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30 años después, a Joaquín Sabina le siguen dando las diez

  • El 10 de abril de 1992, Sabina publicó su octavo disco Física y química con el que vendió más de un millón de copias
  • Su tema "Y nos dieron las diez" es hermano de "Ojos de gata" escrita por Enrique Urquijo. Conoce el porqué

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Joaquín Sabina publicó 'Física y química' en 1992
Joaquín Sabina publicó 'Física y química' en 1992

¿Cuántas veces nos habrán dado las diez, y las 11, las 12, la una y las dos y las tres? A Joaquín Sabina le dieron durante 30 años desde la primera vez que "Y nos dieron las 10", el primer single de su disco Física y química. El 10 de abril de 1992 lanzó al mercado su octavo trabajo con el que vendió más de un millón de copias. También incluye otros grandes temas del cantautor como "Yo quiero ser una chica Almodóvar", "La del pirata cojo" o "A la orilla de la chimenea". Justamente este álbum en 2012 fue escogido por Sony Music como uno de los 100 discos que debes de tener antes del fin del mundo.

"En el año 92, Sabina publicó este álbum donde contaba con la ayuda de Antonio García de Diego y Pancho Varona para hacer un trío productor de un disco inigualable. Ahí estaban canciones como "Y nos dieron las diez", "La del pirata cojo" o "Los cuentos que yo te cuento" o "La canción de las noches perdidas". Pero también estaba "Conductores suicidas", tema que compuso él la letra junto a las músicas de los guitarristas Pancho VaronaAntonio García y el propio Javier Vargas. Intercambiando ritmos que recuerdan mucho a la influencia que siempre tuvo Joaquín del gran J.J Cale, uno de sus ídolos", así lo explica Santiago Alcanda en el programa Como lo oyes de Radio 3.

Justo en el este trabajo también contó con la colaboración especial del cantautor argentino Andrés Calamaro. Juntos interpretaron aquel tema que decía "si lo que quieres es vivir 100 años, no pruebes los licores del placer" conocido como "Pastillas para no soñar". También llegó al otro lado del charco, a Sudamérica, donde se popularizó a través de una gran gira internacional de 188 conciertos. Se convirtió en uno de los cd más completos del cantante ubetense y muchos de sus temas coparon las radiofórmulas de principios de los 90.

La historia de "Y nos dieron las diez"

Uno de los temas principales de Física y química fueron aquellos versos que empezaban "fue en un pueblo con mar, una noche después de un concierto". Una canción que transcendió a su cantante y lo dejó de lado para incorporarse en el cancionero popular. Tanto que muchos que vivían en un pueblo con mar se lo llevaron a su terreno. Unos decían que tenía que ver con algún lugar de A Coruña, otros como Gijón. Pero en verdad, Sabina la compuso saliendo de fiesta por Malasaña y concretamente por un amor que tenía en Lanzarote.

El gallo que no cesa - Versión y original: Ojos de gata/Y nos dieron las diez - Escuchar ahora

Lo más sorprendente de este tema es que tiene una canción hermana, aquel "Ojos de gata" de Los secretos. Ésta y "Y nos dieron las diez" empiezan de la misma manera, pero después de algunos versos toman ritmos y caminos distintos. El cantautor le añadió dotes rancheros, que más tarde haría dúo con Rocío Dúrcal, y una letra más canalla.

Pero, ¿por qué sucedió esto? Resulta que el propio Sabina le cedió unos primeros versos de una historia que acababa de empezar a contar a Enrique Urquijo. "La historia arranca cuando ambos artistas y grandes amigos se encuentra en un bar de copas del centro de Madrid, el Bwana. El de la banda le dice que 'todavía le falta un tema para cerrar su LP'. Joaquín le da el texto inicial de una que estaba haciendo así que se queda con ello. Salvo la primera parte en común, a partir de un taxi, Enrique empieza a desarrollar su propio tema", como cuenta Manolo Castro en Rebobinando.

El cuarteto musical triunfó con este tema en los años 90. "Más tarde Sabina la desarrolló como canción de relleno para su Física y química pero la casa de discos decidió sacar el single. Caso único del mundo de la música de dos temas que empiezan igual pero acaban diferentes y llegan a los números 1 de las listas de éxito", exponen en el programa especial que hicieron en Dicho con música por el 70 aniversario de Joaquín Sabina de Radio Exterior.

Su detención y el exilio a Londres

Seguramente, muchos no sabrán que Joaquín Sabina fue detenido por su padre, Jerómino Martínez, policia en Úbeda. El artista narra la historia en los micrófonos de Radio Nacional a Diego A. Manrique en el año 1991.

"Yo era tan inocente que creía que podía irme de Granda a Úbeda. Y estaba en Úbeda porque estaban deteniendo a gente que sé yo, de un grupo más o menos filocomunista, compañeros de viaje que había en la universidad y estaban cayendo todos mis amigos y me fui a Úbeda. Y entonces la policía de Granada, no sabía que mi padre era policía en Úbeda. Llamaron a la comisaría diciendo que llevaban a un tal Joaquín Martínez, que era como yo me llamaba y como me sigo llamando y mi padre me llevó a Granada muerto de miedo pero con una dignidad impresionando porque siendo un señor absolutamente ultraconservador no hizo el menor comentario desagradable".

El cantante añade que su padre estaba mucho más tenso y avergonzado creyendo que se le caía el mundo encima porque tenía que llegar a su hijo ante sus superiores jerárquicos, algo terrible. Más tarde, Sabina tuvo que exiliarse a Londres por lanzar un cócter molotov contra una sucursal del Banco de Bilbao en Granada en protesta por el proceso de Burgos en la etapa franquista. Pero, el artista recibió la visita de sus progenitores.

"Madre no hay más que una. Yo creo que pensándolo luego y discutiéndolo con ellos antes de morir fue la mayor aventura de su vida. Eran aquellos señores que habían venido a Madrid pero no mucho más allá. Mi madre soñaba con ir a Roma o a Santiago de Compostela. A cambio vinieron a Londres y tuvieron que vivir una vida los hippies de la época porque yo tampoco podía ofrecerles otra cosa y creo que lo disfrutaron. Iban preparados para cualquier barbaridad porque creían que yo era mucho más radical y más loco de lo que estaba".

La fama de Sabina

Joaquín crea de manera profunda y novelesca. Con Manrique, el cantautor argumenta que se inventaba muchas cosas, como cree que "debe hacer todo el mundo que escribe canciones". Él cuenta cosas que le pasan pero también cosas que le hubiesen gustado que pasasen, o en algunos momentos las maquillaba.

No obstante, consiguió una magia que embelesa a cualquiera que lo escuche. Pero él como le dijo tras la presentación de su disco Esta boca es mía en 1994 a Javier Tolentino en El ojo crítico no tiene respuesta a eso.

"Ha habido unos años en los que se han dicho tantas tonterías, en los que las letras de las canciones eran tan abrumadoramente baratas como una falta de respeto al que las escuchaba. Que a nada que se hagan las cosas con un poquito de amor al oficio la gente lo nota, lo recibe, lo agradece y lo devuelve. No se sabe la magia que hace cuando uno sal al escenario y nota que está conectando con esa gente y ahí te sientes agradecido y te gustaría creer en algún Dios para rezarle y darle las gracias. En mi casa es magia no poder explicar por qué suceden esas cosas".

Acompañado de un éxito, a pesar de no saber definirlo, que perdura a día de hoy. "El éxito cuando lo he tenido siempre ha venido después de escribir unas canciones y de que la gente las cantase. Yo no sé muy bien que es el éxito. Lo que sí se muy bien es lo de escribir canciones, que es lo que me obsesiona cuando me levanto por las mañanas y pienso si se me va a ocurrir la canción que sueño. El éxito habrá que preguntárselo a esa gente que se llama marketing o yo no sé. Yo creo que nadie sabe lo que es el éxito".

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