más, cuando en aquellos años tenía las mismas obligaciones que cualquier ciudadano, pero no los mismos derechos: aunque nadie le preguntaba con quién se acostaba o levantaba, ella no podía casarse, formar una familia o adoptar.
El hijo de Anabel Alonso pasa de Dory en Buscando a Nemo
Sin embargo, se arregló la situación y ahora disfruta de su maternidad. Tiene un hijo de ocho años que sigue sus pasos, yendo a clases de teatro: "Me encanta porque le permite jugar, divertirse, imaginar y ser libre". Como intérprete sabe lo que es. Y por la edad que tiene su hijo, Henar Álvarez no ha podido evitar preguntarle por otro de sus personajes más queridos: Dory, el pequeño pez desmemoriada de Buscando a Nemo. A su hijo, "no le ha enganchado mucho".
No le llama la atención escuchar la voz de su madre en uno de los personajes: "Pensé que le iba a hacer mucha ilusión y le gusta mucho más Sonic o los Minions. La vio una vez y dijo 'Ya está, mamá", cuenta Anabel Alonso. Ella le explicó que era su voz con su mítico "Sigue nadando, sigue nadando", pero el fondo marino no le llamó tanto. "Seguiré insistiendo cada seis meses", zanja.