Celtas Cortos: "Ahora no se utiliza la música como elemento transgresor y modificador de las situaciones injustas"
- El grupo vallisoletano presenta en Las tardes de RNE su gira Solos ante el peligro en la que tocan su último álbum, El mundo del revés
- Se trata de una gira sinfónica junto con la Orquesta Virtuó Mediterrani para celebrar sus 40 años de carrera


¿Te sorprende que te escriba? No es 20 de abril, ni tampoco es el 90. Es 2025, pero el grupo Celtas Cortos se puso a recordar, le entró la melancolía y tenía que hablar. O mejor dicho, cantar y subirse, una vez más, a los escenarios.
"Teníamos un galeón lleno de oro que hemos ido acumulando durante todo nuestro recorrido de vida", cuenta Jesús Cifuentes con la complicidad de sus compañeros Alberto García y Goyo Yeves, en Las Tardes de RNE con Lourdes Maldonado. Por eso, ¿qué mejor momento para abrir y compartir ese cofre del tesoro que ahora, en el 40 aniversario de su carrera?
"Hoy más que nunca sentimos que vamos cargados de joyas hechas canciones que queremos llevar al mejor puerto", afirman los tres. Así, los vallisoletanos se lanzan a la carretera con su gira de aniversario sinfónica Solos ante el peligro, en la que presentan su último álbum El mundo del revés. Un espectáculo donde los himnos de siempre "se visten con trajes diferentes y a medida" y conviven sus temas más recientes.
"La orquesta sinfónica le aporta a cada canción timbres, colores y texturas diferentes. Hay partes que adquieren ritmos o incluso patrones armónicos distintos", asegura Yeves. Las expectativas se han superado con creces.
Aunque los vallisoletanos ya había coqueteado con el formato sinfónico en otras ocasiones, lo de esta vez ha sido totalmente diferente. Es otro nivel, reconoce García. "Nunca nos habíamos liado tanto los trastos a la cabeza. Es la primera vez que juntamos cerca de 30 músicos en escena", agrega. Y ya nunca más será la última.
"Las canciones 'viejas' se han ido a otro terreno gracias a la intervención de la orquesta, y otras muchas han nacido con un poder y una intensidad tremendamente evocadoras", señala Yeves. Para él, "es como un noviazgo de enamorados. Se crea una energía superespecial".
Porque cuando hay conexión, todo va sobre ruedas. Todo fluye. La química no se puede ni inventar ni fingir, y la que han encontrado junto a la Orquesta Virtuó Mediterrani es innegable. Y, lo más importante, muy real. "El público está igual que nosotros: flipando muchísimo. Tocar en auditorios y teatros y escuchar a la orquesta nos hace volar", confiesan.
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Lo suyo con la música sinfónica fue amor a primera vista. "Nos cruzamos de casualidad con el director de la Orquesta Virtuó Mediterrani, Gerardo Estrada", cuenta Cifuentes quien explica que la pasión artística y musical unió caminos separados por kilómetros, circunstancias de la vida y años de carrera: "Él es de origen venezolano, pero conocía nuestra trayectoria desde el principio. Como gran director, violinista y conocedor de los entresijos de nuestras fórmulas magistrales en la música, se ha encargado de los arreglos orquestales para esas canciones que no los tenían".
¿El resultado? Según el grupo castellanoleonés, una experiencia que llevan a quien lo escuche a otro lugar.
Porque si de algo saben Celtas Cortos es de viajar y hacer viajar. Lo llevan haciendo desde hace más de cuatro décadas a través de sus letras, esas que dice Cifuentes, "transportan a cualquier persona a dónde quiere, cuándo quiere y cómo quiere". Incluso a ellos mismos.
La música como herramienta de cambio
"Vivir de la música y salir de gira es lo más parecido a vivir una aventura en un barco pirata", confiesa Cifuentes. Y especialmente ahora, en medio de toda la locura que nos rodea. Especialmente, cuando tenemos El mundo del revés.
"Tanto este tema como el disco –indica el vocalista y guitarrista– son una cronología de los titulares que nos están masacrando a día de hoy. Estamos en una gran distopía. Nunca nadie podría haberse imaginado que el presidente de un país quisiera expulsar a todo el pueblo palestino para montar un gran resort y que, encima, alardeara con sus amigos, que son las personas más ricas del mundo".
Por eso, ante esto, y ante tantas "injusticias" más, Celtas Cortos no puede ni quiere quedarse de brazos cruzados o mirar hacia otro lado. Aunque nunca lo han hecho.
"Somos hijos de una generación que nació con el puño levantado", admiten y, en esta época en la que "no se utiliza la música como elemento transgresor y modificador de la situación injusta que nos rodea, nuestra manera de hacer música es bastante inusual para los tiempos que corren". Pero también, seguramente, más necesaria que nunca.