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'La Moderna': Detenido el Encapuchado de la Puerta del Sol

  • Cañete y Dávila le tienden una trampa a Quico
  • El Encapuchado de la Puerta del Sol ha prometido vengarse
Detenido el Encapuchado de la Puerta del Sol
Detenido el Encapuchado de la Puerta del Sol Cris R. Sanz de Siria
Sandra de la Torre Bermejo

La Moderna está viviendo una de las semanas más impactantes desde su inicio, no solo hemos visto cómo detenían a Fermín injustamente, también hemos tenido que despedirnos de una de las mujeres más queridas en el salón de té, pero por suerte no todas las noticias son malas. En esta semana parece que por fin daremos carpetazo a Quico, el Encapuchado de la Puerta del Sol. Un psicópata que atacaba a las mujeres indefensas en mitad de la noche y las agredía dejándolas inconscientes en la calle. Para más inri, Quico no era un camarero más de La Moderna, era también el sobrino de Cañete y eso ha hecho todo más complicado.

Los orígenes de Quico

Aunque Quico parecía un muchacho tímido que no conseguía hablar con las mujeres, en realidad todo era una pose. El sobrino de Cañete sentía odio hacia las mujeres y en cuanto tenía la más mínimo oportunidad mostraba su desprecio hacia todas ellas. Bien fuera explicando cómo debían comportarse o a qué debían dedicarse, o haciéndolas saber que nunca estarían a la altura de un hombre.

Teresa y Cañete ajenos a todo esto quisieron darle una oportunidad en el salón de té sin saber que eso los llevaría a arrepentirse en el futuro. Teresa incluso le dio clases y le ayudó a tener un trato más adecuado con las mujeres. Aquellos momentos de complicidad y ayuda fueron el detonante de la otra cara de Quico. El sobrino de Cañete malinterpretó las intenciones de Teresa y cuando le declaró sus sentimientos, la encargada no tuvo más remedio que dejarle claro que todo había sido una confusión. El sentimiento de rechazo que provocó en Quico hizo que se sintiese traicionado y utilizado por Teresa lo que le llevó a despreciar y atacar a otras mujeres.

Es evidente que Quico tiene un problema mental que le lleva a actuar de forma irracional contra las mujeres provocándoles sufrimiento, pero eso no justifica sus actos y por ello, en cuanto atacó a Marcelina y ella descubrió su identidad, todos se han volcado en capturarle, incluido Cañete.

Quico ataca a Marcelina

Detienen al Encapuchado con ayuda de Cañete

Quico ha pasado días desaparecido vagando por Madrid escondiéndose de la policía. Todos sabían que pronto le pediría ayuda a Cañete, porque en su último ataque salió herido. Marcelina, a pesar de todo, pudo defenderse y le propinó un par de golpes que le provocaron una profunda herida en la pierna.

Dávila estaba informado de que Quico pronto acudiría a pedirle ayuda a Cañete, y por eso, en cuanto el Encapuchado ha llamado a su tío para pedirle ayuda, la policía con Dávila a la cabeza, han preparado un operativo para atraparle.

El encuentro se ha producido tarde, en mitad de la oscuridad de una tarde de invierno, en una calle bastante abandonada, perfecta para encontrarse sin ser vistos. Lo que Quico no sabía es que, además de todos los productos para curarse, Cañete también acudía con otro regalo, la policía. Tras intercambiar unas palabras, Cañete le ha asegurado a Quico que estaba haciendo lo que creía que era lo mejor para él y le ha abrazado hasta que Dávila ha aparecido con sus hombres para llevarse detenido a Quico.

El capitán Dávila detiene a Quico con ayuda de Cañete