La Tania debuta con 'Amoríos. La verdad de mi coplilla': "Tenía una idea del amor muy romantizada y era mentira"
- La cantante presenta en Las mañanas de RNE Amoríos. La verdad de mi coplilla, que recoge la historia de amor con su pareja, Yerai Cortés
- Este álbum debut llega después de ganar el Goya a mejor canción original con "Los almendros"
Dicen que hablar es sanador, que cura todos los males o que, al menos, ayuda a ir soltándolos. A dejarlos ir. Y por eso Tanía García (Alicante, 1987), más conocida como La Tania, ha decidido cantar los suyos. Porque su álbum debut, Amoríos. La verdad de mi coplilla es mucho más que una compilación de ocho canciones, es una forma particular de terapia de pareja.
Se trata, de hecho, de un reflejo de la vida, con todas sus letras: las mayúsculas y las minúsculas. Lo bueno y lo regular, pero también lo malo. "Tenía una idea del amor muy romantizada por todo lo que nos han metido en la cabeza con las películas y, que resulta que era mentira", explica en los micrófonos Las mañanas de RNE con Mamen Asencio.
Las relaciones no son siempre cuentos de hadas. Hay baches, a veces más de lo que nos gustarían. Sin embargo, el final puede ser igualmente feliz. Es posible comer perdices. "Me llevé una hostia tremenda con el amor", asegura la alicantina en relación a la crisis que tuvo con su novio, el también artista Yerai Cortés (Alicante, 1995), y que relata a ritmo de copla en su álbum. Pero ahora –asegura– "me alegro de haber pasado por eso".
No es de extrañar. Tiene motivos más que de sobra para que sea así. Del dolor ha hecho arte, de la incertidumbre ha sacado seguridad y de sus sueños ha logrado realidades. "En este disco hay un poco de todo. Tenemos música y cine, pero, sobre todo, hay verdad", apunta La Tania.
En este año y medio de crisis y, a su vez, de creación de Amoríos. La verdad de mi coplilla La Tania ha superado las infidelidades y ha arreglado su relación de 13 años con Yerai Cortés. "Ha sido super liberador para nosotros. Tenemos una confianza plena. Hemos vivido de todo. Nuestra única premisa es contarnos las cosas e intentar no hacernos daño, dentro de lo que se pueda", explica.
Para ellos, por ejemplo, los prejuicios sobre los 8 años que se sacan nunca han sido un obstáculo. Ni mucho menos un problema.
También, a lo largo de estos casi 18 meses, La Tania ha aprendido a curarse sus propias heridas. Incluso las más profundas. "Tuve necesidades de vivir otras cosas y llegó un momento en el que me quebré. De repente me vi preguntándole a mi madre por cuestiones de amoríos. ¿De qué va el amor? ¿Qué es esto que estoy viviendo y que y que es esto que me está pasando?", revela la cantante quien buscó sus respuestas en París.
Un Goya para culminar una crisis
"Necesitaba tomarme un tiempo y distanciarme. Por eso me fui a Francia", confiesa. Y no le pudo ir mejor. Acertó por completó. "Irme fue una de las mejores cosas que he hecho en mi vida". Allí, cuenta, no solo se reencontró consigo misma, también lo hizo con un pasado compartido.
"Conocí a un guitarrista, Rodolfo, e hicimos una pequeña gira por los bares de París. Y de ahí nació la canción de "El emigrante (La Tania en París)"", relata. Un pequeño homenaje a todas esas personas cuyos abuelos habían sido exiliados. "Al final yo era una privilegiada que me fui porque pude, pero estas personas no", cuenta.
Y tras todo ello, casi como culmen perfecto de este proceso de sanación, llegaron los Goya. Las heridas se cerraron, dejando solo una cicatriz, necesaria para no olvidar. En este caso, eso sí, en forma de "cabezón": Premio Goya a mejor canción original con "Los almendros", junto a Yerai Cortés en la película La guitarra flamenca de Yerai Cortés, dirigida por C. Tangana. Un final de película, para una historia de cine.