Mariola Cantarero celebra 25 años de carrera lírica con un gran concierto en la Alhambra
- La soprano granadina ha construido una carrera marcada por la técnica, la emoción y la versatilidad
- Presenta su concierto en "No es un día cualquiera"
Mariola Cantarero nació en Granada en una familia sin tradición musical, pero con unos padres atentos y entregados que, tras el consejo de una profesora de música, apoyaron su talento para el canto desde la infancia. Con esfuerzo completó sus estudios en el Real Conservatorio Superior de Música de Granada en un tiempo récord de un año y comenzó a formarse con el maestro Carlos Hacar. Ganadora de prestigiosos concursos como el Francisco Viñas, el Pedro Lavirgen y el Operalia de Plácido Domingo, debutó con solo 22 años en Génova con el rol de Adèle en "Le Comte Ory" de Rossini. Desde entonces, ha cantado en los principales escenarios del mundo y ha recibido distinciones como la Medalla de Andalucía o el Premio Plaza de España.
Pero la suya no es solo una carrera de premios y escenarios. Es también una historia de entrega, dudas, decisiones valientes y una voz que crece con la vida: “Si Elena Peinado no se hubiera cruzado en mi camino, seguramente yo no me dedicaría a la música”, confiesa la soprano, que aún recuerda con gratitud el coro escolar que cambió su destino.
Técnica y emoción: cantar con el alma
Mariola es consciente de que el canto no es solo disciplina, también es emoción: "He tenido muchos momentos de llanto en el escenario […] hace que incluso sea más bello el sonido, porque es verdadero", confiesa. Esa sinceridad vocal ha sido parte de su sello en repertorios como el bel canto, donde la técnica exigente se entrelaza con el sentimiento más íntimo.
El personaje de Lucía (Lucia di Lammermoor), por ejemplo, la conmueve especialmente: "Ese tipo de repertorio, que es tan frío a priori, se vuelve doblemente impactante si le metes emoción", explica. Y ese impacto es el que la ha hecho inolvidable sobre el escenario.
De la ópera al charco
La carrera de Mariola ha sido también un camino lleno de "charcos", como ella misma los llama. Ha hecho televisión como jurado de "Tierra de talentos", ha colaborado con artistas flamencos como Marina Heredia en Mar de cantes, y ha vivido momentos tan hilarantes como el de su debut en Italia: "Uno del coro me pisó la cola del vestido y me quedé literalmente sin falda… pero nadie del público se enteró. Los del coro, sí", cuenta.
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"Hay vida más allá del Teatro Real", afirma entre risas, al hablar de cómo ha sabido adaptar su carrera tras ser madre: "Me suponía no ver crecer al niño. Y decidí cambiar", confiesa sobre su carerra.
Una voz que también lucha
Su historia no ha sido ajena a las dificultades, Mariola reconoce que su físico fue una barrera: "He tenido que hacer audiciones físicas en las que ni abrí la boca. Solo por cómo me veían", dice la soprano. Y aunque reconoce que la belleza sigue marcando diferencias en la lírica, su carrera ha sido una respuesta clara al talento por encima de los prejuicios: "Las que no somos delgadas y guapas nos lo tenemos que currar mucho más. Tenemos que salir cantando a las galas, si no, no te llaman".
Su legado como intérprete también se proyecta en la docencia: "Intento que el legado de mi maestro Carlos Hacar siga vivo. Él decía que ‘el canto es fe ciega en resultados inciertos’, y cuánta razón tenía".
25 años con su público
El próximo 17 de julio, Cantarero celebrará sus 25 años de carrera en los Jardines del Generalife con un concierto coral titulado "25 años contigo": "Quería compartirlo con mi público, con mis amigos, con la gente que me ha acompañado". La cita contará con artistas como Pastora Soler, Diana Navarro, Marina Heredia, Falete y Carlos Álvarez, entre muchos otros. “Vamos a formar taco”, bromea la soprano, que promete una noche única: “Un potaje importante”.
Mariola Cantarero hace un concierto especial por su trayectoria
También el 14 de mayo participará en una gala solidaria en el Auditorio Nacional a favor de la ONG Acción por la Música. Porque, más allá de la técnica y la trayectoria, Mariola Cantarero nunca ha dejado de creer que cantar es, sobre todo, compartir.